Hoy sale a la venta, a pesar de que los rumores apuntaban que se retrasaría hasta septiembre después de haberse filtrado, el cuarto álbum de Beyoncé.
Tenía miedo de escuchar este álbum después del single de presentación, horroroso, Run the World (Girls) pero me avisaron que era bueno y que me iba a gustar. Y así ha sido. Beyoncé vuelve a demostrar por qué es Beyoncé: potencia vocal, carácter, melodías que equilibran la emoción y el ritmo.
4, este álbum con el que Beyoncé ya no tiene que demostrar nada a nadie, simplemente sirve para constatar lo que ya sabíamos: es la más grande del R&B contemporáneo, la artista más completa de su generación. El primero le sirvió como presentación de la artista en solitario, como un grito de “¡Aquí estoy yo!”, el segundo para demostrar que lo suyo no era cosa de un disco y el tercero para consolidarse en el trono del mundo musical, con el Single ladies que bailó hasta Barck Obama y Halo, una balada que triunfó en el mundo entero.
El álbum se abre con 1+1, una balada en la que la guitarra tiene un peso importante, una canción lenta que sirve como presentación de un álbum coherente pero incompleto, a la que sigue I care, donde el beat adquiere fuerza, y en I miss you, explora la musicalidad de su voz desde el susurro para elevarla después en un juego de dos voces apoyado, únicamente, por una base de música que se repite todo el rato.
Me gusta bastante el corte Best thing I never had, que ha sido elegido como segundo single, un regalo para los que gustamos de la Beyoncé de siempre que evoluciona, sí, pero que no se aleja demasiado de su fuente musical.
Y después, en la segunda mitad del disco, adquiere algo más de fuerza: Start Over es el preludio del derroche que está por llegar al final. Y si el tema de pop Love on top (que me recuerda a la Mariah Carey de Dreamlover) nos da un respiro, Countdown tiene algunos bridge que se meten en la cabeza: oooh, killing me softly!
Y por fin, End of time llama al tarareo, pero sobre todo, I was here, un baladón en toda regla, la que debería poner el colofón final al álbum en vez de Run de World.
Con todo, y aunque el disco me gusta bastante, no le encuentro maravilloso, por faltarle, o por no encontrárselo yo, no lo sé, un sentido completo, un sentido que le lleve en una sola dirección, sino que más bien son una recopilación de temas, unos regulares, la mayoría buenos y alguno muy bueno. Pero carente de la sensibilidad que te atrapa, que te invita a escucharlo sin parar y es qos aseguro que cuando un disco me gusta, no paro de escucharlo una y otra vez y otra vez y otra vez, y 4, de Beyoncé, no me invita tanto a hacerlo. Bueno, sí, pero no es su mejor disco.