miércoles, 30 de mayo de 2012

AL SUR DE LA FRONTERA, AL OESTE DEL SOL, de Haruki Murakami


Con esta novela cierro el mes dedicado a Haruki Murakami en CAJÓN DE HISTORIAS. Con esta novela cierro un mes de sensaciones que bailan entre el lirismo y la tristeza, tristeza que viene y va vestida de diferentes formas, sobre todo de melancolía y nostalgia, dos sentimientos que se diferencian en pequeños matices, aunque ambos duelan o encojan el espíritu. 

Saqué este libro de la biblioteca, y la bibliotecaria me confesó que no pudo parar de llorar con esta novela. Esas lágrimas no han llegado a mis ojos, aunque reconozco que la historia de Hajime, al que le asaltó el vacío, ha conseguido mantenerme despierto, buceando en las sensaciones que describía el protagonista.

Es la historia de un hijo único que se enamoró de una niña que la distancia le arrebató. Y el tiempo hizo que se volvieran a encontrar. Es la historia de ese hijo único, Hajime, que dañó a una mujer, Izumi, sin ser consciente de ello. Hay veces que ocurre, que en la época anterior a la madurez nuestro cuerpo desea más que nuestro corazón, y cuando ese deseo no camina junto al deseo de la otra persona, se resquebraja el corazón. Es la historia de una mujer que quiso arrastrar a Hajime con ella, hasta más allá del sur de la frontera, más allá del oeste del sol, aquejada ella de la histeria siberiana, rota por dentro. Esta mujer, llamada Shimamoto, a la que un día se le murió algo por dentro y aquello que muere no vive más, por estúpida y evidente que parezca la frase. Y aquello que se le murió tenía además una razón de ser y se mezcló con el agua de un río. Y, por último, es la historia de una mujer que amó, y amó y sólo pudo amar a Hajime, quien la salvó, sin saberlo, de la muerte. Un hombre y tres mujeres: Izumi, la que murió por él, Shimamoto, la que quiso matarle, y Yukiko, que volvió del reino de Hades gracias a él. 

Murakami vuelve rebuscar en las profundidades del alma, en aquello que te hace sentirte vacío a pesar de tener dos hijas hermosas, una mujer que te ama y dos empresas rentables. Vuelve a hacerlo con una sencillez pasmosa, tranquila. Una novela que habla del vacío. Un vacío sobre lo que se tuvo y apenas se saboreó, y se vuelve a tener resbalando entre los dedos. Murakami es un experto en sensaciones y en dibujar a personajes llenos de vida, incluso cuando parecen esperpénticos o imposibles el lector sabe que sí, que esos personajes son reales. Y viven. Y sufren, como sufre sin sufrir Hajime. Porque el sufrimiento hay veces que no viene acompañado de un dolor. Y aunque duela, lo mejor es fingir que se es feliz. No es tan difícil. Ya lo dijo Nat King Cole.




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Más novelas de Haruki Murakami en CAJÓN DE HISTORIAS:



lunes, 28 de mayo de 2012

Festival de Eurovisión 2012: Pastora Soler merecía más


La elección de Pastora Soler para representar a España en el Festival de Eurovisión devolvía la ilusión a todos aquellos que han tildado este concurso como desfasado y rancio. Una de las voces más potentes del país, una de las artistas más consolidadas del panorama musical se arriesgaba a ir a Baku, sabiendo que eso podría repercutir en su carrera de forma negativa. Sobre todo, de una manera innecesaria. Pero lo cierto es que Pastora Soler tiene un grupo de seguidores fieles y, como cantante, está por encima del cualquier tipo de Festival. 

Hacía ya unos cuantos años que no había tanta unanimidad para elegir una canción: Quédate conmigo. Críticos musicales, periodistas, cantantes y público estaban de acuerdo en que era el mejor tema para la cantante. Una balada en la que se derrochaba voz con una parte final totalmente conmovedora y con una potencia vocal al alcance de muy pocos.

Pastora Soler ha sido la mejor voz del Festival de Eurovisión. Hizo una actuación impecable, que va ascendiendo en intensidad, con una calidad vocal insuperable. Pastora Soler iba arropada por un coro sin "peros", y el juego de luces, desde esa intimidad del principio hasta el derroche de luz final hizo que el tema brillara más si cabe. Una de las mejores interpretaciones que ha hecho España en todas las ediciones del Festival. Pero todo esto no es suficiente para ganar. 

Hace unos años era un jurado quién votaba, y siempre había estrategias geopolíticas: los noruegos siempre votan a los suecos y a los fineses; los estonios, a los letones. Portugal nos dio los 12 puntos, tan majos ellos. Y así sucesivamente. Por eso decían en Twitter que lo mejor para seguir las votaciones de Eurovision es hacerlo con el Google maps abierto. Creo que lo que peor sentó fue que los italianos no nos dieron ni un punto, mal rescate tengan. Después se decidió cambiar el sistema y era el público quién votaba. Pero ¡oh sorpresa! apenas hubo variación en las votaciones y los países seguían dando sus votos a los países vecinos de manera muy similar. Este año las votaciones han resultado de un voto del jurado y otro del público, pero, señores, da lo mismo. España tiene muy complicado ganar en un concurso en el que lo más importante no es la música.


Como anunciaban todas las apuestas, la sueca Loreen fue la ganadora, con un tema dance llamado Euphoria. Es una canción pegadiza, sencilla, que también va ganando en intensidad, la interpretación de la Loreen aunó la sensualidad y el ritmo en sus movimientos, con la espectacularidad de las luces y el bailarín que la acompañaba en la parte final de la canción. Seguramente, el tema más festivalero y eurovisivo de la edición. Una justa ganadora. Para España, una digna décima posición, aunque Pastora Soler merecía más. Sin duda alguna. 






Clasificación Festival Eurovisión 2012
  1. Suecia
  2. Rusia
  3. Serbia
  4. Azerbaiyán
  5. Albania
  6. Estonia
  7. Turquía
  8. Alemania
  9. Italia
  10. España
  11. Moldavia
  12. Rumanía
  13. Macedonia
  14. Lituania
  15. Ucrania
  16. Chipre
  17. Grecia
  18. Bosnia
  19. Irlanda
  20. Islandia
  21. Malta
  22. Francia
  23. Dinamarca
  24. Hungría
  25. Reino Unido 
  26. Noruega




jueves, 24 de mayo de 2012

TOKIO BLUES, de Haruki Murakami


Puede que para escribir sobre Tokio blues uno necesite sumirse en un estado de pequeña nostalgia. La nostalgia que siente el protagonista, Watanabe, aterrizando en el aeropuerto de Hamburgo. La nostalgia que va calando en el lector poco a poco, de manera casi imperceptible, haciendo una herida que va siendo más profunda y más profunda, hasta ese capítulo final en el que apenas puedes reprimir unas lágrimas que no llegaron a brotar, no, pero el cuerpo se cerró acongojado, esa herida se cerró de repente y quedó dentro la nostalgia.

Tokio blues es probablemente la novela más conocida de Haruki Murakami: la historia de Watanabe y Naoko, por la que siente un profundo amor. De Watanabe y dos mujeres más, que son la luz de esta novela: Midori y Reiko. De Watanabe y la ausencia de su amigo Kizuki, que decidió tener 17 años para siempre. Tokio Blues es una historia sencilla sobre el despertar sexual y sobre el paso a la madurez, que se sustenta en unos personajes especiales y dibujados con total maestría. Todos tienen caracteres complejísimos, pero Murakami consigue hacer fácil lo difícil, y esos personajes, en su introversión, en su depresión en algunos casos, consiguen ser más verosímiles que muchas personas de carne y hueso cargadas de hipocresía. 

Watanabe que es serio y sencillo y directo. Watanabe que es tranquilo y que no se escandaliza fácilmente. Él es el eje de esta novela, él es el narrador. Watanabe que tuvo un solo amigo, un amigo que se suicidó. Y comparte esa muerte, y también comparte amor, con Naoko, hermosa y frágil. Naoko a la que le cuesta encontrar las palabras adecuadas para expresarse.

A Tokio blues le falta el rumor lírico de Sputnik, mi amor y el viaje a un universo paralelo de Kafka en la orilla, pero tiene una gran dosis de nostalgia y de tristeza, y habla del amor y de la muerte, los dos grandes temas de la literatura universal. El amor por una mujer, el amor sensual y también el deseo, expuesto con gran naturalidad. Y la muerte, en forma de suicidio (Japón es uno de los países con una tasa de suicidios más elevada del planeta) que puede determinar el camino de una vida.

Murakami consigue una vez más que sus libros no sólo se lean, sino que también se sientan, y que suenen, gracias a esa música que suena como un eco, que suena a Norwegian wood.



miércoles, 23 de mayo de 2012

LAS 10 MEJORES CANCIONES GANADORAS DE EUROVISION

10. Olsen Brothers: Fly on the wings of love (Dinamarca 2000)
Los hermanos Olsen se hicieron con la victoria en el año 2000, con este tema pop y con aire folk que sonó después en la voz de varios grupos de dance y house. 


9. Massiel: La la la (España 1968)
Tema mítico de la canción melódica española gracias a su victoria en Eurovisión en 1968. Fue la primera vez (y casi la única) que España ganaba este festival, lo que le dio a Massiel una popularidad enorme que ha sabido conservar a lo largo de las décadas. 44 años han pasado desde esta victoria y las nuevas generaciones siguen conociendo el La la la. El caso es que, escuchándola tanto tiempo después, a pesar del toquecillo cañí, sigue teniendo un aire hippie y positivo que la hace memorable, ¿no?



8. Alexander Rybak: Fairy tale (Noruega 2009)
La expresividad, el carisma y el violín de este joven le hicieron ganador, con un tema dulzón y alegre, que parece que son los que más gustan en Eurovisión. Alexander Rybak consiguió ser Número 1 en diez países con esta canción.





7. Lordi: Hard Rock Hallelujah (Finladia 2006)
Eurovisión es también espectáculo. Estos monstruos revolucionaron el Festival y se convirtieron en todo un fenómeno en 2006 y 2007 en Finlandia, donde más de 80.000 personas entraron cantaron en un Karaoke este tema, lo que les sirvió a Lordi para entrar en el Guiness. Bajo las máscaras y la voz ronca, una canción mucho más MTV de lo que pueda parecer.




6. France Gall: Poupée de cire, poupée de son (Luxemburgo 1965)
Puede que el no os diga el nombre ni de la cantante ni de la canción, pero si la escucháis, la reconoceréis, todo un himno de la música francesa de los años sesenta. Por primera vez una canción que no era una balada ganaba este festival. Pero es que esta muñeca de cera que veía la vida en rosa bombón conquistaba a cualquiera, imposible no mover los hombros, y los más intrépidos, ¡las caderas!





5. Celine Dion: Ne partez pas sans moi (Suiza 1988)
Imagino que la mayoría lo sabréis: Celine Dion ganó el festival de Eurovisión en 1988 (¡dios mío, cuánto daño hizo el estilismo de finales de los años ochenta y principios de los noventa!) representando a Suiza, con un tema en el que hacía gala de su especial voz. Un vozarrón que no permite debates, y una canción romántica que ahora suena kitsch. Quizá por eso tenga su gracia.




4.ABBA: Waterloo (Suecia 1974)
Posiblemente este sea el tema ganador del festival de Eurovisión más conocido a nivel mundial, que lanzó al estrellato a ABBA, un grupo que triunfó no sólo en Suecia, sino en Reino Unido, en Estados Unidos, e incluso en ¡Costa Rica! ABBA fue un fenómeno mundial de los años setenta y Waterloo es uno de los himnos musicales de esa época eléctrica.




3. Dana International: Diva (Israel 1998)
Este festival, por qué no decirlo, siempre ha sido muy gay. Los temas pop-disco se han llevado la victoria en múltiples ocasiones. En 1998 la cantante transexual Dana International se alzaba con el triunfo gracias a este tema pegadizo y veraniego. Está claro que la voz no siempre es lo más importante... Metes en la coctelera un estribillo pegadizo, con una pizca de espectáculo y ¡listo!




2.Marija Serifovic: Molitva (Serbia 2007)
Al contrario que pasó en 1998, Marija Serifovic ganó representando a Serbia con un derroche de sentimiento, una de las canciones más bonitas que ha pasado por el festival, un buen ejemplo de que la música traspasa fronteras y la emoción no entiende de idiomas.




1. Sertab Erener: Everyway that I can (Turquía 2003)
Esta canción reúne todo lo necesario para ganar Eurovisión, y hacerlo con dignidad para tener contentos a todos. Sertab Erener era una diva en Turquía antes de presentarse al Festival, tiene una gran voz y muchísimas tablas sobre el escenario. Los aires árabes, el toque hip hop y el juego de los pañuelos hace de esta canción y de esta interpretación en el festival todo un derroche de adrenalina. Un lujo. Imposible no disfrutar. Imposible que no hubiera ganado.




lunes, 21 de mayo de 2012

UN LUGAR DONDE QUEDARSE, de Paolo Sorrentino


Para su quinto largometraje, el italiano Paolo Sorrentino ha contado, ni más ni menos, que con el gran Sean Penn como protagonista. Un papel que era una golosina para un actor versátil, valiente y generoso como es el dos veces ganador del Oscar Sean Penn, que se transforma en una decaída  -que no decadente- estrella del rock que conserva la imagen gótica y vive del dinero que ganó (y que sigue ganando) gracias a su música, porque los viejos rockeros nunca mueren. Pero bajo la capa de polvos blancos, laca y pintalabios rojo, lo cierto es que esta estrella, que responde al nombre Cheyenne, lleva una vida de lo más simple, incluso aburrida, en Irlanda. Atrás quedaron los excesos. Aunque los excesos dejan huella.

Más allá de este modus vivendi, que en sí mismo resulta bastante atractivo, la película intenta avanzar cuando Cheyenne hace un viaje a Estados Unidos tras la muerte de su padre, quien vivió persiguiendo al que fue su torturador en un campo de concentración nazi. Y es en este intento de darle un sentido a la película donde, paradójicamente, la película hace aguas. El guión quiere dar unas respuestas demasiado claras del porqué este hombre, Cheyenne, es así, raro y deprimido. Bucea en su pasado reciente y lejano para que el espectador entienda los motivos de su decadencia, de su perenne tristeza. Pero no hacía falta ser tan explícito ni dar argumentos tan manidos como "mi padre no me quería".

Con todo, y a pesar de algunas escenas prescindibles y erráticas -la del indio por la carretera en medio del desierto, por nombrar una; la del ganso en la cocina, por pensar en otra- la película tiene destellos tragicómicos que la elevan. Gracias a Sean Penn y su pupila azul y su pelo negro y sus labios rojos. Y su voz, y sus movimientos lentos. Una alabanza a la excentricidad que funciona, que Frances McDormand resalta aún más. Lástima que el filme no se centrara por completo en ese bello farniente y buscara una profundidad innecesaria. Porque el lugar donde quedarse que han puesto de título en español, debería ser en realidad el punto de partida y el punto final, evitando la road movie de aire indie que ya hemos visto antes y que no queremos ver más. Ni tan siquiera cuando es Sean Penn el que se va de viaje. Es decir, la traducción literal del título en inglés This must be the place, "este debe ser el lugar", habría sido más apropiada para indicar que Irlanda y su esposa y su mundo anodino eran el sitio adecuado, y los viajes no deberían haberse hecho jamás. Con todo, Sean Penn no sólo salva la película, sino que además la convierte en una película entretenida e interesante.

Merece la pena verla o, mejor dicho, merece la pena verle. Verle a él, y versión original, por favor, que su voz es todo un ejercicio de interpretación. Sean Penn sigue siendo el número 1.


Más películas de Sean Penn en CAJÓN DE HISTORIAS:
- Mi nombre es Harvey Milk
- 21 Gramos
El árbol de la vida
- Antes que anochezca

sábado, 19 de mayo de 2012

Lectura conjunta: TIEMPO DE ARENA, de Inma Chacón



Decidí apuntarme a la lectura conjunta que organizaba Tatty en su blog El universo de los libros porque había comprado esta novela en mi último pedido del Círculo de lectores. Me apetecía probar la experiencia y acercarme también a las letras de Inma Chacón, de la que no había leído nada y que tantos elogios ha recibido últimamente por Tiempo de arena, la obra finalista del Premio Planeta 2011.

Tengo que reconocer que los Planeta y yo no nos llevamos bien. He leído varios libros ganadores y finalistas, suelo decantarme por los finalistas, aunque ninguna de esas novelas se me ha quedado dentro: ni Un milagro en equilibrio de Lucía Extebarria, ni Villa Diamante de Boris Izaguirre, ni Y de repente, un ángel de Jaime Bayly, etc... No es que me hayan disgustado, igual que no me ha disgustado Tiempo de arena, pero ninguna de ellas ha conseguido conmoverme profundamente. Creo que valoro en exceso la conmoción que las obras literarias puedan producir en mí.

Así que quiero ser claro desde el principio: sé que voy a contracorriente, que le habéis dedicado palabras hermosísimas a Inma Chacón, pero Tiempo de arena no ha terminado de conquistarme. Es cierto que para mí ha sido una lectura cargada de expectativas, porque reúne elementos que me suelen gustar: sagas familiares, secretos, amor, el Madrid de finales del siglo XIX y principios del XX… pero creo que todo pasa demasiado rápido. Y eso, al contrario de lo que pueda parecer, algunas veces, no es bueno. Porque había detalles hermosos en los que apenas se profundizaba, la historia avanzaba tan tan rápido que apenas me dejaba el sabor dulce en el paladar, cuando era el dulce lo que llenaba las páginas, ni la tristeza se pegaba a mi piel, cuando la hiel era la protagonista. Y de ambas cosas, de dulce y de hiel, hay en esta obra. Pero todo termina difuminándose en un acontecer continuo que te arrastra hasta el final.

Se trata de la historia de las mujeres Camp de la Cruz que deciden buscar a los hijos que Francisca nombra en el lecho de muerte y que nadie conoce. Son cuatro las principales protagonistas: las hermanas Mariana, Alejandra y Munda; y Francisca, hija de la primera y sobrina, por lo tanto, de las otras dos. Las cuatro tienen caracteres muy diferentes, perfilados correctamente por la autora, es fácil no perderse entre los nombres de mujer porque cada una de ellas tiene una personalidad distinta y reconocible. El problema es que, para mí, los personajes no han dejado de ser personajes en ningún momento. No he llegado a creerme del todo que estas mujeres pudieran ser de carne y hueso, con un corazón latiendo en el pecho.

Lo bueno de la novela es que va de menos a más, el estilo es muy claro y sencillo, lo que facilita la lectura enormemente y hace que encaje con la mayoría de los lectores. La carga de intensidad va en aumento, hasta un punto álgido en el que te das cuenta de que estás leyendo un suceso horrible, que bien pudo ocurrir en verdad, que seguro que ha ocurrido una y mil veces. Al final, después de todo, la sensación es la de haber leído un libro entretenido y una historia bien documentada, llena de grandes acontecimientos dentro de una familia (muertes, bodas, partos), tan grandes que echaba de menos la pequeña anécdota sin importancia, intrascendente en el curso de una vida. Intrascendente, sí, pero imperecedera. 


Podéis consultar el calendario de reseñas de la lectura conjunta haciendo click AQUÍ

jueves, 17 de mayo de 2012

Exposición: CHAGALL en la Fundación Caja Madrid


Una de las exposiciones de más éxito de esta temporada es la retrospectiva sobre la obra de Marc Chagall, un repaso cronológico a su pintura y, a la vez, a su intensa vida que le llevó desde Bielorrusia a Estados Unidos y a Francia. 

La exposición comienza en el Museo Thyssen-Bornemisza y que continúa en la Fundación Caja Madrid. Esta última parte es de la que os hablaré hoy. Se centra en la etapa final del artista, desde que regresó a Francia en 1948 hasta su fallecimiento en 1985.

Chagall nació en Vitebsk, Bielorrusia, donde había una importante comunidad judía, su religión. Esto, lógicamente, marcó profundamente su obra, donde las huidas y las cenizas de la guerra comulgan con el color del circo y de la naturaleza... y con el surrealismo. Porque su obra está impregnada de una simbología del subsconsciente que, a pesar de que pueda parecer compleja, es fácilmente reconocible: el pintor sobrevolando las ciudades con su paleta, como un observador de esa realidad a veces cruel y a veces amable que marcó el siglo XX, los amantes abrazándose, la luz del Mediterráneo que le vio morir. Él se instaló en un pequeño pueblo de la Costa Azul, y la influencia de Francia y de París siempre estuvo presente en sus cuadros, donde podemos encontrar algunos míticos edificios franceses y también ese espíritu galo del amor por las artes. Francia que acogió al artista durante tantísimos años, que incluso invitó al artista a decorar la cúpula de la Ópera de París. Pero, a pesar de todo, el desarraigo continuó latente en sus cuadros, y la presencia de su pueblo y de su patria, y sobre todo de su religión, es una constante en su obra, profundamente marcada por esta dualidad entre la alegría y la tristeza, marcada también por la belleza siempre. 

El particularísimo universo de Chagall se caracteriza por la utilización del rojo y del azul, los dos colores más presentes en sus cuadros. Un rojo y un azul tan intenso que lo mismo te hace feliz que te entristece. Como una poesía. Como un ramo de flores situado frente a una ventana abierta. Como una mirada acuosa que sale del cuadro para mirarte, no a ti, sino a través de ti. 

Os recomiendo que no os perdáis esta exposición que es gratuita y que el próximo domingo 20 de mayo cierra sus puertas. Desde la Fundación organizan visitas guiadas y para aquellos espíritus libres os aconsejo que os hagáis con un audio-guía porque explican muy, muy bien el legado y el mensaje de este artista. 

martes, 15 de mayo de 2012

LUZ DE LIBERTAD en 'Cris y sus mariposas'



Aunque ya hace unos meses que se publicó esta crítica, es ahora cuando le quiero dar las gracias "oficial y publicamente" a Kristineta, administradora del blog Cris y sus mariposas. Ella se puso en contacto conmigo porque estaba interesada en comprar un ejemplar en papel de mi primera novela, Luz de libertad, y poco tiempo después publicó en su espacio una reseña en la que comenzaba diciendo que "sentía presión" y algo de "vergüenza" al pensar que yo leería la reseña. Desde aquí quiero decirle que siempre, siempre, siempre respetaría lo que un blogger dijera de mi obra, porque de eso se trata, de expresar nuestras opiniones. Y el respeto y la franqueza es lo más enriquecedor de estos espacios webs. Con todo, tengo la enorme suerte de que la mayoría de las reseñas que han aparecido en la web sobre Luz de libertad han sido muy positivas. Habéis dedicado a Julio Silva, el protagonista, palabras muy hermosas, a pesar de que es un personaje al que, en un primer momento, puede costar entender. O precisamente por eso, porque la evolución en él es perfectamente perceptible. 

Kristineta explica su relación con los personajes, dice que todos le han caído bien, a pesar de que no entendió al principio la decisión de Irene de marcharse. Pero después sí, después consiguió comprender sus razones. Y es que creo que es lícito no querer vivir a la sombra de una estrella que acapara toda la luz. 

Además, creo que ha resumido de una manera muy clara y acertada el sentido de la novela: 

Es una historia de amor, de amor hacia otra persona y de amor a una profesión. También es una historia sobre la amistad y lo que uno es capaz de hacer para estar al lado de un amigo tanto en sus buenos como en sus malos momentos. Y también es una historia sobre ideales.

En definitiva, mi enorme gratitud a Kristineta por apoyarme comprando Luz de libertad, porque nada de esto tendría sentido sin los lectores. Gracias a ella, a quien le envié un ejemplar firmado con todo el cariño. Gracias a ella y gracias todos los que habéis hecho posible que apenas queden disponibles ejemplares en papel. Y gracias a todos los que os habéis hecho con un ejemplar en versión electrónica a través de Amazon, colocando el libro, el pasado sábado, en una estupendísima posición 30 de Ebooks Romántica. 

Pronto tendréis noticias sobre una nueva historia, sólo puedo adelantaros que estoy muy feliz. Y es una historia que nace de aquí y llega hasta un lugar lejano y maravilloso. 

Puedes leer la reseña completa haciendo click AQUÍ

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sábado, 12 de mayo de 2012

Crítica de SOMBRAS TENEBROSAS, de Tim Burton



Regresa el binomio Tim Burton-Johnny Depp. Tan acostumbrados estamos a ellos como “uno solo” que hasta cuesta imaginar una película del primero sin presencia del segundo. Sombras tenebrosas (Dark shadows) supone una vuelta de Burton a la estética gótica y oscura tras la explosión de color de la floja Alicia en el país de lasmaravillas. Sus seguidores, aquellos burtonianos por naturaleza, estarán contentos, sí. Y aunque esta es mejor que la anterior, no consigue devolvernos al Burton carismático de antaño, ni Johnny Depp sorprende ya, ni brilla como brilló. Sombras tenebrosas no aburre, en absoluto. Pero dista de ser una gran película. Entretenidilla, así, con diminutivo y todo. 

Nos cuenta la historia del vampiro Barnabas Collins que, tras dos siglos enterrado vivo, es rescatado casualmente. El choque con el mundo del siglo XX y las rencillas con la antigua bruja que le convirtió en vampiro son el núcleo de esta historia.

Esta crítica de Sombras tenebrosas no pretende ser lapidaria, porque el universo del director es un derroche de matices, y porque visualmente sus películas siempre son un lujo. Pero está ya algo encorsetado y esa mezcla de “humor tenebroso” empieza a oler a rancio. Y cuesta que nazca la risa, alguna hay, no os voy a engañar, pero no consigue calar dentro. Digamos que no estamos ante un puzzle incompleto, no, no faltan piezas, pero el resultado es tan monocromático y simplón que el derroche de producción –porque Sombras tenebrosas es una película cara, muy cara- resulta casi vergonzante. Entre las escenas más brillantes quiero destacar dos: el “polvazo” entre Johnny Depp y Eva Green (ella interpreta a la bruja mala, en un papel en el que yo veo a Anne Hathaway) y la noche en el bosque con los hippies. El resto va avanzando a marchas forzadas.

