domingo, 27 de noviembre de 2011

UN MATRIMONIO FELIZ, de Rafael Yglesias


Gracias a uno de esos pequeños milagros que tiene la blogosfera conocí esta novela y a este autor. Fue además, una blogger amiga, Lady Boheme, quien me advirtió que sería un libro muy duro. Pero leyendo su reseña, intuí que sería una de esas novelas que me gustarían. 

Un matrimonio feliz es la historia de amor entre Enrique Sabas y su mujer, Margaret. Una historia sencilla, demasiado común, pero contada con tanta lucidez y tanta crudeza que es difícil resistirse a su luminosidad y a su desdicha. Es la historia de un escritor enamorado y entregado. Es la historia de una mujer que padece un cáncer terminal y que desea morir con dignidad. 

Rafael Yglesias combina los capítulos de la juventud, del florecer de ese amor en los que viaja al Nueva York de los años setenta, cuando se conocieron, con los capítulos de la actualidad, posteriores a la caída de las Torres Gemelas, cuando Margaret está a punto de fallecer y quiere organizar sus despedidas. Yglesias equilibra la alegría y la pena con maestría, porque la muerte que se aproxima es demasiado triste.  

Esas despedidas en algunos momentos empañan la vista, empaña la vista el dolor de una madre (muchas veces insoportable) que tiene que despedirse de su hija amada, empaña la vista el dolor de un hijo adolescente que se niega a crecer sin la mano y la voz de su madre para apoyarle y regañarle. Pero mis frases no son capaces de hacer justicia a la veracidad con la que Yglesias consigue revestir tales momentos, despojándolos de cursilerías almibaradas o dulces o tramposas, sino que consigue captar la esencia justa de un momento así, y esa veracidad hace a esta novela más dura, casi insoportable, para un lector hipersensible. 

Es un libro precioso, con tintes autobiográficos, escrito con un pulso firme que no tiembla, que no se avergüenza de contar las pequeñas miserias del sexo joven ni el dolor extremo que produce ver a la persona amada convertida en una sombra triste de lo que fue.  Pero no sólo es la historia lo que consigue atraparte e introducirte en el mundo complejo de una pareja con treinta años de pasado común a sus espaldas, sino que son los personajes, Enrique y Margaret, Margaret y Enrique, los que consiguen enamorarte. 

Él, con la inocencia joven, las frustraciones laborales de un escritor que no consigue vivir cómodamente con sus novelas, y se ve “obligado” a escribir guiones. Él, que se describe con humanidad y sinceridad, sin tapujos, contando todo lo bueno que tiene y también sus debilidades, sus miedos. 

Ella, con un carácter carismático que la hace especial, pero que termina abocada en ocasiones a ser un ama de casa burguesa y común. Y ambos, juntos, consiguen fortalecer ese amor que crece, que adquiere nuevos matices a lo largo de los años, que se convierte en algo hermoso y que consigue superar incluso una profunda crisis que llevó a ambos a la abnegación, pero la fuerza que les unía, el saber que el otro estaría ahí aún cuando más necesita, lo convierte todavía más especial.

No han sido pocas las lágrimas que he derramado, lágrimas de tristeza, pero también lágrimas de admiración por Enrique, lágrimas de gratitud por la sinceridad de Rafael Yglesias. Y lágrimas de envidia por ese amor tan limpio que tuvieron la suerte de encontrar, de proteger, de cuidar de las heridas, y cuando las heridas llegaban, tuvieron la paciencia infinita de curarlas para que el tiempo les salvara de la soledad. 

Qué perra a veces es la vida, qué bello es a veces encontrarse con novelas como esta.

viernes, 25 de noviembre de 2011

MEDIANERAS, de Gustavo Taretto


Esta película, que llegó a las salas comerciales el pasado viernes y que tuve la oportunidad de ver hace casi un mes en la Seminci de Valladolid, es una historia de amor sin amor, un triste reflejo de la sociedad actual.

Gustavo Taretto ya dirigió un corto del mismo nombre en 2004 del que ha nacido este largometraje que intenta albergar más de lo que es capaz. Medianeras tiene un inicio espectacular: un montón de planos de la caótica ciudad de Buenos Aires. Después, se nos presenta a los dos personajes principales: Martín (Javier Drolas) y Mariana (Pilar López de Ayala). Ambos viven en la misma manzana, pero no sé conocen. Ambos parecen destinados a hacerlo, pero el relato es triste.

No sé si Taretto quería hacer una comedia, imagino que no, porque si esa era su intención, ha fracasado por completo. Apenas consiguió despertarme alguna sonrisa. Y es que lo peor de Medianeras es que el espectador se queda esperando algo que parece que va a ocurrir en todo momento y nunca llega. 

Una medianera.
Lo que sí hace con acierto el director es dar una visión de la realidad actual a la que nos ha llevado Internet: la hipercomunicación nos arrastra al hiperaislamiento. Vivimos con miedo al contacto visual y físico. Vivimos en ciudades donde el ritmo es demasiado rápido, donde no podemos pararnos o seremos excluidos del sistema, escupidos, lo que provoca  “personas medianeras”, o lo que es lo mismo, personas desaprovechadas o con mensajes vacíos, como las medianeras de los edificios, aquellas paredes que se ven, aunque no deberían verse, y se rellenan con publicidades.  Una bonita metáfora, sobre todo cuando, en esas medianeras, se encuentra a personas que son capaces de abrir de manera ilegal una ventana para que entre la luz. 

