viernes, 24 de junio de 2016

Crítica | Laurence Anyways, de Xavier Dolan


Laurence Anyways, una de las mejores películas de amor del siglo XXI. 

Tras dos años de relación, Laurence Alia le dice a su novia que se quiere cambiar de sexo. Que él se siente mujer, que es en realidad una mujer. Tras el golpe inicial, tras explicarle que no le ha engañado, que siempre le han gustado las mujeres, comienza para la pareja un camino de lucha contra ellos mismos y contra el mundo. Pero el amor lo puede todo. ¿Pero el amor lo podrá todo? 

Así se puede resumir el descarnado y apasionado retrato de un amor profundo que Xavier Dolan, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS, construye fiel a su estética cinematográfica, a su narrativa descarnada y que le confirman como uno de los mejores directores de actores de la actualidad: Melvil Poupaud y Suzanne Clément están impresionantes. La evolución de sus personajes, la madurez y la redondez interpretativa son grandiosas. 
Laurence Anyways es una película que duele en el alma, ambiciosa en sus casi 3 horas, dramática con las entrañas. Es una demostración de la necesidad de la pasión para vivir, para seguir adelante. De la importancia de la identidad y de todas las construcciones sociales que nos han sido impuestas y nos oprimen. 

Laurence Anyways es un canto a la libertad. A tragarse las lágrimas. O a dejarlas ir. A ser amado y asumir que la vida a veces nos escupe en la cara. 

Menudo torrente. Menuda obra maestra.



Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

martes, 21 de junio de 2016

Crítica | Los amores imaginarios, de Xavier Dolan


Dos amigos, un chico (el propio Xavier Dolan, director, guionista y protagonista de la película) y una chica (Monia Chokri), se sienten atraídos por la misma persona: un hermoso efebo de rizos rubios recién llegado a Montreal. Las vicisitudes del falso triángulo amoroso constituyen la trama principal de la segunda película del director quebequés, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS

Es precisamente el juego de la ambigüedad sexual entre los protagonistas lo que regala al espectador algunas escenas muy cómicas y eso, sumado a un trabajo interpretativo impecable, especialmente el de Monia Chokri, hacen que la película se disfrute de principio a fin.  

Es cierto que Los amores imaginarios es una película burguesa y recargada, sin la visceralidad de J'ai tué ma mère o Mommy, pero profundamente hermosa, perfecta para disfrutar de un cine bien rodado, de calidad, detallista, que se recrea en el color, en planos detalle y con el buen hacer de un director que sabe dónde colocar la cámara y cómo moverla. 

Es burguesa porque nos presenta sin pudor los problemas superficiales de la clase media-alta canadiense, en la que la vida parece de algodón de azúcar sonrosado donde las cosas bellas y los problemas (resulta que el vestido escogido es más hortera de lo que creía) pasan a ralentí, con una estética pop y canciones de Dalida. A veces es como estar viendo un spot publicitario de un perfume: Xavier Dolan es tan detallista que es capaz de crear una experiencia olfativa a través de las imágenes. 

Tiene partes del guión realmente brillantes: sobre el amor y las relaciones amorosas, sobre sentimientos que intoxican y sobre falsas necesidades que nos imponemos nosotros mismos. Pero al final, entre tanto color y tanta apariencia, de lo que realmente trata Los amores imaginarios, es de la amistad. De la verdadera amistad. 


sábado, 18 de junio de 2016

Reseña | Música para feos, de Lorenzo Silva


Música para feos cuenta la historia de amor entre Mónica y Ramón. Ella, una mujer de 29 años, desencantada con su trabajo y herida por malos amores. Él, algo más mayor, con barreras que le hacen impenetrable. Y ambos, juntos, construyen una relación entre canciones y silencios. 

Con el efectivo estilo de Lorenzo Silva, que escribe tan bien y que es tan fácil de leer, capaz de simplificar lo complejo en un ejercicio narrativo depurado, Música para feos es una novela actual y sincera: desde muy al principio el lector sabe que algo no marcha bien y, de algún modo, Silva le prepara para la tristeza. Porque Música para feos es una novela conmovedora. Pero también de superación personal y limpieza, especialmente para una protagonista que se entregó a un amor pasado que no salió bien, y la desdicha inundó su ser durante un tiempo. 
Mi corazón sabía desde siempre, aunque a mí me hubiera costado tanto admitirlo, que tenía que limpiarse de aquella inmundicia para poder seguir prestándome el servicio que le era propio. 
Empecé a leerla despacio, creo que había demasiadas cosas de Mónica, la protagonista, en mí (hasta la edad, 29 años) y algunas canciones que también han formado parte de mi historia (Reina de la noche, Back to black) y ese reconocimiento me produjo una especie de rechazo: "no estoy preparado para leer el hostiazo que se va a dar esta muchacha porque me va a doler a mí, ahora". Pero, al final, la vida es de los valientes. Y Mónica es una valiente. Y yo, qué bueno que nací valiente.
Esa noche, después de muchas noches sin atreverme a hacerlo, volví a ponerme el disco de Amy Winehouse. Y me fui directa al corte que más hacía honor a su nombre en mi alma y en mi memoria: aquella canción que durante meses había sido una cuchilla que me abría en canal, afilada e inmisericorde.  

Lorenzo Silva acierta a la hora de construir los personajes y crear una trama sencilla pero capaz de golpear en las emociones del lector. Todo un logro y un acierto. Música para feos es una historia de amor eterno en pleno siglo XXI, cuando lo efímero recorre nuestra sangre. Una novela triste y deliciosa. 

Más novelas de Lorenzo Silva en CAJÓN DE HISTORIAS:


Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

lunes, 13 de junio de 2016

Crítica | Yo maté a mi madre, de Xavier Dolan



Yo maté a mi madre es una película neurótica.

