miércoles, 29 de febrero de 2012

Presentación de LA VOLUPTUOSIDAD DE LA TRISTEZA, de Viviana Fernández García


El pasado jueves, la escritora Viviana Fernández García presentaba en La Casa del Libro de la Calle Hermosilla de Madrid su segunda novela, La voluptuosidad de la tristeza.

Después de la buena acogida que tuvo su ópera prima, Taradas, este nuevo libro supone su confirmación en el panorama literario. Un panorama en el que no es nada fácil hacerse un hueco, pero en el que, con paso lento y firme, esta escritora nacida en Lugo y afincada en Madrid, confirma su intención de haber venido para quedarse. 

En la presentación estuvo arropada por su editor, y por los escritores Antonio Izquierdo y Jaime Alejandre. Los tres dedicaron buenas palabras a la protagonista de la tarde, alabaron su estilo "que dignifica el oficio" e invitaron a los lectores a hacerse con esta novela, a leerla despacio y con los cinco sentidos. Destacaron que se trata de una de las autoras más identificables porque dibuja un mundo interior y peculiar y profundo muy ligado a la poesía, haciendo una literatura tan real que roza lo esperpéntico. 

Fue Alejandre quien señaló que estamos ante una historia "bien urdida, diferente". También quiso destacar que es una novela que "desconcertará a aquellos lectores que leen en diagonal -en autobuses, metros-, esos adulterados lectores que quieren desentrañar el qué, sin adentrarse en el cómo". Si La voluptuosidad de la tristeza sigue la línea estílistica de Taradas, que estoy seguro que la sigue por lo que comentaron en la presentación, podemos afirmar que es una novela lírica y personal, de las que nacen de las entrañas. Y seguramente Alejandre tenga razón y esta obra no haya nacido para los lectores de best-sellers, pero no está bien elogiar el trabajo de un autor desprestigiando a los autores de best-sellers porque estoy seguro de que al señor Jaime Alejandre le encantaría que sus libros tuvieran un gran éxito de público, que sus palabras resonaran en todo el mundo.  

Fotos: Natalia Pulido
También Viviana habló de su obra, explicó de qué trata esta segunda novela, "su revalida" en la literatura. La voluptuosidad de la tristeza es la historia de Martina, una mujer que sufre un aborto psicológico y es "expulsada" de su entorno, desligada de su gente. Martina que tiene que empezar una nueva vida en Luxemburgo, donde se ve tremendamente sola y donde empieza a trabajar en una empresa de esoterismo.

La autora explicó que la novela habla de la tristeza, que es un sentimiento que le fascina. "Es un sentimiento íntimo, individual, es el único que puede crecer en nosotros independientemente de los demás", señaló. 

Desde CAJÓN DE HISTORIAS, no puedo más que felicitar a la autora, por la publicación de esta obra que estoy deseando leer y reseñar, por tratarse de una voz joven y firme, personal, porque su primera novela, Taradas, me sorprendió gratamente y porque es un placer que haya autores que sigan creyendo a ciegas en sus palabras y en explorar los sentimientos que hacen vibrar el alma humana. 

martes, 28 de febrero de 2012

PREMIOS OSCARS 2012: El éxito de la nostalgia


 - La francesa The artist, se convierte en la triunfadora de la noche, con cinco galardones, incluidos Mejor Película, Director y Actor Protagonista.
- Cinco premios también, pero que saben a poco, para La invención de Hugo, puesto que son en categorías técnicas.
- Meryl Streep se alza con la tercera estatuilla de su carrera.
- Chico y Rita y Alberto Iglesias se vuelven a España sin premio.


Los académicos han premiado a la nostalgia, pocos han sido los destellos de actualidad en esta edición en la que se ha vuelto la vista atrás para premiar a The artist en las categorías principales: Mejor Película y Mejor Director para una película en blanco y negro, muda, y francesa. También en Francia y también un elogio al inicio del cine es La invención de Hugo, que ha arrasado en las categorías técnicas. Y por premiar al pasado, se ha premiado incluso a Meryl Streep por su papel de Margaret Thatcher, una dama de hierro que brilló en los años ochenta, y a Octavia Spencer, una de esas criadas negras que hace más de medio siglo lucharon para poder ser señoras. Hasta Woody Allen se ha llevado su Oscar al Mejor Guión Original por Midnight in Paris, esa alegoría a que cualquier tiempo pasado fue mejor.


Esta edición nos ha dejado un palmarés predecible. Y eso la ha convertido en aburrida y falta de emoción. Al menos, falta de sorpresas. Sorpresa hubiera sido ver a Glenn Close subir a recoger una estatuilla, ver a Bérenice Bejo desbancando a Octavia Spencer. Incluso ver como una película como Los descendientes se alzaba con los galardones principales. Pero no ha sido así. Y me alegro, porque he acertado casi todo, sí, pero es que era fácil acertar una quiniela. Mi error más grande fue confiar que los académicos no premiarían a Michel Hazavicius por The artist, que se impondría un veterano, uno de los grandes como Martin Scorsese. Porque, ¿quién es Hazavicius? Sorprende que un director desconocido y que recibe elogios por primera vez entre el selecto club de los galardonados con el premio más importante del mundo del cine. El año pasado también aposté por David Fincher, y fue el novato Tom Hooper quien venció. Pero ambos, Hooper y Hazavicius, incluso con Oscar, tienen mucho que demostrar todavía.


Estoy especialmente contento por Meryl Streep y su tercer Oscar, un premio que se le ha resistido, que, por su calidad interpretativa, debería haber llegado antes. Meryl, de miradas y rotunidad incuestionable, una de las mejores actrices de todos los tiempos, que agradeció, antes de todo, a su marido, porque se le suele dejar para el final, cuando ya está sonando la música, y ya no escucha bien.

También me hace especial ilusión el premio al francés Jean Dujardin, un actor que parece sacado de otra época, de la época de los galanes de Hollywood. Dujardin que ha sellado la mejor interpretación masculina del año, fabuloso con sus gestos, por decir tanto sin decir nada.


Y en cuanto a los secundarios, me alegro mucho también por Octavia Spencer, que derramó lágrimas, y por Christopher Plummer, que estuvo gracioso y cercano. No ha sido un año de grandes obras maestras, pero está claro que los académicos han premiado lo mejor, y cuando gana lo mejor, ganamos todos. 

sábado, 25 de febrero de 2012

PREMIOS OSCARS 2012: MI QUINIELA


Este año he visto 7 de las 9 películas nominadas en la categoría principal. Me han faltado War Horse y Tan fuerte, tan cerca, pero parece que ambas tienen pocas posibilidades de hacerse con la estatuilla más prestigiosa del cine. Estamos ante un año con no demasiado nivel artístico, pero con una ceremonia por delante bastante imprevisible y que, bien llevada, puede ser de las más entretenidas de los últimos años. Os presento mi quiniela, con comentarios en las categorías principales:

Mejor Película:
Las dos que más me han gustado han sido The Artist y Los descendientes, pero ambas son tan diferentes que me cuesta decantarme por una de ellas. Ninguna de las dos me ha parecido lo suficientemente buena para darle las cinco estrellas. The Artist tiene a su favor la originalidad, el homenaje al cine mudo, lo que posiblemente hará que los académicos se decanten por esta opción.
Cabeza: The artist
Corazón: Partío, entre The artist y Los descendientes

Mejor Director:
Sería curioso que ganara Michel Hazavicius estando nominados pesos pesados como Woody Allen, Martin Scorsese, Terrence Malick e incluso Alexander Payne. Creo que lo lógico sería que este Oscar fuera para Scorsese. Veremos qué ocurre.
Cabeza: Martin Scorsese (La invención de Hugo)
Corazón: Alexander Payne (Los descendientes)

Mejor Actor Principal:
Parecía que el mejor posicionado para llevarse este galardón era George Clooney por una interpretación compleja que me ha gustado mucho, aunque las cosas han cambiado en las últimas semanas. Yo me tengo que quitar el sombrero ante el buen hacer de Jean Dujardin. Él debería ser el ganador, aunque un francés desconocido en Hollywood lo tiene complicado, sobre todo compitiendo con el guapo de Clooney.
Cabeza y corazón:  Jean Dujardin (The artist)

Mejor Actriz Principal:
Tan sólo espero que no me amarguen la noche y le den el Oscar a Meryl Streep. Es verdad que Viola Davis está genial en Criadas y señoras,  y Michelle Williams enamora en Mi semana con Marilyn, pero Meryl merece ya de una vez por todas su tercer Oscar.
Cabeza y corazón: Meryl Streep (La dama de hierro)

Mejor Actor de Reparto:
Parece que el veterano Christopher Plummer tiene todas consigo por su interpretación en Beginners, que, aunque me gustó mucho, me parece excesivo darle un Oscar. Quizá dará la sorpresa Kenneth Branagh, no ha ganado nada, así que no lo creo...
Cabeza y corazón: Christopher Plummer (Beginners)