Los dos actores principales están más que correctos en sus papeles: ambos son almas solitarias pero, al contrario de lo que puede parecer, no por elección propia, sino que los malos amores y el dolor les han hecho heridas que no han podido curarse, al menos por el momento.  Drolas, un actor al que desconocía, encarna al prototipo de hombre atractivo, natural, solitario, y lo hace con extrema naturalidad. López de Ayala, por su parte, menos luminosa que de costumbre, pero he de decir a su favor que consigue un acento argentino más que aceptable y creíble. 

Una historia de búsquedas y de caos que podría haber sido una obra maestra y que se queda en una película con buenas intenciones, demasiado pretenciosa.  Le doy tres estrellas, que es más de lo que merece, por sus aciertos.  

jueves, 24 de noviembre de 2011

ENTREVISTA AL CANTANTE ENDER THOMAS

La energía positiva que aterriza desde Venezuela para hacernos sentir y bailar

La postividad y la mixtura son la carta de presentación del cantante venezolano Ender Thomas, que ha compartido escenario con artistas de la talla de Shakira, Juanes o Alejandro Sanz. “Todo un regalo”, reconoce. Pero es consciente de que la suerte no llega a tu casa un día, sino que tienes que trabajar mucho para que todas estas cosas pasen. A lo largo de su vida ha tenido claro cuál era su camino: la música. “Desde muy pequeño supe cuál era mi vocación y me he mantenido fiel a ella”. Sus influencias musicales incluyen los boleros latinoamericanos o el rock de Led Zeppelin, una mezcla que ha ido afianzando su personalidad musical, rica en matices. 

Afincado en Miami, ha estado estos días por España para presentar su nuevo álbum, donde ha coincidido con muchos venezolanos que le han dado muchísimo apoyo y ánimo. “Sienten que un pedacito de ellos mismos está haciendo cosas, sienten que es un logro propio”. 

Su disco viene apadrinado por el pianista y compositor griego Yanni, que goza de un gran prestigio internacional. Con él colaboró en un proyecto de envergadura internacional, del que surgió Ritual de amor, que se ha convertido en el single de presentación de su disco, un tema que está lleno de magia y que se ha vuelto “como un emblema”. Ender Thomas ha decidido, además, grabar el tema en una versión más flamenca, otra en italiano e incluso se atreve a hacerlo en árabe. “Es un trabajo bien difícil”, reconoce el artista.

Temas con alma
Ender Thomas confiesa que trata de sentir el alma de cada canción. Todas as de este disco han sido elegidas con mucha cautela y tratan el tema del amor de una manera muy bonita y sin tabúes. “Hablan de lo rico que es entregarse a otra persona, de superar el miedo, del amor más allá de la piel. El amor es todo” 

Además, ha compuesto alguno de los temas de este álbum, como Bajo el cielo de noviembre, una canción donde saca un espíritu más social. “En Brasil me encontré a un niño durmiendo en el suelo, en la entrada de un metro, y la gente le pasaba por encima. Me conmovió mucho. Le puse como nombre Ángel, porque era como un angelito”. 

También ha compuesto Puerto Cabello te quiero, una canción para su ciudad, llena de recuerdos y de nostalgia. “Esta canción se ha vuelto un himno en mi ciudad. Los niños la utilizan en los actos de fi n de curso. Puerto Cabello es muy bonito, hay mucha influencia española, tenemos un malecón espectacular donde el sol se pone y se besa con el cielo todos los días. La finalidad de esta canción es que vaya y la conozca”, reconoce.

Aunque hace 11 años que salió de Sudamérica, sigue muy conectado con todo lo que ocurre en el país, su familia sigue viviendo allá. “Mi Venezuela me duele porque la llevo en mi sangre. Pero yo vine aquí a entretener, a poner una sonrisa en la cara de la gente, a enamorarlos más”. 

lunes, 21 de noviembre de 2011

LOS PERROS Y LOS LOBOS, de Irène Némirovsky



Tercera novela que leo de Némirovsky, la protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS, y, os lo adelanto ya, la que más me ha gustado de las tres. He de reconocer que El ardor de la sangre y El baile me gustaron, me gustó el estilo preciso y cuidado de la autora, pero la historia que nos cuenta en Los perros y los lobos es la que más me ha atrapado.

Es la de Ada Sinner, una niña judía que nació y que pasó su humilde infancia en Ucrania, huérfana de madre, y que creció acompañada por sus primos, Lilla y Ben Sinner. Este último adquiere una especial importancia en su vida, sus maneras de pensar, tan complementarias, entablarán una lucha interior con sus lazos de sangre, uniéndolos y separándolos de manera perpetua. Cuando Ada se instala con su tía y sus primos en París, poco antes de la Revolución Bolchevique, la niña ya está enamorada de un joven con el que comparte apellido, Harry Sinner, un pariente lejano que pertenece a una clase social mucho más alta. Harry es de una familia rica, pero en sus entrañas hay rasgos que les hacen parecerse más de lo que, en el caso del Sinner rico, le gustaría. 

