Creo que Josefina Aldecoa estaría muy triste si viera lo que está ocurriendo en España con la educación, lo que el ministro de la vergüenza, José Ignacio Wert, está haciendo en un alarde dictatorial, haciendo caso omiso de los gritos de miles y miles de alumnos, de padres y de profesores que se han echado a las calles en contra de su reforma educativa que busca que sólo aquellos que tengan más dinero puedan acceder a una enseñanza de calidad.
Josefina Aldecoa (1926-2011) era escritora, sí, pero docente por encima de todo: doctora en Pedagogía fundó en Madrid, 1959, el Colegio Estilo, esquivando la doctrina opresora de la dictadura de Franco. Un centro educativo en el que se buscaba y se busca educar desde la libertad y la justicia, sin que se hablara de la religión. Formar hombres libres para que fueran ellos mismos, con la cultura adquirida, los que emitieran juicios de valor sobre la religión y la política.
Hija y nieta de maestras, Josefina Aldecoa plasmó su amor por la enseñanza en Historia de una maestra, una novela preciosa publicada en 1990, que tendría su continuación en Mujeres de negro y La fuerza del destino, una trilogía que será reseñada este mes de noviembre en CAJÓN DE HISTORIAS. Tres novelas protagonizadas por mujeres que creyeron en un futuro mejor, en educar para que las generaciones del futuro no cometieran los mismos errores. Por eso se me encoge el corazón al ver todo lo que está sucediendo ahora en España, ver cómo destruyen día tras día los derechos adquiridos convirtiéndonos en un pobre país de pobres y ricos, que eso es lo que quiere este (des)gobierno que seamos. Una España donde solo puedan estudiar unos pocos privilegiados.
Ella que, con tintes de homenaje, merece ser la protagonista del mes, dio voz a las mujeres que dedicaron su vida a enseñar, que guardó entre las solapas de estos libros los recuerdos, las palabras y las vivencias de su abuela, de su madre, de ella misma y de todas las maestras que durante el siglo XX, desde la República hasta el Franquismo, siguieron al pie del cañón, desde dentro o desde fuera, cuando las cosas se ponían a favor o en contra de la educación, para hacer de este mundo un lugar mejor donde vivir. Ellas son la memoria. Y ellas, sobre todo, son el futuro.
Bonito y apropiado homenaje. Todavía tengo por leer Historia de una maestra. No sabía que tenía continuación. Un besote!
ResponderEliminarGracias Meg!! te recomiendo mucho Historia de una maestra, bueno, la trilogía en general!!!!
EliminarMuy atenta estaré a tus reseñas, que tengo pendiente a esta autora.
ResponderEliminarBesotes!!!
Creo que Historia de una maestra merece MUCHO la pena!!
Eliminarbesoteees Margari!!!