A Depp le secundan la eternamente bella Michelle Pfeiffer; la mujer del “dire”, Helena Bonham Carter, que le pasa un poco como a Depp, que está un poquito encorsetada en papeles excéntricos, por paradójico que parezca; o Jackie Earle Haley, encorsetado, este, en papeles de loco, con esa cara que tiene el pobre le vienen como anillo al dedo…

Es posible que cumpla las expectativas de todos los espectadores, no creo que nadie pretenda ver en esta la Mejor Película de 2012, pero sí consigue ser “simplemente” un producto de entretenimiento que dura dos horas. En mi opinión, sinceramente, Tim Burton es capaz de mucho más, lo dejó claro en Eduardo Manostijeras o en SweeneyTodd, el barbero diabólico de la calle Fleet, donde sacó lo mejor de Johnny Depp. Quizá sea un director irregular, porque también ha hecho bodrios infumables. Y Sombras tenebrosas baila en la mediocridad. Le falta carácter. Y el decorado se desmonta. 

jueves, 10 de mayo de 2012

SPUTNIK, MI AMOR, de Haruki Murakami



A los veintidós años, en primavera, Sumire se enamoró por primera vez. Fue un amor violento como un tornado que barre en línea recta una vasta llanura. Un amor que lo derribó todo a su paso, que lo succionó todo hacia el cielo en su torbellino, que lo descuartizó todo en un arranque de locura, que lo machacó todo por completo.

Así empieza Sputnik, mi amor. Desde este principio sabía ya que la novela me iba a gustar. Aunque no era capaz de imaginar cuánto. Y es que Haruki Murakami ha conseguido con esta obra una intensidad, una melancolía y una musicalidad que llena de agua clara el cuerpo.  Una novela que habla sobre el amor, que es como un pellizco en la piel, que pica; o como una cicatriz, que dolió cuando fue herida, pero a la que se termina mirando con cariño, como una experiencia que pasó y que se quedó para siempre, una cicatriz de la que terminas olvidándote hasta que alguien te pregunta por qué está ahí, de dónde viene. Porque Sumire, la escritora que no era capaz de eliminar las palabras superfluas, quedó tan prendada de Myû que efectivamente todo en ella terminó difuminándose. Porque Myû, la sofisticación hecha mujer, con el pelo tintado de negro, no podía amarla, no porque estuviera casada, no porque fuera la jefa de Sumire, sino porque a veces el cuerpo se separa del corazón. Y porque el narrador de esta historia hermosa supo desde el principio que el amor, para él, el profesor de primaria que acostaba con la madre de uno de sus alumnos, tenía el sabor triste, que no amargo, de la resignación. Tres personas que se buscan desesperadamente, que luchan contra la soledad de su alma, que lo hacen sin ser, en ocasiones, conscientes de ello. Porque es complicado ser conscientes de las batallas que se libran dentro de nosotros.

Murakami consigue impregnar de melancolía cada una de las palabras. Hay algunas frases hermosas, pero es el conjunto de la obra lo que hace especial a Sputnik, mi amor, porque el estilo es sencillo, sí, pero a la vez elevado y tierno, lírico en su esencia y en sus imágenes. E incluso en su estética, con esos párrafos cortos y esos espacios en blanco que te dejan orbitando solo y de manera circular una y otra vez en el vasto universo, en busca de tu compañero de viaje, que es lo que en ruso significa “sputnik”. Porque todos, al fin y al cabo, a pesar de lo que digamos, a pesar de que nos neguemos en alta voz a ello, estamos buscando un compañero de viaje. A veces un compañero con el que rozar el dedo meñique y quedarte de esa mano prendido para siempre. Otras veces, ese “sputnik”, ese compañero de viaje, llega a nosotros sin mediar palabra, cruzándose en nuestra trayectoria, produciendo un profundo impacto y separándose al fin y para siempre, en silencio.

El autor no renuncia a su universo paralelo, a la imaginación, a abrir puertas que te llevan a otros espacios y que te hacen reflexionar sobre el deseo sin decirte lo que has de pensar, dejándote libertad incluso para no hacerlo, para no pensar, para ser arrastrado simplemente hasta el final de la novela, cuando todo acaba y sientes esa duplicidad extraña de saber que has leído algo bonito, y eso te llena, te llena del agua clara que mencionaba al principio, pero también te sabes algo más ligero, porque algo de ti se ha quedado ahí, entre las páginas.

Una novela para ser leída y releída, para acariciar sus páginas, para subrayar sus frases, para ahondar en el universo de Murakami y quedarse dentro.  Una joya. 

martes, 8 de mayo de 2012

EL SEXO DE LOS ÁNGELES, de Xavier Villaverde


El triángulo que forman los personajes en el cartel de esta película no es casual. Un triángulo en el que los personajes masculinos aparecen sonriendo y el femenino más serio. Ella, precisamente, aparece en un plano más grande, y es que tiene más peso en la película. Incluso el colorido permite intuir que se trata de una película joven y que pretende acercarse al colorista mundo de la post-adolescencia.

El director y los protagonistas en Málaga/Foto: Natalia Pulido
El sexo de los ángeles salió bastante bien parada en el Festival de Málaga (en el enlace podéis leer algunas declaraciones del director), al menos en cuanto a premios se refiere, puesto que le "cayó" el galardón a la Mejor Fotografía cuando había propuestas mejores, y el de Mejor Actor de Reparto para Álvaro Cervantes, compartido con Alex Monner, de Los niños salvajes, cuando lo cierto es que están en niveles interpretativos diferentes y Cervantes, aunque lo hace francamente bien, sale perdiendo en esta "batalla". Ya saben ustedes que esto de los premios es tan subjetivo...

El caso es que la película me parece una propuesta digna que atraerá a las salas a muchos jovencitos -supongo que más a ellas que a ellos- atraídos por el atractivo de sus protagonistas, sobre todo el del mencionado Álvaro Cervantes, cuya popularidad está subiendo como la espuma -cosas de la televisión, tampoco os estoy descubriendo el mundo. Y en eso, en atractivo, no puedo poner ningún "pero": mucha cara bonita y mucha "chicha". Las escenas sexuales no escasean -creo que narrativamente están mal planteadas y algunas sobran, pero a la "revolución hormonal" le encantará verlas-  y como hacía referencia al principio de esta crítica al triángulo, se pueden imaginar ustedes que ese triángulo nos ofrece escenas que abarcan todos los colores del arcoiris. Porque Bruno y Carla son una pareja estable que Rai decide romper para conquistarle a él, pero es que hay alguna que otra vuelta de tuerca más que deberá descubrir el espectador y que yo, aquí, por supuesto, no contaré.

Foto: Natalia Pulido
A favor, diré que Álvaro Cervantes y Llorenç González son los mejores del cartel (más el primero que el segundo, por sus miradas lascivas tan conseguidas) y que la actriz, Astrid Bergés-Frisbey (sencillo apellido artístico, ¿no creen?) es el eje principal de la película y que solventa su papel complicado bastante bien, aunque con altibajos, la verdad. Aunque el problema creo que sobre todo no es suyo, sino, directamente, del guión. Y es que toma decisiones que, como espectador, me parecen de una inverosimilitud descarada. Ella, además, es "la doliente", la mal parada en todos los sentidos de la película, tanto que hasta llegué a pensar que el nivel de machismo roza lo vulgar: tanto en el fondo -por lo que los chicos le hacen pasar a la pobrecita mía- como en la forma, porque los desnudos femeninos son integrales mientras que de los masculinos no hay ni un plano fugaz y oscuro, según su director, porque "no quería que la mirada del espectador se fuera donde no debía", eso dijo en la rueda de prensa tras la proyección de la película. Pues, señor Xavier Villaverde, desde aquí le digo que mi mirada se fue hacia los pechos y el sexo de la chica más veces de las que me hubiera gustado. Incluso hacia el "norte" del "bajo vientre" de los chicos, que es lo máximo que a esa zona se acerca la cámara. Si quiere que el espectador se fije en la mirada de los actores, cierre el plano, que para eso está los primeros planos, incluso un plano detalle de la mirada, tan bonita que la tienen los tres actores.

A favor de la película diré también que la música está muy bien escogida y que tras el visionado mantuve un acalorado debate sobre el amor y sus diferentes posibilidades, así que el director ha conseguido que un espectador "adulto" reflexione sobre la infidelidad, el dolor, los límites y el deseo con una película dirigida a un público adolescente, que es lo que El sexo de los ángeles es, que nadie se engañe, aunque alguien pretenda engañar. 

No os voy a decir que vayáis a verla porque, aquellos que deseáis hacerlo, iréis al cine aunque yo aquí la hubiera puesto de vuelta y media -que conste, que aunque pueda parecer esto una entrada dura, le voy a poner tres estrellas "por los pelos" (depilados) y que he dicho que me parece una propuesta digna y lo reitero. Y aquellos que no queréis verla porque consideráis que es un producto "adolescente y hormonado", me da la sensación de que no iréis, por mucho que yo os dijera que es un filme maravilloso. Quizá la culpa, a pesar de todo, sea del cartel... 

En el siguiente vídeo podéis escuchar al actor Álvaro Cervantes enviando un breve saludo a todos los lectores de CAJÓN DE HISTORIAS, así que el siguiente vídeo es por y para vosotros:


viernes, 4 de mayo de 2012

Mis canciones del mes de Mayo

10. Madonna feat. M.I.A y Nicki Minaj: Give me all your luvin' (-1)
Os vuelvo a traer este mes esta canción, que forma parte de los recuerdos de mi último viaje a Fuerteventura, por la cantidad de veces que ha sonado allí. Puede que esta no sea la misma Madonna de Like a Virgin, Like a prayer o Music, pero Madonna es Madonna, la reina del pop. Y eso es indiscutible. 


9. Kelly Clarkson: Stronger (What doesn't kill you) (N)
La cantante norteamericana ha conseguido destacar en la "marea pop" con una personalidad muy marcada. Kelly Clarkson ya no es una novata en la música y eso se nota, y la artista cuenta además con una serie de seguidores fieles. Os dejo esta canción pegadiza.




8. Tino Casal y Marta Sánchez: Embrujada (N)
De repente, una noche cualquiera, en un bar, suena una canción. Y te vas de viaje a otro lugar, a otro tiempo. Eso me pasa con esta canción, que me transporta al año que viví en Montpellier, y me recuerda a mi "regina della notte", mi amiga Mariella. Una canción para bailar, que mezcla la alegría con la melancolía... Todo era derroche reina de la noche... Pero la botella acabó con tu poder... ¡Stop! Mi bruja, con tacón de aguja, víctima del desamor... ¿Y quién no ha sido alguna vez víctima del desamor?




7. Bebe: Mi guapo (-6)
Posiblemente esta canción ha sido el número 1 que más os ha disgustado, al menos a los que comentasteis el mes pasado (MIL GRACIAS SIEMPRE POR COMENTAR, SE OS QUIERE), pero os pido una última oportunidad para esta Bebe, que suena bien, que suena alegre y que tiene una letra preciosa. La mejor, para mí, de su nuevo álbum.




6. Vanesa Martín: Si pasa o no (N)
Os presento el segundo single de Cuestión de piel, de la malagueña Vanesa Martín, con la que estaré el próximo lunes en el acústico de RNE. Si pasa o no es el tema que abre su disco, la canción que inicia un recorrido por las emociones. Habla, quizá, y sólo quizá, de la incertidumbre, del miedo a amar y del miedo a no hacerlo. No lo llames magia, yo no sé qué es, yo no lo busqué... 




5. Chambao: Lo mejor pa ti (N)
¡Qué bonita suena la voz de La Mari! Esta canción es el primer single del nuevo disco de Chambao, que sigue fusionando el chill out con aires flamencos, aires del sur, del sur del sur, que nos llevan de viaje hasta Marruecos. Con un estribillo pegadizo y una letra optimista, un elogio del abrazo y de la empatía. Preciosa.




4. Gotye feat. Kimbra: Somebody that I used to know (N)
Puede que hayáis escuchado esta canción en la radio. Y si ha sido, seguramente, os habrá llamado la atención la voz de este cantante. Gotye es un cantante belga australiano que está arrasando en todo el mundo, incluido Estados Unidos, donde ha sido número 1 en la Billboard. El videoclip no tiene desperdicio, porque la pintura va cubriendo su cuerpo, convirtiéndole en un extraño, en alguien que "solía conocer" pero que ya no se conoce más. Una de las apuestas musicales más interesantes de la temporada.




3. Manuel Carrasco: Habla (N)
Un mes más os traigo una nueva canción de Manuel Carrasco, esta vez se trata de Habla, nuevo single de su último disco. Habla tiene un videoclip con una buena fotografía y su melodía suena elegante, un canto a las voces elevadas.




2. Pastora Soler: Quédate conmigo (+3)
Ya faltan pocos días para que se celebre el Festival de Eurovisión, donde Pastora Soler representará a España con este tema. No sabemos qué ocurrirá en el Festival, son muchos los que apoyan a la cantante, muchos los "eurofans" y muchos también los detractores de un festival al que tachan de rancio. Por el momento, me quedo con la voz de la cantante y le deseo lo mejor. Se trata, sobre todo, de que triunfe la música. 



1. Zaz: Eblouie par la nuit (+1)
Creo que esta cantante tiene una de las voces más especiales que he escuchado en mi vida, capaz de transmitir tanto sentimiento, tanta emoción, sin importar el idioma en el que hable. Je t'ai attendu  100 cents dans les rues en noir en blanc, tu venu en sifflant...   

martes, 1 de mayo de 2012

Protagonista del mes... Haruki Murakami


Después de un mes de abril preferentemente dedicado al cine (Stephen Daldry, el Festival de Málaga y Shame fueron los tres grandes temas en CAJÓN DE HISTORIAS) he decidido que este mes de mayo tenga como protagonista la literatura. Por eso, he buscado la voz de un autor que mereciera, en mi opinión, ese título de protagonista que han ocupado otros escritores como Miguel Delibes, Gabriel García Márquez, José Saramago o Antonio Gala, entre otros. Y buscando, me encontré con Murakami, de quien hace ya casi tres años, en un primer contacto, leí Kafka en la orilla, de la que dije lo siguiente:

Kafka en la orilla es una buena novela, pensada para ser leída dos veces (como mínimo, aunque no lo haré por el momento) llena de símbolos e interpretaciones, con un final inquietante que puede gustar o disgustar, que deja abierto, sorprendiendo, dejándome a mí insatisfecho y loco...

En esa misma entrada dije que leería Sputnik, mi amor. Pero no ha sido hasta ahora cuando lo he hecho. Y esa novela es la causante de que hoy, aquí y ahora, hable de Murakami. Una novela que tendrá el protagonismo que merece en los próximos días, y que ha motivado que busque otras obras de este autor japonés, uno de los escritores contemporáneos más importantes de su país.

Apenas ha superado la decena de novelas publicadas, pero es una cifra más que suficiente para convertirse en un autor de culto, con una legión de seguidores fieles que aman su universo narrativo, la musicalidad de sus letras, la imaginación que encontramos en alguna de sus obras, la melancolía que encontramos en otras, los gatos y Japón. 

Murakami ha sido galardonado con numerosos premios literarios por el conjunto de su obra y, desde hace algunos años, está presente en las apuestas para ganar el Nobel de Literatura. No sé si finalmente se alzará con el galardón más importante de las letras, por el momento me basta con seguir acercándome a sus textos y esperando que me conmuevan con la misma intensidad con la que Sputnik, mi amor me ha conmovido.