viernes, 8 de noviembre de 2013

MINIRESEÑAS. Tres películas donde brilla el odio.

Efectos secundarios, de Steven Soderbergh (4****)
Protagonizada por Jude Law, Rooney Mara, Catherina Zeta-Jones y Channing Tatum estamos ante un rompecabezas del (casi) siempre genial Soderbergh. Un reto para el espectador. Un thriller infernal y retorcido que tiene como protagonista a una mujer enferma de depresión y a su psiquiatra, en un juego de adicciones, verdades, mentiras y falso amor. También una reflexión sobre la sociedad podrida capaz de cualquier cosa con tal de ganar dinero. Una crítica al capitalismo estadounidense que pudre aquello que toca y lo recubre de una falsa capa de lujo u oro que crea falsas necesidades, que crea adictos vacuos. Efectos secundarios es la ambición y el odio. Jude Law está a la altura de este thriller en el que no se dan treguas, con un ritmo trepidante de principio a fin. Una historia rodada con la eficacia y la elegancia particular de su director, en la que no se puede pestañear ni un sólo segundo. Muy recomendable. 

El cuerpo, de Oriol Paulo (3***)
Bajo su apariencia de telefilme medio-cutre, encontramos una película que es capaz de enganchar a un espectador que no sabe muy bien lo que está ocurriendo. Un thriller con un inicio trepidante: un hombre corriendo por el bosque, huyendo de algo que no se sabe lo que es, es atropellado repentinamente por un coche. Y después, la desaparición de un cuerpo (el de Belén Rueda) en la morgue en extrañas circunstancias que un inspector (José Coronado, con un estilismo horrible pero con un papel que le viene como anillo al dedo y que parece que es capaz de hacer una y otra vez con diferentes matices y sin "peros") intentará descubrir lo que ha pasado. Todo apunta al marido de la fallecida (Hugo Silva, un actor cada día a tener más en cuenta dentro del panorama nacional, aunque todavía nos falta verle en un "gran papel") pero nada es lo que parece. El cuerpo consigue engañar al espectador y eso hace que nos olvidemos de sus fallos (entre ellos, los problemas de dicción de los actores, a los que en alguna ocasión me costaba entender, y un sonido que podría haber sido mejor), y nos arrastra hasta un final sorprendente que hace que, al final, haya merecido la pena su visionado. Sólo os daré una pista: si queréis que pasa con ese cuerpo desaparecido, pensar en el odio. 

Ayer no termina nunca, de Isabel Coixet (2**)
La nueva película de Isabel Coixet nos lleva hasta un futuro cercano, 2017. Un país, España, destrozado por la estafa de crisis que estamos viviendo. Y un pareja rota por una muerte del pasado fruto de los recortes sanitarios y por esa (esta) crisis agotadora. Ellos, después de cinco años, tienen que volver a verse las caras para solucionar un trámite en unos pisos que se construyeron pero en los que aparentemente nunca nadie llegó a vivir. ¿Dónde están los restos del amor? ¿Es cierto aquello de que dónde hubo fuego siempre quedarán cenizas o, por el contrario, el odio es más devastador y arrasa con todo? Un drama con dos buenas interpretaciones: Javier Cámara y Candela Peña, que no fallan. Pero el guión adolece de una excesiva teatralidad que empaña la verdad en esta película triste y destructora. Es una película dura, demasiado cercana, demasiado pesimista y demasiado demoledora. Coixet en estado puro. 

4 comentarios:

  1. No he visto la de Coixet pero... ay, qué pereza! Pero tanto Candela como Javier me gustan mucho así que tendré que anímame aunque el tema se me haga cuesta arriba.
    Las otras dos me han parecido entretenidas pero hacia la mitad se vuelven previsibles.
    Saludos.

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  2. Me apunto las dos primeras, que ya les tenía el ojo echado :-) Un besote!

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  3. Habrá que ver las dos primeras, que tienen muy buena pinta.
    Besotes!!!

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  4. Efectos secundarios me gustó, pero El cuerpo nada de nada. La tercera no la he visto...
    Besos,

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