La corrupción es un vicio de los hombres, no de los tiempos.
(Séneca)
No soy muy dado a leer ensayos, de hecho, esta es la primera vez que incluyo tal etiqueta en CAJÓN DE HISTORIAS. Y, sin embargo, estoy sorprendido por la lección de Historia que nos regala Jairo Bulla en su obra Administración y corrupción.
El libro está dividido en dos partes: la primera hace un repaso por las diferentes formas administrativas que han proliferado en la sociedad desde tiempos inmemoriales; la segunda, se centra en la corrupción que invade el mundo centrándose especialmente en el continente americano.
Jairo Bulla nos invita a profundizar en la Historia reciente y corrupta de países como Ecuador, Panamá, Perú o Colombia, donde se detiene un poco más, puesto que él es colombiano y se percibe un mayor grado de conocimiento sobre el tema, además de un amor por la geografía del país.
Administración y corrupción pone de manifiesto cómo, al llegar al poder, da igual al partido al que se pertenezca, las motivaciones políticas, da igual todo porque durante décadas todos los presidentes (si no todos, sí buena parte) han sido corruptos y han robado, y la única administración que les ha preocupado ha sido la de su propia cuenta bancaria.
Bulla va más allá y hace especial hincapié en las formas de corrupción que se dan, no sólo con los ciudadanos, sino también con el medio ambiente, con la salud de nuestro planeta en general. Porque producir riqueza destruyendo nuestro hogar es ser igual de corrupto.
Me ha gustado mucho el derroche de inteligencia, puesto que nunca, en ninguna frase del libro, se cae en la moralina, en filosofías baratas o en la carencia de justificaciones. Bulla se ha preocupado para dar respuesta, con documentación y datos, a verdades tan absolutas como que con 35.000 millones de dólares anuales se podría paliar la pobreza extrema en el mundo, y que Europa gasta anualmente en drogas 400.000 millones de dólares.
Administración y corrupción concluye con una desalentadora pero certera y profunda reflexión final, que invita a rebelarse contra las formas corruptas que siguen invadiendo nuestro mundo y a cambiar la filosofía y la forma de actuar desde la raíz, "porque si continuamos así, vamos a morir todos". Yo sigo creyendo en el ser humano y confío en que no será así.
Jairo Bulla nos invita a profundizar en la Historia reciente y corrupta de países como Ecuador, Panamá, Perú o Colombia, donde se detiene un poco más, puesto que él es colombiano y se percibe un mayor grado de conocimiento sobre el tema, además de un amor por la geografía del país.
Administración y corrupción pone de manifiesto cómo, al llegar al poder, da igual al partido al que se pertenezca, las motivaciones políticas, da igual todo porque durante décadas todos los presidentes (si no todos, sí buena parte) han sido corruptos y han robado, y la única administración que les ha preocupado ha sido la de su propia cuenta bancaria.
Bulla va más allá y hace especial hincapié en las formas de corrupción que se dan, no sólo con los ciudadanos, sino también con el medio ambiente, con la salud de nuestro planeta en general. Porque producir riqueza destruyendo nuestro hogar es ser igual de corrupto.
Me ha gustado mucho el derroche de inteligencia, puesto que nunca, en ninguna frase del libro, se cae en la moralina, en filosofías baratas o en la carencia de justificaciones. Bulla se ha preocupado para dar respuesta, con documentación y datos, a verdades tan absolutas como que con 35.000 millones de dólares anuales se podría paliar la pobreza extrema en el mundo, y que Europa gasta anualmente en drogas 400.000 millones de dólares.
Administración y corrupción concluye con una desalentadora pero certera y profunda reflexión final, que invita a rebelarse contra las formas corruptas que siguen invadiendo nuestro mundo y a cambiar la filosofía y la forma de actuar desde la raíz, "porque si continuamos así, vamos a morir todos". Yo sigo creyendo en el ser humano y confío en que no será así.