Mejor Actriz de Reparto:
Octavia Spencer se alzará con este Oscar si los pronósticos se cumplen, el Globo de Oro, el SAG y ser una actriz negra en un año en el que la mayoría de los favoritos son blancos ponen las cosas de su parte. Mi favorita, sin embargo, Bérenice Béjo.
Cabeza: Octavia Spencer (Criadas y señoras)
Corazón: Bérenice Béjo (The artist)

Mejor Película de Habla no Inglesa: Nader y Simin, una separación (Irán)
Mejor Guión Original: Midnight in Paris
Mejor Guión Adaptado: Los descendientes
Mejor Fotografía: El árbol de la vida/ La invención de Hugo
Mejor Banda Sonora: The artist
Mejor Canción: Río
Mejor Montaje: La invención de Hugo
Mejor Dirección Artística: La invención de Hugo
Mejor Vestuario: Jane Eyre
Mejor Maquillaje: Harry Potter y las Reliquias de la Muerte – Parte II
Mejor Sonido: La invención de Hugo
Mejores Efectos Sonoros: La invención de Hugo
Mejores Efectos Visuales: La invención de Hugo
Mejor largometraje de animación: Rango/Chico y Rita
Mejor Largometraje documental: Pina

Resumen del que sería mi Palmarés:
The Artist: 1-4 Premios
Los descendientes: 1-4 Premios

viernes, 24 de febrero de 2012

MI SEMANA CON MARILYN, de Simon Curtis


¿Un joven inexperto y anónimo teniendo un romance con la mismísima Marilyn Monroe? Pues sí, señores, de eso trata esta película, de Colin, un joven de 23 años que desea trabajar en el mundo del cine, y que consigue un puesto como tercer asistente de director en la primera película que rueda Marilyn Monroe en Londres. Ella está en el momento más álgido de su carrera, es una estrella internacional, una diosa, deseada y amada en todos los rincones del mundo. Pero Marilyn es también una mujer extremadamente frágil e insegura, adulada, sí, pero tan sola y tan falta de cariño que está a punto de resquebrajarse en mil pedazos de cristal. 

Estamos ante un biopic que, al contrario que La dama de hierro, en el que se intenta abarcar la vida completa de Margaret Thatcher, se profundiza en una sola semana de la existencia actriz norteamericana, por lo que se podría afirmar que el término biopic queda aquí incluso difuminado, pero el retrato de la vida, del trozo de la vida de Marilyn, es profundo y sincero, y eleva la película. 

La película comienza fuerte, es muy, muy dinámica y funciona. El montaje dinámico ayuda a que el espectador se meta de lleno en pocos segundos en la historia. Es fácil empatizar con todos los personajes, desde el joven Colin (al que da vida Eddie Redmayne) hasta Sir Laurence Olivier, actor y director de la película (interpretado por un maestro de la interpretación, el británico Kenneth Branagh, nominado al Oscar por este papel en el que derrocha tablas y madurez, un papel cómico, histriónico y atormentado). Pero es Michelle Williams la que tiene el papel más difícil del filme, una interpretación de las que se quedan en la retina, no sólo por el parecido físico, indiscutible, por la mímesis que se ha logrado con Marilyn, sino también -y sobre todo-  por la dualidad a la que está sometido el personaje, por la complejidad psicológica, por conseguir derrochar la sensualidad y la inocencia, el desparpajo y el drama. Michelle Williams llena la pantalla con su vulnerabilidad, con esa imagen dorada que oculta un "otro yo", que es su "yo" más real. Una de las mejores interpretaciones femeninas del año. Merecido Globo de Oro y merecidísima nominación a los Oscars.

Tras ellos, hay que mencionar el trabajo de Emma Watson, que comienza a desligarse se su papel de Hermione en la saga Harry Potter. El papel es muy pequeño, pero está chica llegará lejos. También es pequeño el papel de la gran dama británica de la interpretación, Judi Dench, siempre espléndida. En esta ocasión, su pequeño papel vuelve a condensar la esencia de esta película, cuando dice que "Marilyn Monroe es una estrella que se está esforzando por ser una buena actriz". 

Mi semana con Marilyn es la historia de un amor imposible, de un romance fugaz, es una película ligera y luminosa, que consigue entretener, sacar alguna sonrisa, con destellos de emoción. No es una obra maestra, pero es una obra que funciona y, sobre todo, es un ejercicio de dignidad y brillantez de una actriz que ha conseguido una interpretación que merece todos los halagos. 

jueves, 23 de febrero de 2012

LA INVENCIÓN DE HUGO, de Martin Scorsese


Cuesta escribir una crítica cuando los cinéfilos se han posicionado en bloque a favor del último filme del prestigioso director Martin Scorsese. Pero me cuesta más ser políticamente correcto por el simple hecho de que mis palabras puedan disgustar. Al fin y al cabo, CAJÓN DE HISTORIAS es un espacio de opinión, perfecto para compartir distintas sentencias desde el respeto y crear un debate enriquecedor. Por eso, esta crítica a La invención de Hugo será más negativa que positiva. Puede que las buenas y las malas palabras se equilibren, porque la película tiene una diferenciación muy marcada entre la línea argumental y la técnica, pero claro, el balance final es negativo, porque la parte artística pesa más, a pesar de su belleza visual.

La vi en un pase matinal para prensa. A los cuarenta minutos había bostezado ya tres veces. A la hora y cuarto miré a mi compañero y levanté la mano con el pulgar hacia abajo, ya saben lo que significa este gesto. Desde ese momento preciso, comenzó a mejorar bastante, aunque claro, imposibles de olvidar eran ya esos bostezos. Al salir de la sala, lo primero que escucho es decir a uno de estos críticos de siempre, estos de gafas de pasta pegadas a la sien desde mucho antes de que el término “gafapasta” existiera, un crítico, porque no decirlo, de estos algo rancios, que la película era “un homenaje al cine precioso”. Y sí, indiscutiblemente es un bonito tributo al cine. Pero este año, con La invención de Hugo y The artist he llegado a la conclusión de que hacer una manifestación de amor al cine de otro tiempo es un requisito fácil para meterse a los cinéfilos en el bolsillo. El año pasado ganó el Goya al Mejor Cortometraje Documental Memorias de un cine de provincias, un corto que era un halago al cine desde sus inicios. Un Goya me parece excesivo. Y en este sentido, me parecería excesivo que se le diera el Oscar a la Mejor Película a La invención de Hugo, cuando no ha conseguido removerme las entrañas, ni hacerme llorar, ni reír, ni producirme la fascinación que produce el cine con mayúsculas.

Auguro el éxito en los premios técnicos: Montaje, Dirección Artística, Efectos visuales y sonoros, incluso fotografía, con permiso de El árbol de lavida. Es una preciosidad visual, sí, y quién puede dudar de la mano maestra de Scorsese, que se ha esforzado para que el 3D sea 3D de verdad. Una película que trascurre en un París que suena a París, que intenta parecer la ciudad del amor aunque es demasiado evidente que no lo es.

La película está protagonizada por niños que me parecen demasiado sobreactuados, gracias al cielo que entre ellos destacan las tablas de Ben Kingsley, que da vida al mítico Méliès, creador de sueños imposibles. Pero hoy todos estamos acostumbrados a esa luz y a esa magia, por eso quizá La invención de Hugo no encaja conmigo, porque la magia, si no viene acompañada de un muelle que me haga dar un pequeño bote en mi butaca, un pequeño bote emocional, un sobresalto, no termina de convencerme. 

En definitiva, un Scorsese desconocido para todos, más épico si cabe, más romántico y menos Scorsese. Yo me quedo con su faceta más vertiginosa, con sus Infiltrados, incluso con Shutter Island. Ese es mi dictamen. La invención de Hugo es un hermoso homenaje al cine, sí, de eso no cabe duda, pero a mí no me basta con eso, y es una película que me transporta por caminos rectos, sin recovecos, que sé adónde me llevaran sin sorprenderme, que se pierde superponiendo historias dulzonas, creadas para complacer. Regresa, Scorsese, regresa.


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martes, 21 de febrero de 2012

MONEYBALL: ROMPIENDO LAS REGLAS, de Bennett Miller


Sigo sorprendido de encontrar títulos como este entre los nominados a los Premios Oscar. Pero es que además, en esta ocasión, la cinta ha conseguido nada más y nada menos que seis nominaciones, lo que me parece un despropósito que roza lo vergonzante.

Moneyball entretiene y gusta. Se ve y después se olvida. Se usa y se tira. Es una americanada festiva, con himno nacional incluido, un producto yanqui manido y encorsetado, una prolongación de esas películas desfasadas de los años ochenta y noventa del siglo XX que enaltecían el american dream. Pero es que ya ese dream no se lo cree nadie. Y lo peor, intenta desasirse de esas etiquetas y revestirlas de actualidad en este siglo XXI inmerso en una parálisis social, económica y casi cultural.

Puede que este disgusto que siento sea producto de las altas expectativas, de los elogios eternos que ha despertado, pero, aunque pueda parecer esta una crítica excesivamente negativa, he de reiterar lo que decía en el párrafo anterior, que Moneyball entretiene. Igual que puede entretener Gran Hermano 12+1, sumiendo al espectador en una especie hipnosis, pero poco más. Muchos dicen que no es sólo una película sobre beisbol, que no es la típica película en la que un equipo parece que va a perder y luego resulta que gana. Entonces, ¿Qué es lo qué he visto yo? Vale, sí, no cae en la evidencia más absoluta pero me niego a elogiar “esto”.

Si tengo que elogiar, elogiaré a Brad Pitt. No demasiado tampoco, no crean. No es su mejor papel, aunque está efectivo y lucido. Pitt sabe lo que hay que hacer y lo hace, y eso ya es mucho. Junto a él, un también práctico Jonah Hill, en un papel que parece que le viene como anillo al dedo. Ambos consiguen elevar esta película, aunque desde mi punto de vista sus papeles adolecen de una estereotipia bastante mediocre. En cuanto a Phillip Seymour Hoffman, me sorprende que un actor de su categoría se preste a hacer papeles tan pequeños y tan simplones. Si yo fuera él, y tuviera una categoría profesional como la suya, jamás hubiera participado en Moneyball. Me hubiera gustado escribir que Brad Pitt merecía ese Oscar al que está nominado, porque es un actor al que admiro, un actor que, como ya he dicho en otras ocasiones, ha ido mejorando con los años. Pero, a pesar de su buen trabajo, no merece ese premio, no, no y no.

Con los visionados de La red social y Moneyball tengo una cosa clara: no me gustan los guiones de Aaron Sorkin, esos que tanto alaban, porque intentan crear héroes, pero son héroes de cartón, que se los lleva el viento cuando sopla, héroes que se regocijan de su propia dignidad pomposa, lo que me produce un rechazo nauseabundo. Héroes que tienen nombre y apellido en el mundo real, héroes que necesita un colectivo deprimido. Yo, no.


Más de Brad Pitt en CAJÓN DE HISTORIAS:

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lunes, 20 de febrero de 2012

PREMIOS GOYA 2012: La academia no se rinde ante Almodóvar


Regusto agridulce. Regusto, pues, que me produce disgusto. Esa es la sensación con la que me he levantado hoy pegada al paladar, cuatro Goyas para La piel que habito que saben a poco cuando los más importantes (Mejor Película y Mejor Director) fueron a parar a las manos de Enrique Urbizu y su No habrá paz para los malvados. Porque, como aventuró Isabel Coixet minutos antes de que se descubriera el paste, hay veces que sí que la hay, la paz para los malvados, digo. 

La gala se inició con un número musical, que llegó sin calentamiento, y al que siguió un discurso de Eva Hache, una presentadora efectiva y dinámica, deslenguada y graciosa, que llevó bastante bien las riendas de una ceremonia que siempre puede resultar cargante (normal, teniendo en cuenta que se entregan casi treinta cabezones), que bromeó con Antonio Banderas y su Melanie, con Almodóvar. La entrega del primero de los premios, el de Mejor Actor de Reparto, nos dejó uno de los momentos más emotivos de la noche: la reaparición de Silvia Abascal, agradecida por estar. Simplemente por estar tras haber sufrido un ictus. 

Otro de los grandes momentos de la noche fue el discurso de Santiago Segura, muy gracioso y acertado, muy en su papel. Segura que hablo del "amiguismo" de los académicos, muy typical spanish. 

Y en cuanto al palmarés, aunque fue una noche bastante equilibrada y hubo premios para todos, está claro que los grandes triunfadores fueron Urbizu y Coronado, por una película policíaca que algunos tildan de tv movie venida a más. Cuatro, dos menos que No habrá paz para los malvados, se llevó la película de Almodóvar, cuatro galardones que saben a poco, a pesar de ser, dos de ellos, de los premios gordos: Mejor Actriz Protagonista para Elena Anaya, que dio el discurso más bonito de la noche, y Jan Cornet, Mejor Actor Revelación, el que más lo merecía de los cuatro, por la complejidad de su papel. Lástima por Banderas, un actor al que jamás he defendido, pero que en esta ocasión está brillante, y hubiera sido un bonito homenaje por parte de sus compañeros y también hubiera sido un gran momento televisivo. 

Cuatro premios que saben a gloria se llevo también el western Blackthorn, y tres fueron a parar a La voz dormida (María León, que dio un discurso hermoso, que recordó a aquellas mujeres que vivieron la Guerra Civil y que perdonan, sí, pero no olvida, y Ana Wagener, un reconocimiento necesario) y para Eva (entre ellos, Mejor Actor de Reparto para Lluis Homar).


En definitiva, fue una ceremonia bastante entretenida, con algunas partes muy graciosas, y tan sólo me da pena ese sabor agridulce que mencionaba al principio, esas rencillas perennes de los académicos con Pedro Almodóvar, que merecía el reconocimiento como Mejor Director, porque lo es, porque su última película, La piel que habito, es una gran película, arriesgada y valiente, y sales del cine con la extraña sensación de haber visto un espectáculo narrativo y visual de excelsa calidad y con una congoja que se prolonga durante horas y días, un impacto de luces y sombras en la piel que habito.

sábado, 18 de febrero de 2012

PREMIOS GOYA 2012: MI QUINIELA



El próximo domingo se celebran en el Palacio de Congresos de Madrid los Premios de la Academia de Cine, los Goya. Esperemos que sea una gala con momentos divertidos –parece que Eva Hache hará lo que esté en su mano para que así sea- , con breves y buenos discursos y en la que triunfe, como debe ser, el cine. Os dejo mi quiniela, con comentario en las categorías principales:

Mejor Película:
El duelo entre La piel que habito y No habrá paz para los malvados ha cobrado intensidad. En los Forqué ha habido victoria de la película de Urbizu, pero la Academia ha nominado más a Almodóvar y la calidad narrativa y visual de su película es superior a la que protagoniza José Coronado.
Cabeza y corazón: La piel que habito

Mejor Director:
¿El mejor director del año será el ganador también del Premio a la Mejor Película? Podría ser que ganará Urbizu aquí, haciendo más evidente el resquemor de la academia por Almodóvar. Si son justos, el manchego debería hacerse con este cabezón.
Cabeza y corazón: Pedro Almodóvar (La piel que habito)

Mejor Actor Protagonista:
Todo el mundo alaba la labor de José Coronado. Y creo que será él quién gane. O quizá, si resulta que es la noche de Almodóvar, puede que premien a Antonio Banderas, que hace un buen trabajo, y que podría recibir el galardón como un homenaje a su trayectoria profesional. Con todo, para mí, el que hace una mejor interpretación, más compleja, es Luis Tosar en Mientrasduermes.
Cabeza: José Coronado (No habrá paz para los malvados)
Corazón: Luis Tosar (Mientras duermes)

Mejor Actriz Protagonista:
Parece que el duelo está aquí entre Elena Anaya e Inma Cuesta. Me cuesta decantarme por una de las dos, pero creo que Anaya, con más trayectoria a sus espaldas, hace un papel  más maduro, más sereno y más veraz. Por eso, y aunque Cuesta está fantástica, creo que el cabezón será para ella.
Cabeza y corazón: Elena Anaya (La piel que habito)

Mejor Actor de Reparto:
Estoy bastante perdido. ¿Qué puede pasar aquí? Raúl Arévalo lo hace genial en Primos, una película por la que siento un especial afecto pero ¿un Goya? ¿quizá sea demasiado? Creo que los académicos se decantarán por los veteranos: Juan Diego o Lluis Homar.
Cabeza: Juan Diego (23F)
Corazón: Raúl Arévalo (Primos)

Mejor Actriz de Reparto:
Tampoco sé muy bien por donde pueden ir las cosas. Creo que el premio debería ser para Ana Wagener, aunque es paradójico que gane un Goya por La voz dormida, donde lo hace bien, y no  lo ganara el año pasado por Biutiful, donde lo hace mejor.  Pilar López de Ayala y Maribel Verdú ya tienen premio, y Goya Toledo está a otro nivel…
Cabeza y corazón: Ana Wagener (La voz dormida)

Mejor Director Novel:
Nuevos realizadores que llegan pisando fuerte. Apuesto por Kike Maíllo, director de Eva, que cuenta con un mayor número de nominaciones y que es la película más ambiciosa de las cuatro nominadas en esta categoría.
Cabeza y corazón: Kike Maíllo (Eva)

Mejor Actor Revelación:
A no ser que se vuelvan locos y voten al popular José Mota (el peor de los cuatro), este premio debería ser para Jan Cornet. Clotet y Lastra están muy bien, pero es que Cornet demuestra una madurez increíble, y confirma que trabajar con Almodóvar es un lujo.
Cabeza y corazón: Jan Cornet (La piel que habito)

Mejor Actriz Revelación:
La Concha de Plata en San Sebastián, entre otros premios, avala ya su magistral interpretación. Este Goya tiene nombre: María León, por La voz dormida.
Cabeza y corazón: María León (La voz dormida)

Mejor Guión Original: Midnight in Paris
Mejor Guión Adaptado: La voz dormida
Mejor Música Original: La piel que habito
Mejor Canción: La voz dormida
Mejor Fotografía: La piel que habito
Mejor Dirección de Producción: Eva/La piel que habito
Mejor Dirección Artística: Eva/La piel que habito
Mejor Diseño de Vestuario:  Blackthorn/La voz dormida
Mejor Maquillaje y Peluquería: Eva/Blackthorn
Mejor Montaje: Eva/Blackthorn
Mejor Sonido: Blackthorn/No habrá paz para los malvados
Mejores efectos especiales: Eva
Mejor Película Hispanoamericana: Violeta se fue a los cielos (Chile)
Mejor Película Europea: The Artist (Francia)
Mejor Película de Animación: Arrugas
Mejor Película Documental: Morente

Resumen del que sería mi palmarés: 
La piel que habito: 6-8 Premios
La voz dormida:  4-5 Premios
Eva: 2-6 Premios
No habrá paz para los malvados:  1-2 Premios
Blackthorn:  0-4 Premios


LEE LAS CRÍTICAS DE LAS PELÍCULAS NOMINADAS A LOS PREMIOS GOYA:
La piel que habito

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jueves, 16 de febrero de 2012

WHITNEY HOUSTON, una voz que nunca dejará de sonar


Fue la madrugada del pasado domingo cuando me enteré, vía Twitter, que Whitney Houston había fallecido. En la red social es fácil que maten cada semana a un personaje famoso, pero en esta ocasión era Ricky Martín quien expresaba sus condolencias. El País confirmaba rápidamente la noticia. El domingo se celebraron unos premios Grammy que se convirtieron en un homenaje improvisado, ante un mundo impactado que no esperaba su muerte, no al menos ahora y así, cuando parecía que la artista se disponía a renacer por enésima vez, aunque su voz jamás volviera a ser la misma. 

Han pasado cinco días ya, han sido muchas las reacciones y los comentarios que ha despertado esta muerte inesperada, y el mundo sigue, avanza todo tan rápido que parece ilógico hablar del mismo tema durante dos días, parece impúdico incluso sentir la pérdida más de tres. 

Pero el hueco que deja su voz será difícil de llenar de nuevo, una voz negra y soul, potente pero dulce, limpia pero llena de matices, cargada de personalidad. Whitney que nació cantando con su madre, Cissy Houston, con su madrina Aretha Franklin. Que consiguió que su nombre resonara en el mundo entero y su voz se escuchara sin necesidad de relacionarla con nadie. Ella, simplemente, Whitney Houston. 

Desde mediados de los 80 alcanzó el éxito, pero la película El guardaespaldas y su banda sonora le hicieron escalar hasta los primeros puestos de las listas de ventas internacionales, consiguió dos nominaciones a los Oscars y tres premios Grammy, icluido el de Mejor Álbum del año y Mejor Grabación del Año para I will always love you, una balada triste e inolvidable que representa el esplendor de la diva, de esas divas de los noventa, elegantes, donde lo que primaba era la voz y el sentimiento. 

Pero Whitney se apagó, se fue apagando lentamente y en su último disco, I look to you, editado en 2009, ya demostró que su voz quedó varada entre las drogas y la tristeza de su vida. Porque hay estrellas que se meten en terrenos farragosos y no son capaces de salir, estrellas decadentes que dejan de brillar. 



Quedémonos con la mejor Whitney, con esa Whitney que era capaz de silenciar estadios llenos de gente con un susurro, como con One moment in time, el tema de los Juegos Olímpicos de Seul 1988; la Whitney que era capaz de erizar la piel con el quebranto de su voz, la artista que ganó un Oscar por When you believe, un tema que cantó junto a su amiga Mariah Carey; la cantante que supo reinventarse con My love is your love, el mejor de sus álbumes.

Whitney Houston que venía dando tumbos, que llegó a tener tanta fuerza y que apenas era ya la sombra de lo que fue, que dio muestras de ese carácter de diva que le corría por las venas, fuerte por fuera y tan frágil por dentro. Para mí siempre será una de las mejores voces de todos los tiempos, y alguna de sus canciones forman parte de mi vida y de mi historia. Y eso nunca cambiará ya. 



Un post para recordar:

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lunes, 13 de febrero de 2012

PREMIOS GRAMMY 2012: ADELE TRIUNFA LA NOCHE EN LA QUE EL MUNDO LLORÓ A WHITNEY HOUSTON


Cuesta hablar de música cuando Grecia está ardiendo y Siria sangrando, por no hablar de la situación que tenemos en casa. Cuesta, sí, pero CAJÓN DE HISTORIAS ha sido siempre, y sigue siendo, un espacio dedicado al arte y a la cultura, porque la cultura nos salvará de la sinrazón y la barbarie. Un espacio dedicado a las letras, al cine que emociona... y a la música. Y esta madrugada se celebraba en Los Ángeles la ceremonia más prestigiosa  del mundo de la música. Una gala que se ha convertido en un homenaje, casi improvisado a Whitney Houston, que fallecía un día antes de esta celebración (mañana publicaré un texto con mi pequeño homenaje a esta gran artista, a la que siempre he admirado) y en el que Jennifer Hudson cantó I will always love you para volver a demostrar que ella es la heredera natural de las grandes voces negras, de Aretha Franklin, de la propia Whitney.

