La cantautora malagueña, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS, nos habla de su nuevo álbum, Cuestión de piel, que en su primera semana a la venta ha conseguido ser número 3 en la lista de los discos más vendidos en España. Una cantante con las cosas claras, fiel a su estilo y a su identidad, que rebosa naturalidad y que cree, en este tiempo vertiginoso, en avanzar despacio pero firme.
Texto: Ismael Cruceta
Fotos: Laura Cruceta
Edición de video: Guillermo López
Por fin ya llega Cuestión de piel, unos tres años después de tu anterior álbum, Trampas. ¿Ha sido larga la espera?
Para nada, porque he tenido los conciertos de Trampas. En el mes de mayo empezamos a barajar las canciones y en junio nos metimos en el estudio. Además, a esto hay que sumarle que en ningún momento dejo de componer.
Preséntanos Cuestión de piel, ¿Cómo definirías este disco?
Puro instinto y pura visceralidad. Creo que de mis discos y también el más potente y la vez el más sencillo en cuanto a instrumentación. El sonido es más orgánico, más de banda. Está muy enfocado a los conciertos en directo y hay muy poquitas cosas secuenciadas. Pensaba que quedaría un disco más íntimo y resulta que alguno de los temas suena más cañero.
¿Y en cuanto a letras?
Mucha gente me caracteriza por ser muy callejera sin ser vulgar. Tengo una forma muy coloquial de decir las cosas, pero a la vez no es nada básico, sino que, en función de cómo te sientas puedes llegar a darle un significado u otro. Creo que soy clara, pero las dejo algo abiertas, y doy que pensar…
Que cada uno se quede con lo que quiera de cada canción…
Totalmente. Además, creo que todos vamos pasando prácticamente por las mismas historias y las mismas situaciones por lo que pueden sentirse identificados con las letras. ¿A quién no le ha quedado cosas por hacer en una relación? ¿Quién no ha sentido alguna vez que alguien ha pasado por su lado y ni le ha visto?
Parece que tu carrera siempre ha ido hacia delante, en ascendente, ¿cuál es la fórmula para conseguir siempre más éxito con un nuevo disco que con el anterior?
No lo sé, y la verdad me da vértigo pensarlo porque es también una responsabilidad. Quizá, mi evolución a nivel personal y musical me hace expresarme de otras maneras, atreverme con nuevos lenguajes. Mi público es muy gente muy fiel. El efecto dominó me ha funcionado muchísimo y ahora con este tercer disco me encuentro recogiendo todo lo que había sembrado antes.
Dentro del mundo de la música, además del cariño del público, te has ganado el respeto y la amistad de tus compañeros: Alejandro, Sanz, Pastora Soler, Diana Navarro… ¿Nos confirmas entonces que el mundo de la música no es competitivo?
La verdad es que es menos competitivo de lo que yo pensaba. Cada uno tenemos claro hacia dónde vamos. Que gente como Malú, Alejandro Sanz o Pastora Soler, con carreras tan sólidas, elogien tu trabajo es muy bonito. Por mi parte hay mucha admiración hacia ellos. Es gente de la que aprender profesionalmente hablando, y también me llevo de ellos la frescura. Es gente “sanota”, que disfruta.
Parece que a la industria musical –y a la sociedad española en general- le está costando adaptarse a las descargas legales, itunes, etc. ¿Cuál es tu opinión sobre este tema?
Internet, bien usado, es una maravilla. Pero cuando alguien empieza a enriquecerse del trabajo, no me parece bien. Hay iniciativas que me encantan, como Spotify. Pero estoy totalmente en contra de las descargas ilegales, y más como autora.
Y en este sentido, ¿hacia dónde vamos? ¿Cuál crees que es el futuro?
Creo que el futuro está en la red. Para mí sería una pena que se perdiera el formato CD, pero yo soy una romántica, de las que se compra un libro y lo huele, de las que se compra un disco y mira las fotos, el diseño, busca si hay alguna nota del artista. Tendrá que reinventarse quizá este mecanismo de industria discográfica, de hecho, son conscientes ya de que la red es muy importante y están metiéndose ahí de lleno.
Y hablando de ordenadores, pero más allá de la música ¿Eres una persona tecnológica? ¿Te gustan las redes sociales?
Me encantan las redes sociales, me acercan a la gente. Entre nosotras [Pastora Soler, Malú y ella], cuando hablamos de nuestras cenas y nuestras ensaladas, Twitter se desborda – risas-.
En este sentido, al estar más expuesto, puede que lleguen también más críticas negativas. ¿Cómo se reacciona ante eso?
La verdad es que tenido suerte porque negativo me ha llegado muy poquito. Lo respeto, entiendo que no le guste a todo el mundo, ni todo el mundo me entienda. Yo soy una persona muy irónica y me gusta hacer mucho hacer bromas. En eso mi abuela y yo somos clavás –risas. Pero lo positivo pesa muchísimo más. Quizá porque voy con respeto, para que me devuelvan también ese respeto.
Escuché decir a Manolo García hace unos años que sacar un disco era la excusa para irse de conciertos y presentarlo en directo. ¿A Vanesa Martín le pasa lo mismo?
A mí no, no sé si me pasará algún día. Todavía es importante sacar un disco porque tengo muchas cosas que conquistar. Estoy encantada de ir a un teatro y que se llene. Para mí, cuando llegó mi primer disco y lo vi fue súper emocionante, y eso que ahora me veo y digo “¡qué horrible con ese estilismo!” – risas-
En cuanto al estilo ¿te sientes mejor contigo misma?
Completamente, ahora soy yo. Me dejé aconsejar, pero después te das cuenta de que es tu sello y tu esencia el que tiene que marcar tu camino, tu estilo.
Eres de las artistas que suena mejor y emociona más en directo que en el disco. ¿Crees que influyo a la hora de transmitir que escribas tus propias canciones?
No lo sé, porque hay intérpretes que trasmiten muchísimo en directo. Yo creo que tiene que ver más con la capacidad de sentir. Si tú sientes lo que estás cantando, eso llega. En mis conciertos la gente sale con las pilas a tope, terminamos arriba del todo. Son conciertos muy dinámicos, me gusta mucho saber qué le va pareciendo. También cuento algunas anécdotas, el por qué de alguna canción. No es sólo llegar, enchufar, cantar, cantar, cantar y adiós, buenas noches. Hay veces creo que expreso más cantando que hablando.
¿De dónde salen las historias que nos cantas y nos cuentas?
Del día a día. De lo cotidiano. No todo me ha pasado a mí, porque si no mi vida sería una telenovela. Pero sí que muy de cerca las he vivido. Cuando me emociona algo, eso, más tarde o más temprano, se transforma en canción.
¿Cómo está recibiendo la gente este Cuestión de piel?
Estoy muy agradecida con la acogida, de verdad. Siento que está todo el mundo muy pletórico. Incluso a amigos míos les pregunto que tiene este de distinto a Trampas, mi anterior álbum, y me dicen: “Trampas era muy bonito, pero es que este te arranca por dentro”.
Para acabar, ¿Cuáles son los deseos de Vanesa Martín para esta nueva etapa?
Trabajar mucho el disco, que me permita hacer muchos conciertos. Y poder seguir disfrutando así. Que nunca me deje contaminar por el peso de la industria. Sentir siempre la música como mi pasión, no como mi trabajo.