Los perros y los lobos es una historia de amor a tres, amor que va y viene en diferentes direcciones. El amor de Ben por Ada, con la que se casa en su juventud. El amor entre Ada y Harry, marcado por una diferencia social que entre los judíos de aquella época parecía insalvable. Y es sobre esa diferencia de clases sobre lo que versa, sobre todo, esta novela, sobre las diferencias entre los perros y los lobos, tan parecidos y tan diferentes. Una novela que profundiza en lo que nos une a los seres humanos, en los rasgos que nos hacen iguales, en los factores sociales que determinan nuestro destino.

sábado, 19 de noviembre de 2011

HABEMUS PAPAM, de Nanni Moretti


Uno de los directores más aclamados del cine italiano (y europeo) regresa a las salas comerciales con una comedia dramática, en la que no son pocas las risas pero en la que no renuncia a profundizar sobre los miedos y los demonios que se instalan a veces en el alma humana.

Fue hace unas semanas cuando tuve la suerte de ver esta película, antes de que se estrenara en España, en la Seminci de Valladolid, donde era una de las favoritas aunque finalmente no se alzó con ninguno de los preciados galardones. Y es que Habemus Papam peca de ser demasiado divertida para un festival que hace gala del dramatismo como es la Seminci. 

La película empieza cuando, tras el fallecimiento del Papa, los cardenales, obispos y arzobispos se reúnen en cónclave para escoger al nuevo representante de dios en la tierra. En ese primer momento, todo lo que cabría esperar se desmonta: los cardenales ruegan a dios que no les escoja, ninguno desea ser Papa (aquí ya advertimos que es una película de ficción total y disparatada, seguro que en la vida real tienen todos grandes ansias de poder…).

Y, tras varias votaciones (al más puro estilo Gran Hermano), eligen como Papa al anciano y bonachón Melville, un cargo para el que no está preparado, que le supera.  No es capaz ni de salir al balcón a saludar a los fieles.  A este nuevo Papa traumatizado da vida con acierto Michel Piccoli, nominado por este papel a los Premios del Cine Europeo. 

Desde ese momento, la película baila entre la risa y la ternura, entre el disparate y el drama. Hay alguna crítica al gobierno de ya depuesto Berlusconi (y es que a todo Silvio le llega su San Martín, ya saben ustedes) pero son tan leves que no creo ni tan siquiera que le hayan molestado. Moretti (que, además de dirigir, interpreta a un psicoanalista que intenta ayudar al nuevo Papa y después se ve recluido/prisionero en el Vaticano) no escatima en excesos, abusa de histrionismos, haciendo gala de un italianismo cómico que sabe añejo, pero que tiene un regusto dulce. 

jueves, 17 de noviembre de 2011

MIENTRAS DUERMES, de Jaume Balagueró


Una de las películas españolas más esperadas del año y que está teniendo una buena acogida en las salas ya que, a día de hoy, lleva recaudados casi tres millones de euros (su presupuesto es de 3,5 millones de euros, así que parece que será una película rentable).

Jaume Balagueró sigue con su carrera ascendente y parece que Mientras duermes le ha convertido, al fin,  en un director de primera categoría dentro del panorama cinematográfico español, y uno de los nombres de referencia dentro del género del thriller/terror psicológico.

Hemos de tener en cuenta que, en esta ocasión, ha trabajado con un actor de calidad interpretativa incuestionable: Luis Tosar. A él le ha dado el protagonismo absoluto, en un papel tramposo de conserje perverso y obsesionado con una de sus vecinas, a la que da vida Marta Etura, una actriz a la que no he vuelto ver brillar tanto como en AzulOscuroCasiNegro, a pesar de los constantes elogios que recibe película tras película, incluso recibió un inmerecido Goya por un pequeñísimo papel en Celda 211 y este año suena de nuevo a competir por el cabezón.  Esta vez esta correcta, sí, pero le falta algo a su interpretación inocente, algo más de veracidad, de fuerza.

Tosar, en cambio, está inmenso, como siempre. Si seguimos hablando de Goyas está claro que él es uno de los firmes candidatos a hacerse con el galardón. Tendrá que vérselas, seguro, con Antonio Banderas en La piel que habito, que podría dar la campanada y recibir el premio, no sólo por su gran interpretación, sino también como un reconocimiento a toda su carrera. Tendrá que vérselas con José Coronado por su papel en No habrá paz para los malvados, y con un último actor cuyo nombre no es tan seguro pero que tiene toda la pinta de ser Fernando Tejero (Cinco metros cuadrados) o incluso podría haber sorpresas y el cuarto nominado puede que sea Clive Owen (Intruders, de factura española), sobre todo teniendo en cuenta que a los académicos les gusta dar un aire internacional y glamouroso.

martes, 15 de noviembre de 2011

LA MEJOR MÚSICA DEL AÑO 2011. Nominados.

