lunes, 23 de septiembre de 2019

Crítica | Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar



En Dolor y Gloria, Almodóvar presenta la historia de Santiago Mallo, un director de cine en su madurez creativa y vital, achacado por los dolores del cuerpo y el alma, e incapaz de seguir rodando. Una película en la que el protagonista se parece demasiado al propio Almodóvar, que tuvo una infancia humilde en un pueblecito de Castilla, que amó a amores que no pudieron ser en su juventud, aquellos locos ochentas, y en la que la dominación materna constituyó el núcleo existencial.

Protagonizada por Antonio Banderas en un estado de gracia como nunca antes, capaz de mimetizarse con el maestro en ese juego de realidad y ficción al que nos somete Almodóvar. De hacerlo con profunda elegancia, sin histrionismos, asumiendo sus gestos y su dolor, poniendo al descubierto los fantasmas de un vida dedicada al arte en su máxima expresión, en su máxima obsesión. Banderas enorme que recibió el Premio al Mejor Actor en el Festival de Cannes, el más importante del mundo. Que suena ya en las quinielas para lograr la nominación al Oscar y que, salvo sorpresas mayúsculas, recibirá el próximo febrero su primer Goya interpretativo (recibió en 2015 el de Honor). 

Y, si hablamos de premios, no puedo ocultar la alegría que me produce que la Academia de Cine haya elegido esta película para representar a España en los Oscars de 2020. Ojalá se materialice esa nominación que no se da desde hace 15 años.

Alrededor de Banderas, un elenco de actores que contribuye a ensalzar aún más su interpretación. Ellas, Penélope Cruz, Julieta y Nora Navas, las dos primeras interpretando a la madre (joven y anciana), la tercera interpretando a la mánager. Las tres poniendo de manifiesto la influencia que las mujeres cuidadoras han tenido sobre los hombres criados bajo el yugo de una dictadura católica y patriarcal, y cómo ese rol se replica hasta el día de hoy y permanecerá vivo hasta que los últimos vestigios de esa dictadura eterna que partió España sean cenizas y polvo. 

Ellos, Asier Etxeandía y Leonardo Sbaraglia: el amor frustrado, el amor cobarde e imposible que, de igual manera, tiene que ver con una España que se esforzaba por ser moderna pero que tenía décadas de retrogrado ruralismo impregnadas en el ADN. 

Pedro Almodóvar se saca en Dolor y gloria el pudor para hablar de las adicciones, de la homosexualidad, de los miedos y los egos del artista. Y lo hace, como siempre, desde una profunda obsesión estética que eleva sus películas hasta un nivel al alcance de poquísimos directores en el mundo, en un alarde profuso de maestría. Qué planos detalle, qué color y qué música. 

Toda la película es de un dramatismo pausado sobrecogedor, con la dificultad añadida de conmover a espectadores forzados a los ritmos de Hollywood y Netflix, en los que la acción y el sobresalto se venden como principales valores. 

Peliculón valiente, íntimo y profundamente culto. Cine sublime y perfecto.  


Otras películas de Pedro Almodóvar en CAJÓN DE HISTORIAS:

- Julieta (Reseña 1 y Reseña 2)


Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

lunes, 16 de septiembre de 2019

Reseña | Ojos azules, de Toni Morrison


Aunque nadie diga nada, en el otoño de 1941 no hubo caléndulas. Creímos entonces que si las caléndulas no habían crecido era debido a que Pecola iba a tener el bebé de su padre. 

Con esta frase tremenda inicia Ojos azules, la primera novela de Toni Morrison, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS. Una novela ambiciosa que desde la voz de una niña aborda temas tan complejos como la reivindicación de la belleza racial, la violencia patriarcal, el racismo eterno y el abuso infantil. 

Ojos azules no es una fácil novela de leer, más por el fondo que por la forma, porque hiere buscando llegar a lugares profundos con una crudeza revestida de tierna infancia. Toni Morrison, recientemente fallecida, reconoció que "con muy pocas excepciones, la publicación inicial de Ojos azules (en 1970) fue como la vida de Pecola: desechada, trivializada, mal interpretada". Costó casi un cuarto de siglo, cuando la autora ganó el Nobel en 1993, para que se le diera la importancia literaria que merecía.

La novela empieza con el regalo de una muñeca de ojos azules a una niña negra. Morrison pone de manifiesto los roles de género y la construcción estereotipada de la belleza sobre la que se cimenta la sociedad, los cuales, aunque en menor medida, se mantienen vigentes a día de hoy. 
A mí me dejaba estupefacta tanto la cosa en sí como el aspecto que tenía. ¿Qué se esperaba que hiciese yo con ella? ¿Fingir que era su madre?
Ojos azules es una novela es capaz de mantener al lector estupefacto, leyendo sin parar, queriendo salir de una suciedad que se pega en el cuerpo, de un retrato demasiado crudo y demasiado vivo de la vida de miles de mujeres negras que se replicó y se replica: un puré de tragedia y humor, de perversidad y serenidad, de realidad y fantasía. 

Uno sabe desde el inicio, si lee con atención esa primera frase, hacia lo que devendrá todo. No hay sorpresa en el argumento. Hay estupefacción, brutalidad y la necesidad de un análisis posterior que te obliga a pensar y repensar en los pasajes de la obra durante días. En cómo se conecta la violación a una hija con el abuso de los hombres blancos

Pero Toni Morrison, reitero, logra con cada una de sus palabras un poso de ternura gracias a la voz de las narradoras que hace de Ojos azules una novela de una prosa hermosa y una profundidad incómoda, pero necesaria.


Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

lunes, 9 de septiembre de 2019

Críticas de cine | Hollywood en estado puro

Érase una vez en... Holllywood, de Quentin Tarantino (4****)
La nueva película del galardonado cineasta, es Tarantino Style en estado puro: casi tres horas de diálogos absurdos, secuencias eternas, argumento que parece no avanzar pero que lo hace, vaya sí lo hace, hacia un lugar claro y exacto para llevar al espectador hacia un clímax final que hace de Érase una vez en Hollywood una película brillante, icónica y deliciosamente irreverente. Con un Leonardo Dicaprio en estado de gracia y un Brad Pitt en forma, dos titanes de la interpretación que Tarantino exprime para regalarnos algunos de los momentos más memorables del cine reciente. Acaparará unas cuantas nominaciones en los próximos Premios Oscar (¿se llevará Brad Pitt la estatuilla?). Tarantino mayúsculo en un derroche de amor al cine.

- Crítica de Malditos Bastardos
- Crítica de Django Desencadenado

Toy Story 4, de Josh Cooley (3***)
No es que no me haya gustado, sino que las expectativas estaban muy altas y no las ha cumplido en su totalidad. La tercera parte fue brillante y hubiera sido un broche de oro. Ahora tengo la sensación de que están alargando la historia para hacer caja. Obviamente de una manera elegante que satisface a los seguidores (que no es poco) y con toques brillantes, pero sin llegar a ser la obra maestra que fueron la primera y la tercera de la saga. Le faltó magia, humor y emoción. 

- Crítica de Toy Story 
- Crítica de Toy Story 3

Spider Man: Lejos de casa, de Jon Watts (3***)
Segunda entrega del hombre araña que tiene como protagonista a Tom Holland. Entretenida, con efectos especiales muy espectaculares, buenas interpretaciones (Holland es muy efectivo, y Jake Gyllenhaal todo lo hace bien), pero con menos momentos cómicos que la anterior, algunos clichés sobre la adolescencia y los súperheroes que no terminan de funcionar. Previsible, pero perfecta para un domingo de entretenimiento.

Aladdin, de Guy Ritchie (4****)
Entre el montón de los clásicos animados de Disney que están cobrando vida en carne y hueso, Aladdin es -hasta el momento- el que más he disfrutado. Se mantiene fiel a la versión original, pero logra reinventarse en ciertas escenas. Mena Massoud lo borda en su papel protagonista, y Will Smith es un genio que logra revestir de humor la película, con un toque Bollywood y un lenguaje millennial.  



Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Mis canciones del mes de septiembre



10. Beyoncé: Spirit (-9)
Beyoncé desciende nueve puestos y se queda en la décima posición, tras alcanzar el Número 1 el pasado mes de agosto gracias a este tema, canción principal de la nueva versión live motion de El rey león.

9. Ed Sheeran y Justin Bieber: I don't care (-4)
Tercer mes en lista para otro de los temas del verano.

8. Amaia: Quedará en nuestra mente (-1)
Este mes de septiembre se lanzará por fin el primer álbum de Amaia.



7. David Bisbal y Alejadro Fernández: Abriré la puerta (N)
Nuevo tema de David Bisbal, esta vez acompañado de El Potrillo. Balada con aires de ranchera.



6. Mahmood: Barrio (N)
El italiano, que quedó subcampeón en el Festival de Eurovisión gracias a Soldi, lanza nuevo tema. Calidad en la producción y estilo propio. Larga vida a Mahmood.

5. Rosalía y Ozuna: Yo x ti, tú x mí (N)
La Rosalía continúa lanzando un tema por mes, mientras el éxito le sonríe. Acaba de convertirse en la primera española ganadora de dos MTV Video Music Awards. Con Altura supera los 800 millones de visitas y, en CAJÓN DE HISTORIAS, lleva 6 meses consecutivos en el Top 10.

4. Taylor Swift: Lover (N)
Taylor Swift saca nuevo single, que pone título a su nuevo álbum. Preciosa balada y precioso videoclip.

3. Shawn Mendes y Camila Cabello: Señorita (+3)
Tercer mes en la lista para el hit del verano. 



2. Ed Sheeran y Khalid: Beautiful people (+1)
Ed Sheeran sube un puesto y se queda en la posición de plata gracias a este tema que forma parte de su nuevo álbum de colaboraciones. Beautiful people es una crítica a la falsa belleza y la falsa felicidad que nos venden -y nos imponen- desde las redes sociales.



1. Sam Smith: How do you sleep? (+1)
El británico logra su tercer Número 1 en CAJÓN DE HISTORIAS gracias a una canción en la que explora nuevos sonidos más bailables y en la que mantiene intacta la impecabilidad de su voz. 


Selección: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

domingo, 1 de septiembre de 2019

Protagonista del mes... Toni Morrison


El pasado 5 de agosto falleció la escritora estadounidense Toni Morrison.

Quizás el buen lector no sea el que más lee, sino el que es más consciente de todo aquello que le falta por leer. Y como buen lector que me considero, entre eso inmenso universo de libros pendientes, estaba la obra completa de esta escritora, mujer y negra, que llegó para revolver e incomodar al sistema estadounidense racista y patriarcal desde los años 70 del siglo XX.

Así que sirvió su muerte para que su obra se colara en mi plan infinito: leí hace unas semanas Ojos azules, su primera y brutal novela, que fue bastante incomprendida por algunos en el momento de su publicación, y que constituye un relato del desasosiego, del concepto de belleza impuesto y de la infancia truncada. Lo reseñaré en los próximos días.

Ganadora del Premio Pulitzer por Beloved, recibió en 1993 el Premio Nobel de Literatura, cuando solamente tenía seis títulos publicados. Fue la primera mujer negra en recibirlo (y hasta la fecha la única, de hecho).

¿Han leído alguna de sus obras?



Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria