Adú, de Salvador Calvo (3***)
(13 nominaciones, incluyendo Mejor Película y Mejor Dirección)
Drama duro y conmovedor a partes iguales. La historia de Adú, un niño camerunés que inicia un periplo para llegar a España. Una realidad más cercana y más cruda de lo que muchas veces queremos ver. Una película triste y necesaria.
Explota, Explota, de Nacho Álvarez (2**)
(3 nominaciones, incluyendo Mejor Actriz de Reparto)
Comedia romántica al ritmo de Raffaella Carrá que tiene como trasfondo la censura en el tardofranquismo. Muy colorida, con Verónica Echegui muy divertida (ella salva la película) y una pareja protagonista que se esfuerza por resultar fresca, aunque solo lo logra a medias. Perfecta película para un domingo de cine sin pretensiones.
La boda de Rosa, de Icíar Bollaín (4****)
(8 nominaciones, incluyendo Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Actriz Protagonista)
Una declaración de principios, de autocuidado y autoestima. Está tan bien contada y se desenvuelve genial entra la comedia y la emoción. Todos los intérpretes están estupendos, capitaneados por una Candela Peña inmensa.
Una hora y media que se disfruta y, como siempre lloro en las bodas, pues también lloré en esta.
Las niñas, de Pilar Palomero (3***)
(9 nominaciones, incluyendo Mejor Película, Mejor Dirección Novel y Mejor Actriz de Reparto)
La primera película de Pilar Palomero explora la iniciación en la adolescencia para unas niñas que reciben una educación católica. Con unos primeros 30 minutos que buscan evocar la melancolía por los años 90, logra después crear una tensión incómoda. Es una película de una tristeza desagradable, cruda. Y real.
No matarás, de David Victori (3***)
(3 nominaciones: Mejor Actor Protagonista, Mejor Actriz Revelación y Mejor Actor Revelación)
Salvaje y con un ritmo asfixiante, que solo da una leve tregua a mitad de metraje. La peor noche de Mario Casas y el mejor papel de su carrera.
Lo digo ya: #UnGoyaParaMario