No podía acabar Junio sin publicar un artículo sobre Cien años de soledad, obra cumbre de García Márquez, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS.
Una novela clave en el siglo XX y en la Historia de la Literatura Universal, que trata sobre la vida de la familia Buendía, desde el matrimonio entre José Arcadio y Úrsula, fundadores de Macondo, hasta el último Aureliano, siete generaciones después.
Una novela todopoderosa, clásica, profética, con algunos pasajes que bien podrían definirse como bíblicos -tiene similitudes con el Éxodo, el Apocalipsis o el Diluvio Universal.
García Márquez combina una narración directa y depurada con una magia que lo envuelve todo, combina la precisión con el deleite, el interés argumentativo con el placer sensorial, y todo ello con absoluta maestría.
Cien años de soledad es una novela imprescindible, fantástica en el amplio sentido de la palabra -porque un hilo de la sangre de José Arcadio, primogénito de los fundadores, recorre el pueblo hasta llegar al lugar dónde se encontraba Úrsula; porque Remedios la Bella levitó, ascendió en cuerpo y alma al cielo; porque los muertos conviven con los vivos y a nadie le extraña; porque pocas veces un autor consigue enamorar así a sus lectores, fascinarles tanto, dejarles con la boca abierta.
Son muchos los personajes que van apareciendo y desapareciendo en esta novela, la mayoría con el mismo nombre, Aureliano, y todos con algo que decir, todos redondos y llenos de la sutil ironía del autor, que decidió bautizar con el nombre de Amaranta a una mujer que no pudo amar con plenitud en su vida, a unos gemelos que fueron intercambiados al nacer, una mujer, Úrsula, matriarca en estado puro, que es capaz de fingir que no ha perdido la vista para evitar que se compadezcan de ella. Y muchas pequeñas historias más.
Desde CAJÓN DE HISTORIAS lo único que puedo hacer es una reverencia a este gran maestro, y dedicarle un GRACIAS con mayúsculas por regalarnos tanto arte.