Una noche de despedidas, y también de bienvenidas, de regresos, porque Adele se subía al escenario tras varios meses de ausencia. Había una gran expectación por volver a escuchar su voz después de la operación de cuerdas vocales a la que se tuvo que someter. Y no defraudó. Una voz y un sentimiento el que imprime en sus canciones y que, en esta ocasión, ha tenido premio. La artista inglesa se alzó con los seis premios a los que optaba, incluidos los Grammys más importantes de la noche: Mejor Álbum, Mejor Grabación y Mejor Canción del Año. Porque 21 es un álbum de esos que no se hacen cada año, que de vez en cuando se paren para emocionar al mundo, para empañar los ojos de emoción al escuchar una voz. Porque este año, sí, este año, señores, crítica y público han aplaudido de manera unánime a Adele. En los Premios de CAJÓN DE HISTORIAS también resultó ganadora en todas las categorías: Mejor Artista, Mejor Videoclip, Mejor Canción y Mejor Álbum del Año.

Adele que no pudo reprimir las lágrimas, lágrimas que suponen su confirmación en el mundo de la música, su encumbramiento y su hueco vitalicio en el olimpo de las estrellas, el hueco que dejó, tan sólo un día antes, Whitney Houston.

Os dejo la actuación, y también el vídeo emocionante del momento en el que subió a recoger el gramófono como Mejor Álbum del Año:




Palmarés Grammy 2012

-Álbum del año: “21″ , Adele
-Grabación del año: “Rolling in the Deep” , Adele
-Canción del año: “Rolling in the Deep” , compuesta por Adele Adkins y Paul Epworth (Adele).
-Artista nuevo: Bon Iver
-Interpretación pop solista: “Someone Like You” , Adele.
-Álbum vocal pop: “21″ , Adele
-Interpretación pop de un dúo o grupo: “Body and Soul” , Tony Bennett & Amy Winehouse
-Interpretación pop solista: “Someone Like You” , Adele
-Canción de rock: “Walk” , Foo Fighters
-Álbum de rock: “Wasting Light” , Foo Fighters
-Interpretación de rock: “Walk” , Foo Fighters
-Canción de R&B: “Fool For You” , Cee Lo Green, Melanie Hallim & Jack Splash
-Álbum de R&B: “F.A.M.E.” , Chris Brown
-Interpretación de rap: “Otis” , Jay-Z y Kanye West.
-Canción de rap: “All of the Lights” , Kanye West
-Álbum de rap: “My Beautiful Dark Twisted Fantasy” , Kanye West
-Interpretación country solista: “Mean” , Taylor Swift
-Interpretación country de un dúo o grupo: “Barton Hollow”, The Civil Wars
-Álbum country: “Own The Night” , Lady Antebellum
-Álbum latino de pop, rock o música urbana: “Drama y luz” , Maná
-Álbum tropical: “Last Mambo” , Cachao
-Álbum de banda o música norteña: “Los Tigres del Norte and Friends” , Los Tigres del Norte
-Álbum regional mexicano o tejano: “Bicentenario” , Pepe Aguilar
-Álbum de jazz vocal: “The Mosaic Project” , Terri Lyne Carrington & varios artistas
-Interpretación orquestal: “Brahms: Symphony No. 4″ , Gustavo Dudamel, director (Filarmónica de Los Angeles)
-Solo clásico instrumental: “Schwantner: Concerto For Percussion & Orchestra” , Giancarlo Guerrero, director; Christopher Lamb (Sinfónica de Nashville)
-Grabación de ópera: “Adams: Doctor Atomic” , Alan Gilbert, director
-Album gospel tradicional: “Hello Fear” , Kirk Franklin
-Grabación dance: “Scary Monsters and Nice Sprites” , Skrillex
-Album dance/electrónica: “Scary Monsters and Nice Sprites” , Skrillex
-Album alternativo: “Bon Iver” , Bon Iver
-Album hablado: “If You Ask Me (And Of Course You Won’t)” , Betty White
-Productor del año, música no clásica: Paul Epworth


Un post para recordar:
Crítica del álbum 21, de Adele

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