Combina una narrativa cinematográfica visceral con algunos primeros planos cargados de lirismo. 

Xavier Dolan, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS, te conecta desde el principio al relato de este adolescente homosexual que se rebela contra una madre paralizada. Y demuestra además unas dotes magníficas para colocar la cámara y para contar historias. 

Él, que dirige, produce, escribe y protagoniza esta película, desprende un enorme atractivo como actor, incluso si su voz, sus gritos, pueden llegar a resultar desagradables.

Ella, Anne Dorval, que se convertiría desde esta primera película en una de sus actrices fetiche, de sus chicas Dolan por decirlo al estilo almodovariano (y quizás es que haya algo de Almodóvar en Dolan: la plasticidad y el color, los planos detalle, los personajes rotos y maravillosos) está impecable. 

Yo maté a mi madre es una película viva sobre las relaciones maternofiliales, sobre la necesidad de tragarse a la madre. 

El nivel de histeria aquí roza la comedia a veces, y se acerca peligrosamente al histrionismo sin caer jamás en él. Y en todo el metraje hay una enorme carga psicológica, pero, entre tanta brutalidad, brilla una completa elegancia. 

Y luego está el odio. El de verdad. El odio al diferente, al otro. Al homosexual, a la madre sola. Y escribo esta reseña hoy, un día después de la matanza en una discoteca gay de Orlando, con el corazón encogido. 

He estado toda la película buscando amor, todos los destellos de amor que hay en ella. Y al final me he dado cuenta de que Yo maté a mi madre es sencillamente eso: amor incondicional e inevitable.



Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria 

lunes, 6 de junio de 2016

Mis canciones del mes de junio



10. Adele: Send my love (to your new lover) (N)
Nuevo single de la británica Adele. Creo que la canción tiene rollo, solo hay que encontrárselo. Yo estoy en eso. 

9. Christophe Maé: Il est où le bonheur (-5)
Tercer mes en lista para este tema del francés Christophe Maé. 

8. Ben Howard: Keep your head up (-3)
Al final de lo que se trata es de mantener la cabeza alta y, sobre todo, el corazón fuerte. 


7. Natalia Lafourcade: No más llorar (-6)
El N°1 del mes pasado se queda en la posición 7 de la lista del mes de junio. Un canto para salir adelante, a respirar hondo y profundo. A las ganas de vivir, y hacerlo con plenitud, siendo consciente que el sufrimiento, y las lágrimas, forman parte de esa plenitud. Canto para limpiar en mi alma aquello que de ti ando cargando en mi espalda...

6. Manuel Carrasco y Vanesa Martín: La voz de dentro (N)
En el último concierto de Manuel Carrasco en Madrid, el artista estuvo acompañado de Vanesa Martín para cantar esta canción, una de mis favoritas de Bailar el viento, elegido Mejor Álbum de 2015 por los lectores de CAJÓN DE HISTORIAS. La voz de dentro es una oda a los recuerdos y a los amores eternos. Esta canción la he sentido yo. Quisiera a veces escaparme y volar lejos para encontrarme como aquella vez contigo, porque no cambio ni uno solo de tus besos, porque del sueño que soñamos no me olvido.

5. La Otra y El Kanka: Contigo (N)
La mejor canción de amor que he escuchado últimamente. Te quiero libre, y me quiero libre contigo. 

4. Rojo Cancionero: Rumbo a la asamblea (N)
El pasado 15 de mayo se cumplían 5 años desde que la gente, harta, se echara a las calles, por una democracia real, por la dignidad y por el pueblo. Estos días he escuchado mucho esta canción. Mejor indignado que estar derrotado... 

3. Sia: Cheap Thrills (R)
Sia repite en la posición de bronce con esta canción que suena a fin de semana. 

2. Carlos Vives y Shakira: La bicicleta (N)
Ya tenemos canción para este verano 2016. Carlos Vives y Shakira se unen para cantarle a Colombia, a América Latina, al amor alegre y a las ganas de vivir y recorrer el mundo en bicicleta. 


1. Coldplay y Beyoncé: Hymn for the weekend (+1)
Por el video. Por Beyoncé. Por la cazadora de Chris Martin. Por el fin de semana, que nos alegra la vida. Por los buenos amigos, que están aunque estén lejos. Por el deseo, que se enciende y que se apaga, pero que es hermoso mientras dura. You know your make my world light up. 


Selección: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

miércoles, 1 de junio de 2016

Protagonista del mes... Xavier Dolan


Enfant terrible del siglo XXI. 

El niño mimado de Cannes, que se alzó hace unos días con el Gran Premio del Jurado por Juste la fin de monde, a pesar de las tibias críticas de la prensa especializada. 

A sus 27 años (¡fuck!) acaba de trabajar con Marion Cotillard y ha dirigido ya 6 largometrajes. 

El primero, Yo maté a mi madre, que dirigió, escribió, produjo e interpretó (ahí es ná) cuando tenía 19 años, fue seleccionada por Canadá como candidata al Oscar como Mejor Película de Habla no Inglesa. 

Desde entonces, ha acaparado siempre la atención de la crítica, por sus argumentos impactantes y por la fuerza de su cinematografía. Mommy, la última película estrenada hasta la fecha, es puro impacto, un golpe en la boca del estómago, perturbadora y violenta. Con ella ganó el Cesar al Mejor Film Extranjero. 

Este mes, mes del Orgullo Gay, revisitamos el cine de un director atractivo y magnético, en el que la homosexualidad y el deseo tienen mucha relevancia. ¿Sobrevalorado? Discutámoslo juntos en este mes cuyo protagonismo es suyo. 


Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria