viernes, 27 de marzo de 2015

En Tegus no se camina: mis primeros días en Centroamérica


Os saludo hoy, y a partir de ahora, desde Tegucigalpa, la ciudad que me acogerá durante los próximos 12 meses.

Algunas anécdotas de mis primeros días en el país:

- Hice dos escalas: en Nueva York y Miami. En Nueva York salí del aeropuerto para dormir en un hotel, muy cerca del JFK. El chico de recepción me preguntó adónde iba. Cuándo le dije que a Honduras me pregunto: "¿Es eso un país?". Como siempre, fascinante la riqueza cultural del pueblo estadounidense. 

- Llegué a casa tras un aterrizaje, digamos, "emocionante" (la ciudad es un valle entre colinas, lo que tiene su parte positiva: preciosas vistas y preciosas luces por las noches, que me recuerdan tanto al cielo nocturno de La Paz... ainss). Bajé a comer a un McDonalds (qué dios me perdone, pero os juro que es el restaurante más cercano de mi casa) y allí sonaba el nuevo tema Pablo Alborán. Cosas de la globalización.

- El fin de semana estuve casi todo el rato con Paola, mi compañera de piso, y sus amigos. El viernes estuvimos en un bar muy conocido de aquí en el que la bebida más famosa se llama 'Calambre', una mezcla explosiva de varios licores. No me atreví a probarlo, primero hay que regular la flora intestinal. Después acabé en un karaoke cantando Un beso y un flor (temazo). El sábado estuve en un concierto celebrado con motivo del Día del agua. Un concierto de ska. Muy divertido. Pero en ambos casos me dio el jet lag y a las 11 de la noche estaba en casa dumiendo como un tronco... 


- El domingo me llamó un compañero de la oficina para ver el fútbol: Madrid-Barcelona. Sabía que eso ocurriría. Los que me conocéis bien sabéis que el futbol no me interesa en absoluto. Lo que realmente me interesaba el domingo era comprobar como el pueblo andaluz (su gran mayoría al menos) es inmune a la corrupción. Aún así, fue muy interesante ver la pasión de los hondureños por el fútbol español: cada vez que alguno de los dos equipos marcó gol hubo una explosión de júbilo en el bar solo comparable a cuando suena en Chueca el Wannabe de las Spice Girls. 

- Ayer cuando salí del trabajar fui a comprar perchas y algunas otras cosas que me hacían falta para casa. Me acercó una compañera de trabajo en su coche. A la vuelta, llamé un taxi, porque se había hecho de noche (eran las 18:30 y anochece a las 18:00) y no es recomendable caminar por la calle. Especialmente de noche. Comprobé que el taxista que venía a recogerme sabía mi nombre (se lo había dicho previamente por teléfono), y debió pensar que soy un poco paranoico, pero más vale prevenir que curar. En el taxi sonó la copla Miedo, tengo miedo. Muy apropiada para la ocasión. Pero no temáis, tampoco es para tanto la cosa. 



Solo es cuestión de adecuarse a los ritmos, de mantener los ojos bien abiertos y de rezar a la virgen de la chikunguya para que todo vaya bien. Mi primera impresión sobre los hondureños es que son gente muy amable y hospitalaria: he perdido la cuenta del número de veces que me han dicho "bienvenido". 

Así que bien hallado.

jueves, 26 de marzo de 2015

Crítica | La teoría del todo, de James Marsh


Después de posponer el visionado de esta película durante toda la temporada de premios, finalmente me enfrenté a ella la semana pasada, durante un vuelo Madrid - Nueva York (que da para bastante).

Si no quería verla era porque, a pesar de las críticas entusiastas, presentía un tufillo de melodrama que me producía enorme pereza: la historia de amor, la enfermedad, la física, lo british... buf, a priori no resulta muy atractivo. Es por eso que cada semana me decía: "voy a ver La teoría del todo", y cada semana terminaba viendo cualquier otra película (incluso vi Dios mío ¿pero qué te hemos hecho?, que menudo pestiño...). 

Así llegué hasta la noche de los Oscars, y cuando Eddie Redmayne ganó el premio como Mejor Actor Protagonista me dio muchísima rabia, por dos razones:
  1. Creo que el papel de Michael Keaton en Birdman es verdaderamente sublime, cargado en matices, irónico, actual y complejo. 
  2. Tenía una excusa menos para seguir posponiendo el visionado. 

Solo me faltaba agarrarme a un clavo ardiendo: que la retiraran de la cartelera. Pero ni con esas. En el vuelo, cuando la vi delante de mí, me dije: Ismael, ármate de valor. Y así lo hice.

Resultado: dos horas que podría haber aprovechado para avanzar con Las tres bodas de Manolita (que a día de hoy ya he terminado y voy a reseñar muy pronto). 

Que sí, que la complejidad física del papel de Eddie Redmayne le hace casi merecedor de un Oscar, que la película tiene una dirección artísitica notable y una música impecable. Nadie lo niega. Es indiscutible. Pero La teoría del todo es un fraude. De hecho, casi se podría decir que es un puto fraude. Nos la venden como una historia de amor cuando es no lo es (miren la biografía de Stephen Hawking y lo entenderán, eso para empezar). 

Todo es cursi e impostado. Evita profundizar en el drama, en el dolor, en la pasión e incluso en "los cuernos", en un derroche de cobardía que no recordaba de un director en mucho, mucho tiempo. Porque James Marsh ha realizado un producto academicista que busca ser níveo, y tan puro se pretende, que es harto pedante.


Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria 

lunes, 23 de marzo de 2015

Reseña | Corazón tan blanco, de Javier Marías


No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados.
 
Esta es la primera y maravillosa frase de Corazón tan blanco, una novela que leí hace poco más de un año, que estuvo seleccionada entre mis mejores lecturas de 2014 en la categoría de Mejor Narración y que ahora, dado que Javier Marías es protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS, he releído para la redacción de esta reseña.
 
Esta es la historia de Juan, quien, durante su viaje de bodas, se ve envuelto en un pequeño error sin importancia que hará que se instale en lo más profundo de su ser la necesidad de conocer el pasado, de saber quién es realmente su padre, Ranz, que se casó en terceras nupcias con la hermana pequeña de su segunda esposa, la que se quitó la vida en ese baño, y conocer las razones de ese suicidio.
 
Corazón tan blanco disecciona, con profunda inteligencia, el matrimonio como institución sobre la que se sustenta la familia y, por ende, una sociedad contemporánea en la que algunos valores tradicionales se han dinamitado, afortunadamente, instaurando un nuevo orden. La libertad elegida cuando en realidad se trata de libertad impuesta y el recuerdo distorsionado que únicamente vive si alguien lo transmite vuelven a ser el núcleo central de la obra del autor, lo mismo que en Los enamoramientos y Así empieza lo malo, dos novelas posteriores a Corazón tan blanco en los que se recurre igualmente a este asunto. Así, el amor cansado, el secreto y la tragedia conforman una historia como una espiral, en la que la estructura es similar a la de las otras novelas suyas mencionadas, con esa manera para avanzar poco a poco al lector que algo malo y determinante va a ocurrir. 
 
Cuenta con algunos episodios cargados de humor, como cuando el protagonista traduce a dos altos cargos, uno español y otra británica (¿Felipe González y Margaret Thatcher?) e inventa una conversación entre ellos que gira en torno a obligar a querer y sobre los instintos dictatoriales más íntimos. O también en el que Ranz, uno de esos personajes inolvidables, convence a un empleado de seguridad del Museo del Prado de no quemar un cuadro.
 
Corazón tan blanco, que fue reconocida con el Premio de la Crítica en 1993, tiene ese pulso firme de los thriller mejor escritos, un thriller encapsulado en el estilo narrativo de Marías, con algo de lírico y mucho de ensayístico, en el que se paladea cada frase y en el que cada idea se queda flotando en algún lugar de la conciencia.  


Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

jueves, 19 de marzo de 2015

Top 10 | Grandes canciones de Silvio Rodríguez


10. Unicornio
Un tema sobre la llama de la imaginación y la creatividad que a veces cuesta mantener iluminada, especialmente cuando se deja atrás la niñez y se entra en la edad adulta. Un canto a que esa manera inocente de crear y soñar siga siempre viva.
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9. Ángel para un final
Un cuento triste y precioso sobre las historias de amor que, a veces, sin saber por qué, se acaban. Cuidado que se escapan las lágrimas al escucharla.

8. Playa Girón
Haciendo referencia a aquella victoria del pueblo cubano sobre los intentos de injerencia de Estados Unidas, Playa Girón, en palabras del propio Silvio, "es un homenaje íntimo y humano a los hombres anónimos que trabajan en condiciones a veces muy duras por el pueblo cubano." 
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7. Fusil contra fusil
Un canto de profunda admiración por las convicciones de Ernesto Ché Guevara, que creía en América Latina como pueblo unido y soberano, en sus gentes dignas, costara lo que costara.


6. Óleo de mujer con sombrero
Los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan allí.
 

5. Pequeña serenata diurna
Vivo en un país libre, cual solamente puede ser libre en esta tierra, en este instante, y soy feliz porque soy gigante. Amo a una mujer clara que amo y me ama sin pedir nada, o casi nada, que no es lo mismo, pero es igual...
 

4. El necio
Todo un canto a la dignidad. Yo me muero como nací.

3. Ojalá
Probablemente sea la canción más famosa de Silvio. Ojalá es un tema dedicado a una mujer a la que amó, a la que todavía ama aunque no desea hacerlo más. Es una de las declaraciones de amor desde el dolor puro más hermosas que se han escrito nunca.


2. Te doy una canción
Y como pasa el tiempo, que de pronto son años... La gente que me odia y que me quiere, no me va a perdonar que me distraiga... pero el amor tiene licencias, y por eso, te doy una canción y hago un discurso sobre mi derecho a hablar, te doy una canción y digo patria...

1. La maza
Una bella metáfora sobre la identidad del artista, que ha de mantenerse fiel a sus ideas, de incorporarlas en su arte. Porque sin nuestra forma de pensar estamos vacíos. Maravilloso Silvio.
 
 

lunes, 16 de marzo de 2015

Reseña | Así empieza lo malo, de Javier Marías

 

No hace demasiado tiempo que ocurrió aquella historia - menos de lo que suele durar una vida, y qué poco es una vida, una vez terminada y cuando ya se puede contar en unas frases y sólo deja en la memoria cenizas que se desprenden a la menor sacudida y vuelan a la menor ráfaga-, y sin embargo hoy sería imposible.
 
Con esta potente frase comienza Así empieza lo malo, la publicación más reciente de Javier Marías, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS. Es la historia de Eduardo Muriel y su esposa, Beatriz Noguera contada a través de los ojos de Juan de Vere, que trabajó en su casa durante un breve período de tiempo en 1980, cuando Madrid, España, despuntaba hacia la excitación de una libertad nueva, en la que se mezclaba futuro y pasado, la rancia y recién acabada dictadura y la alegría desenfrenada de convertirse en una moderna capital europea. Un matrimonio mal avenido debido a un suceso que tuvo lugar y que les marcó para siempre, y en torno al cual gira la trama de esta novela.
 
Con su estilo tan reconocible, tan intenso y perfecto, y con la elegante ironía que le caracteriza, Javier Marías nos cuenta un relato inteligente sobre los vínculos afectivos, revestidos de uno y mil matices, sobre lo que une la risa, probablemente más que nada en el mundo, sobre las mentiras descubiertas que nos obligan a cuestionarnos lo vivido. Pero, por encima de todo, sobre el perdón y lo imperdonable.  Así empieza lo malo entraña profundas reflexiones sobre las decisiones que afectan nuestra vida, sobre el poder de las palabras, lo expresado se instala en el aire y es difícil hacerlo retroceder, y también sobre los recuerdos que vamos modificando a nuestro antojo, distorsionando la realidad hasta el punto en el que, a veces, casi siempre, llegamos a creernos la versión relatada.
 
En estos tiempos de convulsión política, en la que la España hastiada busca nuevos caminos y nuevas maneras de hacer las cosas, en los que se reniega de la sacrosanta Transición que ha sido tan intocable durante décadas, Marías ofrece, a través de su personaje, su óptica de aquel proceso. Y recuerda a los lectores que veníamos de una dictadura que ahora cuesta concebir, pero que era real y agotadora, y cómo era casi obligado un proceso de cambio pacífico. Y a pesar de la inteligencia y cordura de sus palabras, uno no puede dejar de sentirse distanciado de aquella época de transición de la que han pasado ya 40 años y que dio lugar a un sistema que ahora es viejo y rancio y que es necesario, más que nunca, refundar. El autor, desde una posición moderada y sensata, lanza una sentencia que es como una maldición, y en la que hay también algo de esa necesidad de construir algo nuevo: Aquí se cometieron muchas vilezas durante muchos años, pero se ha convivido con quienes las cometieron, y algunos hicieron favores también. Se ha de convivir con ellos hasta que nos muramos todos, y entonces todo empezará a nivelarse y nadie se dedicará a rastrearlas.  
 
Javier Marías va enredándote, construye una intriga de la que va avanzando pequeños detalles al lector, que sospecha una tragedia, la película que no se rodó, la cena que no se celebró, que va descubriendo a la vez que los propios personajes del relato. Así empieza lo malo es una novela sólida, interesantísima y profunda, una novela para deleitarse en el placer de la lectura, con unos personajes perfectamente construidos, que se nos van descubriendo poco a poco. Una novela con un pulso vibrante, constante y que va en aumento. Muy recomendable.
 
 
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

jueves, 12 de marzo de 2015

Crítica | Nightcrawler, de Dan Gilroy

 
Atención estudiantes de Periodismo, periodistas y "otros": tenéis que ver esta película. De hecho, estoy seguro que en las facultades de Periodismo un buen profesor la utilizará como recurso educativo para fomentar el pensamiento crítico y discutir sobre los nuevos parámetros a los que está sometida la actividad de informar.
 
Nightcrawler es la historia de un hombre solitario que quiere hacerse un hueco en el periodismo de sucesos. A toda costa. Incluso si tiene que saltarse todas las barreras de la ética y la moral, y algunas otras legales. Esto le lleva a grabar primeros planos de víctimas de accidentes de tráfico, personas asesinadas en sus casas, e incluso a propiciar que esa noticia que él busca tenga lugar. 
 
Magníficamente intepretada por Jake Gyllenhaall, Nightcrawler es un buen exponente del cine actual, sucio y que invita a un buen debate sobre la sociedad capitalista capaz de crear sociópatas y, encima, encumbrarlos. Cinematográficamente la película no es perfecta, tiene altos y bajos y un final excesivamente efectista, pero es capaz de captar la atención del espectador hasta el final y, lo más importante, transmitir el mensaje deseado de una manera clara.
 
 
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

lunes, 9 de marzo de 2015

Reseña | 'Buena gente' en el Teatro Rialto de Madrid

 
Uno de los principales poderes del teatro es que te permite adentrarte en un espacio ajeno muy íntimo, que forma parte de lo más privado del otro. Te permite observar la vida del personaje, ahí casi al alcance de la mano, y se disparan las ganas de darle un abrazo cuando la ternura lo invade todo. Esto ocurre en Buena gente, la historia de una madre soltera, Margarita, quien, casi con 60 años y una hija discapacitada de 40, se queda en paro. Al final, tras el viaje de algo más de una hora y media, uno quiere saltar al escenario y darle un abrazo a Margarita.
 
La obra comienza con una conversación entre la protagonista, que trabaja en una tienda, y su jefe, mucho más joven que ella, el hijo de una antigua amiga fallecida. Él tiene que despedirla y ella, que lo intuye, no le da tregua, apelando a todo, aferrándose a lo poco que le queda para evitar ese despido. Pero, aún así, nada, los engranajes de la empresa no pueden detenerse y Margarita se ve sin nada, con el único apoyo de sus amigas para salir adelante. Después de esos primeros minutos pasarán muchas cosas en esta obra vinculadas a la clase social, al pasado, a los orígenes (al barrio) y a los sustentos.
 
Protagonizada por Verónica Forqué, la actriz es un derroche de carisma y de humanidad. Es capaz de llenar de veracidad a su Margarita, una de las tantas margaritas que han proliferado en los últimos años (duele que eso ocurra, que eso esté ocurriendo). Y, junto a ella, David Serrano, Diego Paris, Pilar Castro y Susi Sánchez, cuatro intérpretes espléndidos.
 
Buena gente es una historia de dignidad, de superación constante cuando todo se pone cuesta arriba, porque la vida es muy perra. Es un drama disfrazado de comedia, con un texto magnífico que logra hacer reír al espectador una y otra vez, y mientras se escapan las risas el estómago se encoge y el subconsciente pregunta "¿de qué te ríes, desgraciado? esto no es gracioso". Y esa mezcla es la que hace más inolvidable esta obra que merece la pena ver. Y querer salir al escenario al final abrazar a Margarita.
 
Estará en el Teatro Rialto de la Gran Vía de Madrid hasta el próximo 26 de abril.
 
 
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

miércoles, 4 de marzo de 2015

Mis canciones del mes de marzo


10. Edurne: Amanecer (N)
El pasado domingo escuchamos por primera vez la canción que representará a España en el Festival de Eurovisión. Un tema pop con un pequeño toque dance y un aire oriental. ¿Qué os parece? A mí me gusta aunque siento que va in crescendo pero que no termina de explotar nunca. El "io io", muy acertado, eso sí.
 

9. Ismael Serrano: Rebelión en Hamelín (N)
Dentro del nuevo álbum de Ismael Serrano, La llamada, hay varias canciones que son pequeñas fábulas o cuentos cantados (se nota que ha estrenado paternidad). Entre esas fábulas, este tema, Rebelión en Hamelín, que os recomiendo escuchar. Una letra cargada de ironía y muy aguda sobre el panorama político actual. Reunida en asamblea la disidencia roedora, decidieron que era hora de cambiar de cantinela...

8. Hozier: Take me to church (-6)
Tercer mes en lista para este grupo irlandés con Take me to church, un tema que está sonando con fuerza en las radios de España y cuyo videoclip es brutal. ¿Lo habéis visto ya?

7. Sia: Elastic Heart (-6)
El Número 1 del mes pasado se queda en el séptimo puesto, aunque sigo encantado con el magnetismo de esta canción y de este videoclip.


6. Vanesa Martín: Frenar enero (-3)
Se deja tres puestos la cantautora malagueña con Frenar enero, el segundo single de Crónica de un baile. ¿Cuál os gustaría que fuera el tercer sencillo del álbum? A mí que la elección sea uno de los baladones del disco, Casi te rozo, Hablas, Hoy no o Polvo de mariposa.


5. Ed Sheeran: Thinking out loud (-1)
Esta balada romántica de Ed Sheeran se queda en la mitad de la lista este mes de marzo.


4. Benjamin Clementine: Condolence (N)
Hay canciones que son como un impacto desde que suena la primera nota. Condolence, del francés Benjamin Clementine es una de ellas. Un primer piano en el que el piano tiene todo el protagonismo, para dejar después lugar a la voz profunda del cantante. Condolence suena a lamento, a lamento elegante, que suena a clásico y a urbano. Difícil de explicar. Mejor escucharla.


3. El Puchero del Hortelano: Tú eres eso (N)
El pasado 20 de febrero estuve en el concierto de El Puchero del Hortelano en Madrid. El grupo granadino ha decidido disolverse y ha organizado una gira de despedida. Fue un concierto en el que, a pesar de que había un regusto de tristeza, brilló especialmente la alegría y la emoción de la buena música, de las trompetas y las guitarras, de las letras que calan y de la voz rasgada de Antonio Arco, que está preparando ya su álbum en solitario.

2. Alejandro Sanz: Un zombie a la intemperie (N)
Alejandro presenta su nueva canción, con un título cuanto menos original. Un zombie a la intemperie habla de la libertad, de las decisiones que se toman, de los amores que a veces se pierden en el camino, de las prioridades que establecemos para seguir adelante. Y de los sentimientos aferrados a las entrañas.

1. Marta Sánchez: La que nunca se rinde (+6)
Marta Sánchez publicó a finales de febrero su nuevo álbum, 21 días, en el que la cantante vuelve a hacer derroche de voz y en el que combina el pop con nuevos sonidos más dance. La que nunca se rinde es un magnífico exponente de este nuevo disco con el que lanza además un mensaje claro de perseverancia y optimismo. Ella lleva muchos años trabajando e indiscutiblemente todo lo que tiene lo ha ganado gracias a su talento y a su música. 

domingo, 1 de marzo de 2015

Protagonista del mes... Javier Marías

  
Cuando me preguntan por autores españoles contemporáneos, uno de esos que siempre nombro es Javier Marías. Probablemente uno de los más prestigiosos de la literatura hispana actual, que ha logrado convencer al público y a la crítica con un estilo personalísimo, profundo y certero.
 
Traductor, ensayista, articulista polémico, ha publicado varios libros de relatos y, hasta la fecha, 12 novelas, entre las que destacan Corazón tan blanco, Tu rostro mañana, Mañana en la batalla piensa en mí, Los enamoramientos y Así empieza lo malo, la más reciente de sus obras que ya ha sido elegida como Mejor Libro del Año 2014 por la revista Babelia.
 
Ganador de numerosos galardones como el de la Crítica en 1992, el Rómulo Gallegos en 1995 y el de Nacional de Narrativa en 2012 (que rechazó porque no quiere recibir remuneración que proceda de las arcas del estado), Javier Marías es miembro de la Real Academia Española desde 2006 (no quiso ingresar en 1994 porque su padre, el filósofo Julián Marías, ocupaba un sillón).
 
Dotado de una fina ironía, de una capacidad sublime para contar con sutileza aquello que desea, para incitar al lector a completar su obra llenándola de referencias mordaces a otros personajes de la literatura y de la sociedad española (en Así empieza lo malo habla de un autor muy franquista que, cuando acabó la dictadura, renegó de su pasado de un día para otro...), Javier Marías es probablemente el autor de nuestro país con más posibilidades de ganar el Premio Nobel de Literatura, por conformar en su obra una precisa visión de esta España actual, herida por la conciencia, por el pasado, por la política y, a veces, por la ignorancia.
 
Javier Marías es calidad, elegancia y, en definitiva, arte literario.
 
 
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria