Ni el jet lag (aterrizaron el mismo día del concierto), ni la altura que embota la cabeza y hace que te falte el aire afectaron a los dos cantantes españoles, que comenzaron el concierto antes de la hora prevista cantando a dúo uno de sus temas más conocidos: Contamíname. Desde ahí, fueron alternándose cantando una canción cada uno ante un público efusivo por igual, que gritaba con las canciones de él y también con las de ella, que mostraba su entusiasmo y su agradecimiento por recibir aquí, en el corazón mismo de Latinoamérica, a dos de los cantantes más míticos de la vieja España. Porque es importante que se fomente la cultura, que se fomente aquello que nos hace más grandes por dentro, que nos lleva hasta otros lugares y nos da una visión más amplia del mundo en todos sus sentidos.
Alguno de los temas más conocidos que cantó Ana Belén fueron España camisa blanca de mi esperanza, esa canción cuya letra parece estar escrita ayer mismo, tal y como está la situación política y social, justo ahora que el mísero gobierno ha reconocido que no bajará la tasa de desempleo durante su legislatura... deberíamos sacarles a hostias si hace falta... España camisa blanca de mi esperanza reseca Historia que nos abrasa con acercarse sólo a mirarla... España camisa blanca de mi esperanza la negra pena nos atenaza... quisiera poner el hombro y pongo palabras que casi siempre acaban en nada cuando se enfrentan al ancho mar... España camisa blanca de mi esperanza, a veces madre y siempre madrastra... quién puso el desasosiego en nuestras entrañas, nos hizo libres pero sin alas, nos dejo el hambre y se llevó el pan... España camisa blanca aquí me tienes, nadie me manda, quererte tanto me cuesta nada...
También cantó la madrileña, que está a punto de cumplir 62 y tiene un aspecto físico y una fuerza dignas de admiración, algunos de los temas que han pasado de generación en generación y que forman parte del imaginario colectivo de todo un país: Lía, Peces de ciudad, El hombre del piano o Sólo le pido a dios, esa canción que nada tiene que ver con una deidad, no, sino que es un canto a la vida y al compromiso, porque nada tendría sentido si la guerra nos fuera indiferente, si el dolor ajeno no nos importara...
El asturiano cantó a su región, cantó A dónde irán los besos, Nada sabe tan dulce como su boca o Sólo pienso en ti, un tema del que explicó la historia que lo inspiró, la historia entrañable de los dos discapacitados psíquicos que se enamoraron y que consiguieron casarse a pesar de que el arzobispado de Córdoba no se lo permitía, "pero siempre hay curas que los tienen bien puestos", dijo, y ahora ese matrimonio tiene tres hijos, ya adultos, ya graduados.
El público cantó de principio a fin cuando, casi finalizando el concierto, interpretaron La puerta de Alcalá, que me llevó de viaje a Madrid durante un ratito, a mi Madrid que hoy anda algo triste porque no le dejan ni gritar frente al Congreso de ese grupo de ladrones, a mi Madrid al que querer tanto me cuesta nada. Pero no quisieron irse de La Paz sin tocar No sé por qué te quiero, quizá, la mejor manera de confesar su amor por Latinoamérica, que tanto cariño ha demostrado por estos dos cantantes españoles durante décadas. Un concierto verdaderamente entrañable.
Alguno de los temas más conocidos que cantó Ana Belén fueron España camisa blanca de mi esperanza, esa canción cuya letra parece estar escrita ayer mismo, tal y como está la situación política y social, justo ahora que el mísero gobierno ha reconocido que no bajará la tasa de desempleo durante su legislatura... deberíamos sacarles a hostias si hace falta... España camisa blanca de mi esperanza reseca Historia que nos abrasa con acercarse sólo a mirarla... España camisa blanca de mi esperanza la negra pena nos atenaza... quisiera poner el hombro y pongo palabras que casi siempre acaban en nada cuando se enfrentan al ancho mar... España camisa blanca de mi esperanza, a veces madre y siempre madrastra... quién puso el desasosiego en nuestras entrañas, nos hizo libres pero sin alas, nos dejo el hambre y se llevó el pan... España camisa blanca aquí me tienes, nadie me manda, quererte tanto me cuesta nada...
También cantó la madrileña, que está a punto de cumplir 62 y tiene un aspecto físico y una fuerza dignas de admiración, algunos de los temas que han pasado de generación en generación y que forman parte del imaginario colectivo de todo un país: Lía, Peces de ciudad, El hombre del piano o Sólo le pido a dios, esa canción que nada tiene que ver con una deidad, no, sino que es un canto a la vida y al compromiso, porque nada tendría sentido si la guerra nos fuera indiferente, si el dolor ajeno no nos importara...
El asturiano cantó a su región, cantó A dónde irán los besos, Nada sabe tan dulce como su boca o Sólo pienso en ti, un tema del que explicó la historia que lo inspiró, la historia entrañable de los dos discapacitados psíquicos que se enamoraron y que consiguieron casarse a pesar de que el arzobispado de Córdoba no se lo permitía, "pero siempre hay curas que los tienen bien puestos", dijo, y ahora ese matrimonio tiene tres hijos, ya adultos, ya graduados.
El público cantó de principio a fin cuando, casi finalizando el concierto, interpretaron La puerta de Alcalá, que me llevó de viaje a Madrid durante un ratito, a mi Madrid que hoy anda algo triste porque no le dejan ni gritar frente al Congreso de ese grupo de ladrones, a mi Madrid al que querer tanto me cuesta nada. Pero no quisieron irse de La Paz sin tocar No sé por qué te quiero, quizá, la mejor manera de confesar su amor por Latinoamérica, que tanto cariño ha demostrado por estos dos cantantes españoles durante décadas. Un concierto verdaderamente entrañable.