Mejor Artista o Grupo del Año:

- Adele
- Beyoncé
- Coldplay
- Lady Gaga

Mejor Artista o Grupo Español:

- Amaral
- La Oreja de Van Gogh
- Niña Pastori
- Russian Red

Mejor Artista Revelación:

- Bruno Mars
- Jessie J
- Mäbu
- Pablo Alborán

Mejor Videoclip:

- Judas (Lady Gaga)


- Paradise (Coldplay)



- Rolling in the deep (Adele)



- Run the world - Girls (Beyoncé)


Mejor Canción:

- Moves like Jagger (Maroon 5 feat. Christina Aguilera)



- Paradise (Coldplay)



- Rolling in the deep (Adele)



- Someone like you (Adele)



Mejor Álbum

- 4 (Beyoncé)
- 21 (Adele)
- La orilla de mi pelo (Niña Pastori)
- Fuerteventura (Russian Red)

lunes, 14 de noviembre de 2011

FESTIVAL DE CORTOS DE MÓSTOLES 2011: RESUMEN Y PALMARÉS



Este año, en su octava edición, el FIC Móstoles ha realizado todo un ejercicio de madurez en lo que organización de festivales se refiere y un derroche de calidad cinematográfica. Toda una alegría, para mí en particular, para la ciudad de Móstoles y, sobre todo, para el cine. Han sido 25 los cortometrajes de la Sección oficial a concurso, 5 de ellos de factura extranjera. 25 películas que, salvo contadas excepciones, podríamos catalogar como "buenas" o "muy buenas". 

Anoche, el Teatro del Bosque se vestía de fiesta para premiar lo mejor que hemos visto durante esta semana de cine. La velada comenzó con la actuación de la Big Band del Conservatorio Rodolfo Halffter, mi enhorabuena para estos músicos de calidad que abrieron la Gala de Clausura. Tras su actuación, se pasó a la entrega de premios, que os detallo a continuación:

Mejor Cortometraje Nacional
Finalistas: 
Dinero fácil, de Carlos Montero
El orden de las cosas, de César Esteban Alensa y José Esteban Alenda
La huida, de Víctor Carrey
Ganador: El orden de las cosas
Ha sido el mejor corto que hemos visto en el Festival. Para mí, a pesar de la óptima calidad en general, no había dudas de que los 19 minutos de intensidad que consigue este cortometraje, que además obtuvo la nominación al Goya, merecían el premio más importante de la noche. El jurado destacó la perfecta aplicación de un lenguaje visual luminosos para retratar una realidad muy oscura. Y es que El orden de las cosas trata sobre la violencia de género, pero lo hace con sutil elegancia y apoyándose en unas interpretaciones imposibles de olvidar. Una pequeña joya, una pequeña obra maestra de cinco estrellas.

Mejor Cortometraje Extranjero
Finalistas:
Al servizio del cliente, de Beppe Tufarulo (Italia)
Tabu, de Vincent Coen y Jean-Julian Collette (Bélgica)
The astronaut on the roof, de Sergi Portabella (Alemania)
Ganador: Tabu
Aunque no era mi favorito de los cinco (me había conquistado la sencillez de Al servizio del cliente) he de reconocer que Tabu es un cortometraje de calidad que consigue condensar en pocos minutos (24, ha sido el corto menos corto) la estructura del largo, algo que destacó el jurado, igual que su buena factura y su giro final inesperado. Para mi gusto, tiene momentos brillantes pero hay partes del guión demasiado excesivas que hacen que bien pudiera tratarse de un culebrón venezolano. Arriesgado, sí, y con unos actores que no titubean, pero intenta albergar demasiado en muy pocos minutos.

Premio Especial del Público
Finalistas:
Al servizio del cliente, de Beppe Tufarulo
Casa, de Carlos Martín
Dulce, de Iván Ruiz
Ganador: Casa
Carlos Martín recoge el Premio del Público.
Mi favorito era Dulce, del que os hablé hace unos días, por su narrativa, por su ternura... por su dulzura. Pero el público le dio este premio, con un promedio de 4,5/5 a Casa, uno de los cortometrajes de este festival que tenía una menor calidad visual, pero he de reconocer que la dirección y, sobre todo, la actuación de Maximiliano Márquez, conectaron con el público, por la valentía, por la sinceridad y por la emoción de un abuelo desesperado y solo que necesita ayuda para cuidar de su nieto minusválido. PODÉIS VER EL CORTOMETRAJE COMPLETO:
CASA from Saicofilms on Vimeo.

Mejor Actor
Finalistas:
Mario Casas (Dinero fácil)
Maximiliano Márquez (Casa)
Raúl Sénder (Moratín 36)
Ganador: Maximiliano Márquez (Casa)
Maximiliano Márques, Mejor actor del Festival
Creo que el jurado no se confundió en elegir a los finalistas, ni tampoco al ganador. Aunque Mario Casas estaba muy lejos de alcanzar el nivel interpretativo de los otros dos, he de reconocer que lo hace bien en su papel de chapero joven, chulo, atractivo e inocente. Márquez y Sénder consiguen emocionar con sus papeles breves (6 y 8 minutos respectivamente) pero cargandos de intensidad y veracidad.

Mejor Actriz
Finalistas:
Manuela Vellés (El orden de las cosas)
Mª Alfonsa Rosso (Algo queda)
Latifa Baouali (La hégira)
Ganadora: Mª Afonsa Rosso (Algo queda)
Rosso interpreta en este corto a una anciana con alzheimer, una mujer que se va haciendo cada vez más pequeña. Es un papel complejo que ejecuta con profesionalidad en un corto de calidad (de los mejores que pudimos ver en el festival) y en el que Marta Belenguer está igual de brillante. Para mí, la ganadora debería haber sido Manuela Vellés, que consigue, sin apenas moverse (su vida transcurre en una bañera) y sin decir ni una sola palabra, decirlo todo, decirlo todo a través de sus miradas, de sus lágrimas, de su miedo. Una maravillosa interpretación la suya que merecía, sin duda, el reconocimiento absoluto del jurado. PODÉIS VER EL CORTOMETRAJE COMPLETO:
'Algo queda' dirigido por Ana Lorenz. Ganador del 2º Certamen SNCFILM'09 from SNCFilm on Vimeo.


sábado, 12 de noviembre de 2011

EL BAILE, de Irène Némirovsky


Segunda novela que leo de la protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS, Irène Némirovsky. El baile es una novela breve, muy breve. Tanto, que me he quedado con ganas de más, de una mayor profundización en la historia y en el perfil psicológico de los personajes.  Y no es que sea escaso, no, porque en muy pocas páginas Némirovsky consigue que el lector conozca a los personajes, su manera de ser, de pensar, pero todo podría haber sido más profundo, y más intenso.

La protagonista de El baile es Antoinette, una niña de 14 años, una edad complicada entre la niñez y la adolescencia, una niña que ya no se siente tal, pero a la que su madre sigue tratando como si continuara en la infancia absoluta, además, Antoinette está sometida a una estricta educación que la asfixia. Pero siente que todo puede cambiar, que puede brillar y adentrarse en ese mundo de adultos que tanto ansía cuando su madre decide ofrecer un baile en su casa.

A partir de ahí, no puedo contar mucho más sobre el argumento, pero os invito a dejaros llevar por la narración precisa de Némirovsky, por esa manera de tratar de una manera dramática que roza lo esperpéntico y lo cómico las apariencias, la diferencia de clases y, en esta ocasión, los tormentos de infancia.
Una novela –novelita- que merece la pena leer, que es breve y completa, que consigue una absoluta depuración y precisión del lenguaje, aunque reitero que hubiera deseado que fuera más larga, para que su sabor agridulce se me pegara al paladar durante más tiempo, para conocer más a esa niña que quiere ser mujer atormentada, a esa madre preocupada por el qué dirán, que tanto miedo le tiene a quitarse las joyas porque sabe que, sin ellas, no es más que una mundana mujer con tanto que esconder. Os la recomiendo, Némirovsky no defrauda. 

jueves, 10 de noviembre de 2011

LA VOZ DORMIDA, de Benito Zambrano


Estamos ante una de las películas españolas más esperadas del año y, aunque tenía pensado publicar esta reseña a finales de mes, he decidido adelantarla para que aquellos que estén dudando si verla o no se animen antes de que la retiren de las salas de cine. Y es que no ha sido mucho el éxito comercial que ha tenido, al menos, a mí no me lo parece. Estrenada a finales de octubre, dos semanas después está destinada a extinguirse rápidamente de la cartelera de manera inevitable. Tan sólo las nominaciones de los Goya (que se anunciarán en enero) pueden reactivarla un poco. Nominaciones que obtendrá seguro, porque visualmente es una película cuidada (producción, vestuario,  o incluso fotografía o montaje parecen nominaciones más que posibles), y porque Zambrano es un gran director de actores y ha conseguido sacar lo mejor de dos de las actrices más jóvenes y guapas del panorama interpretativo español actual: Inma Cuesta y María León.

La primera, Inma Cuesta, popular por su papel en la serie Amar en tiempos revueltos, y por aquella magnífica interpretación en el musical Hoy no me puedo levantar, que tanto gustó y dónde demostró que, además de buena actriz, tiene una voz preciosa. A Cuesta la vimos también a principios de año en Primos, donde derrochaba naturalidad. Y aquí, consigue sumar a esa naturalidad una madurez pasmosa, llenar de matices un papel dramático en estado puro, complejo y revestido de una fuerza, la fuerza de la convicción que posee su personaje, Hortensia.

La segunda, María León, que ganó la Concha de Plata en San Sebastián y que ganará el Goya a la Mejor Actriz Revelación, o al menos bien lo merece. Lo merece por su mirada azul, acuosa y llena de mensajes, de mensajes de amor, de amor por un hombre, de amor por una hermana, de amor por una tierra, Córdoba, que quedó en el recuerdo; por la frescura de su acento; por su inocencia, que arranca sonrisas en una película tan cruda como esta; y por la veracidad, la vida y la sinceridad con la que crea el personaje de Pepita. Ella es lo mejor de la película.

Ellas dos son los puntos fuertes de una película dramática que carece de la magia y de la fuerza que envuelve a la novela, porque era muy difícil hacer La voz dormida siendo fiel a la obra de Dulce Chacón, que reseñé en CAJÓN DE HISTORIAS hace algunas semanas. Lo es, porque en la novela se profundiza en muchos personajes que aquí son meros figurantes. Lo es también porque la historia de amor entre Pepita y El chaqueta negra está en un segundo plano en la película, cuando en la novela va creciendo poco a poco hasta florecer y convertirse en una de las historias de amor más dulces y hermosas de la literatura española de los últimos años.

Soy consciente de lo difícil que debe ser adaptar una novela, y más una tan llena de personajes e historias como lo es esta, por eso Zambrano prescinde de todo ello para centrarse en la historia de Hortensia y Pepita, dos hermanas huérfanas por la guerra, una encerrada en la cárcel por republicana y embarazada, la otra, que deja Córdoba y se instala en Madrid para ayudarla. Y alrededor de ellas un elenco interpretativo que tiene papeles pequeños que defienden dignamente, sobre todo Ana Wagener, y tampoco está mal Marc Clotet.

Es cierto que la película peca de caer en algunos tópicos clichés de la Guerra Civil, de “rojo bueno” y “facha malo”, con algún “facha bueno” para humanizar la historia. Que todo eso queda mejor resuelto en la novela. Pero Zambrano ha hecho una película digna, un drama realista sobre lo que pasó, porque esos clichés manidos que a veces criticamos sin cesar, realmente tuvieron lugar, realmente se asesinó en esta España nuestra a gente por pensar de una u otra manera, y La voz dormida es una manera de llamar a la conciencia, de recordar (con duras bofetadas, con lágrimas que resbalan por las mejillas inevitablemente) que eso ocurrió, que no debemos olvidarlo, porque si lo hacemos volveremos a caer en los mismos errores del pasado.

Os recomiendo la novela, muchísimo, y os recomiendo la película, porque es una película española que relata una parte de lo que somos por lo que hemos sido, porque es un drama al que no le falta calidad cinematográfica, y porque en los premios Goya conseguirá nominaciones importante, y está bien haber visto las películas el día de la gala, ¿verdad?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

VII FESTIVAL DE CORTOS DE MÓSTOLES 2011: INAUGURACIÓN


Aunque suele celebrarse en primavera, por algún desconocido y seguramente extraño motivo este año el Festival Internacional de Cortometrajes de Móstoles (FIC Móstoles) está teniendo lugar en otoño. Una alegría siempre que mi ciudad organice un evento de este tipo, en el que el protagonista es el cine, y lo que es mejor, el corto, donde se mezcla calidad, creatividad, ilusión y mucho esfuerzo. Los cortometrajes suelen ser difíciles de ver en España y por eso se agradece que existan este tipo de festivales, donde pueden llegar al público.

Este año, el FIC Móstoles, en su octava edición, ha contado en la gala inaugural con una más que notable calidad. Cinco cortometrajes que merece la pena ver, comedia, drama, jóvenes, niños, ancianos. Sonrisas, lágrimas sería mucho decir, pero si emoción... y ternura. 

Os los presento:

Yo soy de amor, de Carlo D'Ursi (10 min.)
Protagonizado por Daniel Muriel y Rafa Reaño, narra el encuentro de dos amigos, uno de ellos está destrozado porque acaba de dejarlo con su chica. Él otro es mucho más frívolo y sólo se preocupa del sexo. La primera escena me ha arrancado una carcajada sonora. Seguramente sea el que menos nivel tenga de los cinco de esta primera jornada, pero ha sido divertido y no es el que menos me ha gustado.

Adiós papá, adiós mamá, de Luis Soravilla (12 min.)
Con tres actores conocidos (Miguel Ángel Muñoz, Enrique Villén y Gracia Olayo) este corto, nominado al Goya al Mejor Cortometraje de Ficción 2010, es una historia que, teñida de una estética antigua, cuenta una realidad muy actual y dramática, contada en tono de comedia, la de los jóvenes que tienen problemas para emanciparse.

Dulce, de Iván Ruiz (14 min.)
El más bonito de todos, con un guión muy bueno y visualmente sin peros. Protagonizado por el televisivo Pedro Peña (al que recordamos como el abuelo de Médico de familia) y Fely Manzano, y los niños Miriam Martín y Santiago Díaz. Dos bellas historias de amor en edad poco convencionales: la infancia y la vejez, cargada de ternura y de bellos detalles. Y narrado por Asunción Balaguer, precioso. Mi enhorabuena a Iván Ruiz desde CAJÓN DE HISTORIAS. Dulce levantó una ovación entre el público del FIC Móstoles y creo que puede ser uno de los candidatos a alzarse con el Premio del Público, seguro que tiene un hueco en el palmarés del domingo.


Reconciliación, de Ádel Kháder (17 min.)
El más largo de la noche, narra el "des-encuentro" de dos hombres muy diferentes que se ven encerrados en un ascensor. España, 23 de Febrero de 1981. Intento de Golpe de Estado. Uno de ellos, un repúblicano que acaba de regresar a España tras la larga dictadura franquista; el otro, un joven de Fuerza Nueva. Es gracioso, tiene calidad y habla las dos Españas que siguieron vivas en el inicio de la democracia, que siguen vivas hoy en día...

Moratín 36, de Paco Egido (6 min.)
El más corto de la jornada, protagonizado por Raúl Sender en una interpretación que llena de matices en tan poco tiempo, cargada de intensidad y que nos cuenta una historia con sentido completo en esos seis minutos. La esencia del corto llevada al extremo. ¡Bravo!

martes, 8 de noviembre de 2011

EL ARDOR DE LA SANGRE, de Irène Némirovsky


Esta vez, aunque lo he leído en francés (Chaleur du sang), me quedo con la sonoridad de su título en castellano: El ardor de la sangre. Simplemente, me fascina. Y es que esta novela breve habla de ese calor extremo que te corre por las venas cuando estás enamorado, joven y enamorado. Y lo hace con tanta candidez que es fácil sucumbir a su prosa, elegante, serena. 

El protagonista de esta historia es Silvio, que tanto viajó por el mundo en su juventud y que, ahora que es un anciano, apenas quiere salir de su pequeño pueblo del corazón de Francia en los años 30 del siglo XX. Es introvertido, huraño. Está prácticamente arruinado. Y es el narrador de una historia que no es la suya, sino la de su prima Hélène y la hija de ésta, Colette. Una historia familiar llena de secretos que el lector puede intuir a la vez que los descubre Silvio, porque no son grandes sorpresas, más bien las pequeñas miserias que a veces están demasiado cerca de nosotros y nos empeñamos en negarlas, o en taparlas con sábanas blancas, como a los muebles viejos del trastero, para que no se vean, y después lo único que descubrimos es que esas sábanas los han protegido del polvo y de la corrosión del tiempo, y permanecen intactos.

Lo mejor de esta historia es su narración, extremadamente serena, que me ha recordado en ocasiones a la precisión que emplea Gustave Flaubert en su obra maestra, Madame Bovary, una obra y un autor que debieron influir en la malograda Némirovsky. La autora capta a la perfección el hermetismo de los campesinos franceses y la importancia en guardar las apariencias, ahondando con certeza en su monotonía y en su estacamiento, siendo esto último, lo que enlaza con el verdadero tema de la obra: la repetición cíclica de los mismos errores generación tras generación, la sordidez humana. 

El ardor de la sangre fue publicado en 2007, unos 70 años después de su composición, cuando los biógrafos de la autora descubrieron el manuscrito olvidado y perdido entre los papeles de su editor.

No es una novela maravillosa, no es de esas que te dejan una sensación de plenitud, difícil sería teniendo en cuenta el drama candoroso que trata, pero sí es tremendamente inteligente, y se establece una extraña distancia entre la autora y sus personajes -algo que pocas veces ocurre, porque es complejísimo no dejarse llevar por un amor o un odio hacia los personajes que uno crea- para que el lector sea capaz de sacar sus propias conclusiones. Parece que a Némirovsky eran únicamente las precisas palabras las que provocaban ardor en su sangre. Muy recomendable para aquellos que gusten de una excelsa narración.

domingo, 6 de noviembre de 2011

EL NIÑO DE LA BICICLETA, de Jean-Pierre y Luc Dardenne


El niño de la bicicleta es la nueva película de los hermanos Dardenne, con la que consiguieron el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes y que también han presentado, con menos fortuna, a la Seminci de Valladolid. 

Nos cuentan la relación que se establece entre Cyril, un niño conflictivo abandonado por su padre, y Samantha, que se convierte casi por casualidad en su madre de acogida. Una relación complicada, que crece, que se infla y se desinfla, y que tiene bastantes destellos de hermosura. 

Los Dardenne se alejan de cualquier vestigio de melodramatismo para narrar con una cruda efectividad la historia universal del cariño, y vuelven a demostrar su buen hacer a la hora de sacar lo mejor de los niños: Thomas Doret, el joven actor, está sobresaliente en su interpretación que mezcla la rabia de una vida perra, y la bondad que sigue pegada a su piel de niño; apoyado en todo momento por una Cécile de France en plena forma, tan creíble y tan serena.

A los Dardenne no les tiembla la cámara (casi siempre al hombro, aparentemente inestable) a la hora de contar esta historia que podría haber sido una obra maestra, pero en la que los personajes secundarios (un novio de la madre innecesario, un delicuente juvenil que me sobra por completo) consiguen empequeñecer lo que merecía un protagonismo absoluto: la relación entre mujer y niño, madre e hijo al fin y al cabo.

Con todo, es una historia optimista, con un inicio espectacular y lleno de fuerza en la que un niño desgarrado por el abandono busca su bicicleta, una bonita metáfora de la solicitud del amor paterno que le ha sido negado. Una historia que, aunque tiene algunos puntos débiles, merece la pena ver, por tratarse de una bofetada en la conciencia y por tratarse, con increíble lucidez y sin moralinas, de un canto a la esperanza, a las nuevas puertas que se nos pueden abrir cuando la vida nos ha cerrado, de manera temprana y cruel, las puertas del que creíamos nuestro hogar.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Mis canciones del mes de noviembre

10. Coldplay: Paradise (N)
Primer single del nuevo disco de Coldplay, que hace unos días hizo vibrar al mundo con su concierto en Las Ventas de Madrid, retransmitido en directo a través de YouTube. Un tema elegante, y un vídeo que merece la pena ver por la intensidad de sus colores.



9. La Oreja de Van Gogh: La niña que llora en tus fiestas (-8)
El número 1 del mes pasado desciende ocho posiciones pero sigue sonando y este tema de sonido potente y letra triste se perfila a convertirse en uno de los mejores del presente año de un artista español, ¿no os parece?



8. Pablo Alborán: Miedo (N)
Uno de los cantantes revelación de este 2011, que ya estuvo durante varios meses presente en mi Playlist con   Solamente tú, su primer single. Ahora regresa con este tema, extraído de su disco homónimo, en el que habla de esa incertidumbre que nos corroe cuando estamos enamorados, cuando la llama comienza a apagarse...




7. Laura Pausini: Benvenuto (+1)
Este mes sí, este mes os traigo el nuevo videoclip de Laura Pausini, con una producción cuidada y en el que la diva italiana se luce. Benvenuto es una canción positiva para este invierno que se acerca, destinada a convertirse en uno de los clásicos de la cantante.



6. Vanesa Martín: Arráncame (-3)
Cuarto mes en lista con este tema, que irá incluido en su próximo álbum, Cuestión de piel, que saldrá a la venta a principios de 2012. Arráncame es una cuestión desgarrada, que puede tener diferentes lecturas, la pérdida de un amor o el miedo al compromiso. Todo un derroche de sentimiento.



martes, 1 de noviembre de 2011

Protagonista del mes... Irène Némirovsky


He dudado mucho sobre quién debía ser protagonista de noviembre en CAJÓN DE HISTORIAS. Esperé a conocer el nombre del ganador del Nobel de literatura, pero la poesía sueca y yo no somos grandes amigos, así que tuve que desestimar a Tomas Tranströmer. Después, con el Premio Planeta, consideré que Javier Moro no merecía ser protagonista. He leído Pasión India, y me gustó,  pero no tanto como para convertirle en el personaje más importante del mes. 

Por eso, tras muchas dudas, decidí que fuera Irène Némirovsky. Y lo decidí, sobre todo, porque su vida me parece fascinante, digna de la mejor novela. ¿Sabéis si hay alguna biografía de ella publicada? 

Nacida en Kiev (Ucrania) en 1903, hija de un banquero judío, fue criada por una institutriz francesa, lo que influyó profundamente en la evolución de Némirovsky como escritora y como persona, ya que es el francés la lengua que escogió para escribir su obra. En 1918, huyendo de la Revolución Rusa, pasó una temporada entre Finlandia y Suecia, hasta que, en 1919, llegó a Francia, dónde se casaría poco después y dónde daría a luz a sus dos hijas. 

En 1929 envió su primera novela, David Golder, a la editorial Grasset. Lo hizo de manera anónima, tanto miedo tenía al rechazo, que el editor tuvo que publicar un anuncio en la prensa para conocer al autor de aquella obra, que, tras su publicación, recibió halagos de escritores tan diferentes como Joseph Kessel, que era judío, o Robert Brasillach, que era antisemita. 

A pesar de su reconocimiento en la sociedad francesa de la época, el Gobierno francés rechazó su petición de nacionalización en 1938, debido a su religión. Un año después, Némirovsky y toda su familia se convirtieron al catolicismo, pero no fue suficiente para librarse de las leyes antisemitas del gobierno de Vichy, que impidieron a la escritora seguir publicando desde 1940. Némirovsky se refugió entonces en Issy-l’Évêque, en la Francia más profunda, donde siguió creando, a pesar de ser consciente de que sus obras no verían la luz. 

En julio de 1942, Irene fue arrestada por la gendarmería francesa e internada en el campo de Pithiviers, para ser deportada poco después a Auschwitz, donde murió de tifus el 17 de agosto de 1942. El mismo día del arresto, su marido emprendió innumerables gestiones para lograr su liberación y finalmente, en octubre de 1942, fue arrestado, deportado a Auschwitz y al poco tiempo de llegar, asesinado en la cámara de gas.
Fueron sus hijas, que vivieron escondidas durante todo aquel horror, las que conservaron los manuscritos inéditos de su madre, como un tesoro.  

Irène Némirovsky, que perdió el hogar y después la vida. Que no pudo acabar su novela más ambiciosa, Suite francesa, pero que, gracias a sus hijas, han llegado las obras de aquella época de exilio, de exilio físico y literario, para convertirse, más de 60 años después de su muerte, en uno de los nombres claves de la literatura del siglo XX, ocupando el lugar que la sinrazón le quitó. 

Sin duda, una vida triste y fascinante la de esta escritora, ¿no os parece?

Durante este mes reseñaré El ardor de la sangre y El baile.