As we come marching, marching, we battle too for men,
for they are in the struggle and together we shall win.
Con la emoción todavía vibrando tras el visionado de esta película, con la piel de gallina por todo lo logrado y por todo el camino que aún queda por recorrer. Por las batallas ganadas con orgullo por la libertad, la igualdad y la justicia.
Pride es una de esas películas muy enmarcadas en un momento y en un lugar concretos de la Historia: en 1984 durante la huelga de los mineros contra Thatcher en Reino Unido. Un grupo de homosexuales decide implicarse y recaudar fondos para la causa. Pudiera parecer que esta historia tan inglesa y tan de otro tiempo (30 años han pasado ya...) no tiene nada que ver con nosotros, españoles, europeos, latinoamericanos. ¿Cómo hacer para convertir Pride en una historia universal? Apelando, precisamente, a conceptos universales como la solidaridad, hombro con hombro, mano con mano. También a la reafirmación, al orgullo de ser quien eres, de amar a quien amas y de defender aquello en lo que crees.
Pride no es una película perfecta, el ritmo a veces decae (aunque en general es bastante dinámica), el metraje es largo y eso provoca que nos topemos con algún que otro cliché (absolutamente perdonable), pero tiene momentos entrañables, una dirección artística conseguida y unas buenas interpretaciones, tanto de los actores jóvenes como de los consagrados, como la gran Imelda Stauton. Y tiene la fuerza de la verdad.
Emociona ver que, desde antes de que yo naciera, había gente a la que no le importaba gritar al mundo que ellos no eran los estaban equivocados, gritarlo con tanta convicción a la Iglesia y a la sociedad. Gente que luchó para que los que nacimos más tarde tuviéramos las cosas más fáciles, para que no nos pusieran cadenas.
Por eso ahora, cuando tenemos los pies llenos de polvo de tanto camino recorrido, duele ver cómo a los políticos no les vale con saquearnos, con robarnos el dinero ganado con nuestro trabajo, con empobrecernos socialmente, no, no les vale, también quieren meterse en nuestros corazones y en nuestros úteros, quieren cerrar nuestras bocas para que no protestemos, quieren que nuestras hijas y nuestros hijos tengan que marcharse a trabajar fuera porque aquí no hay trabajo, y si lo hay no es cualificado, no es suficiente para vivir con dignidad. Pride emociona porque habla de una huelga de 1984, y habla de una represión contra los trabajadores. Y habla de la libertad del amor. De la felicidad. De las batallas perdidas y de las guerras ganadas. Y tantos años después vemos que hoy todavía hay, tristemente, demasiadas cosas vigentes en esta película.
Voten el domingo en las elecciones, voten contra el Partido Popular que ha destrozado España, voten contra la ignorancia, contra aquellos que han deshauciado familias, contra la involución y la miseria del espíritu. Y voten por el cambio, porque este sistema anquilosado no se sostiene más, voten por la experiencia, por Manuela Carmena en Madrid, que derrocha sabiduría y cordura, porque en su piel se ven las arrugas de tantas luchas. Voten por Ada Colau, que se ha partido el lomo defendiendo a las familias, sin importarle nada más que su dignidad. Voten por los vecinos y las vecinas de sus pueblos que se han juntado para trabajar por el bien común, hartos de la casta política que solo busca su propio beneficio. El momento es ahora. Ahora. Ahora.
Voten el domingo en las elecciones, voten contra el Partido Popular que ha destrozado España, voten contra la ignorancia, contra aquellos que han deshauciado familias, contra la involución y la miseria del espíritu. Y voten por el cambio, porque este sistema anquilosado no se sostiene más, voten por la experiencia, por Manuela Carmena en Madrid, que derrocha sabiduría y cordura, porque en su piel se ven las arrugas de tantas luchas. Voten por Ada Colau, que se ha partido el lomo defendiendo a las familias, sin importarle nada más que su dignidad. Voten por los vecinos y las vecinas de sus pueblos que se han juntado para trabajar por el bien común, hartos de la casta política que solo busca su propio beneficio. El momento es ahora. Ahora. Ahora.
Y vean Pride, porque qué alegría tener algo por lo que luchar.
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria