lunes, 11 de noviembre de 2013

HISTORIA DE UNA MAESTRA, de Josefina Aldecoa


Esta es una historia maravillosa. Cargada de sencillez, Historia de una maestra es un viaje por la memoria colectiva de un país, España, antes de que ésta se rompiera en dos. Es la narración de su vida que Gabriela, la protagonista, le hace a su hija Juana. Una vida que comenzó con consistencia aquel día en el que se acabó la carrera de magisterio en Oviedo y se abrieron las puertas de su futuro. Y ese día, en esa ciudad del norte, tenía lugar la boda entre una jovencita de buena familia con un tal Francisco Franco, al que consideraban poca cosa para ella. Un hombre que marcaría el destino de Gabriela igual que marcó el de todos los españoles, sin saberlo entonces. Era el año 1923 y nadie sabía todavía quién era ese militar bajito, feo y de vocecilla insulsa. Y la historia de España parecía avanzar hacia un futuro lleno de luz que se truncaría con la Guerra Civil. 

La novela está dividida en tres partes: El comienzo del sueño, El sueño y El final del sueño.  En la primera parte, la historia de Gabriela nos lleva a uno de esos pueblos sin nombre de la provincia de León, un pueblo donde la vida era hostil, el frío se pegaba a los huesos y las noches eternas. Poco después, cuando la profesora tuvo la oportunidad de elegir el lugar donde quería dar clase, eligió lo que nadie quería: la Guinea Española. Esa parte me ha conmovido especialmente, por el entusiasmo de la protagonista, por entregarse a esos niños de caras negras y dientes blancos y radiantes, porque el corazón se encoge cuando un pequeño recibe con alegría aquello que más valor tiene: una lección aprendida. Y porque, a pesar de todo, algunas cosas no han cambiado tanto y "el hambre de África no terminará nunca. África es la víctima del hombre blanco", tal y como señala la protagonista. 


La segunda parte coincide con el regreso a la Península de la profesora, después de tener que dejar Guinea por una enfermedad. Fueron los años del sueño. De la República que hizo tanto por la educación. Hay aquí un pasaje que me ha emocionado hasta las lágrimas en el que se relata una misión pedagógica de aquellos años. Y la última parte, la más triste, es la que condujo a España a esa guerra. Gabriela y su marido, Ezequiel, daban clases entonces en Los valles y la revolución de Asturias de 1934 marcaría su vida. 

Historia de una maestra es una novela desprende ternura y belleza, desprende amor, pero no por un hombre, no un amor sensual, porque esa clase de amor le llegaría a Gabriela tenuemente, primero en el rostro negro de su amigo médico sin que nunca llegara a explotar del todo y después de manera reposada en el rostro de Ezequiel, con el que compartía pofresión. El amor que más brilla aquí es aquel por la educación, por la cultura que hace a los hombres justos y libres. La pasión de enseñar a leer a los niños negros de Guinea, a los niños y niñas de los pueblos humildes de Castilla. El valor de la cultura alejada de las doctrinas religiosas que moldean los pensamientos. 

Josefina Aldecoa
En este libro brillan sentimientos cargados de autenticidad. Desde la más pura alegría republicana que se palpita entre sus páginas hasta la congoja que invadió los cuerpos de tantos maestros que veían como su sueño se desintegraba por la barbarie. Josefina Aldecoa, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS, tiene un estilo depurado, limpio, cargado de una calidad literaria apabullante. 

Dice la protagonista que "lo que no se comparte no deja huella ni nostalgia. No se siente pesar por el bien perdido en soledad. Tampoco el dolor sufrido a solas sirve de referencia pesarosa", por eso, no puedo más que recomendar con fervor esta novela imprescindible, que hay que leer para entender quienes somos por lo que hemos sido, para gritarle sin descanso hasta que se nos rompa la voz a este inepto al que han puesto ahora de ministro de Educación que se vaya de una vez por todas, que deje de destruir lo más importante que tenemos, lo único que nos salvará. 

Las frases: 

La República había conseguido despertar en muchas inteligencias el deseo de aprender, y en los maestros, el deseo de enseñar con más pasión que nunca.

Educar para la convivencia. Educar para adquirir conciencia de la justicia. Educar en la igualdad para que no se pierda un solo talento por la falta de oportunidades. 

11 comentarios:

  1. Hemos leído más reseñas poniendo bien a este libro, pero no nos llama.

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    1. Pues es un libro precioso, de verdad!!!!

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    2. Fernando el de los huevos colgando18 de marzo de 2021, 15:34

      Estoy de acuerdo contigo

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  2. Lo leí hace muchísimo y me gustó tanto... me emocionó, también. En tiempos como estos, en los que tanto daño se está haciendo a la educación pública, habría que releerlo.

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    1. Verdad?? En realidad es una pena pensar que casi un siglo después y siguen maltratando a la educación así... lectura imprescindible!!!

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    2. Lo he releído recientemente, Ismael. Sigue impresionando. Tras ver todo lo que ha pasado con la educación en este último año, creo que debería ser de lectura obligatoria para los ministros de Educación.

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  3. Fantástico! me lo reglaron en mis prácticas y me encantó!!!

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  4. Suena fenomenal. Y eso de que parte del libro hable de mi tierra (León) hace que me atraiga aún más!!

    Me lo apunto en mi interminable lista de pedientes :-)

    Muchos besos

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    1. Te animo mucho a leerlo, es una historia preciosa y además es bastante breve!!!! un besoteee!!!

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  5. Verdad?? En realidad es una pena pensar que casi un siglo después y siguen maltratando a la educación así... lectura imprescindible!!!

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  6. Lo acabo de leer, he disfrutado muchísimo, es una historia entrañable llena de sentimientos; los paisajes me trasladan a la tierra de mis abuelos que también eran mineros aunque de Asturias. Lo he recomendado para el club de lectura. Hay tanto que comentar sobre esa ilusión que tiene Gabriela hacia la enseñanza y el respeto hacia todas las ideas ! Esto no deberíamos olvidarlo nunca.

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