Llevo varios días pensado como enfocar esta entrada. No es fácil. Precisamente porque estamos ante una exposición que tampoco lo es. No es fácil enfrentarse a las imágenes que se exponen en la Tabacalera de Madrid, las del fotoperiodista Gervasio Sánchez, Premio Nacional de Fotografía 2009. Las imágenes de una vida y de muchas pequeñas historias que conforman la Historia, nuestra Historia reciente, que nos es ajena y que está demasiado cerca, ahora más que nunca, gracias a personas como él. Y nos inmunizamos ante el dolor, ante la sangre y ante la guerra. O no. Porque tuve que retirar la mirada varias veces de fotografías cargadas de angustia, porque me duele más el miedo que la sangre, porque cala más hondo una mirada de soledad que la muerte congelada en una imagen. Y en eso es maestro Gervasio Sánchez, en captar sensaciones. Tan insoportables algunas que esta exposición puede doler.
Creo que no hay un lugar mejor en todo Madrid para exponer esta antología, unas fotografías que reclamaban este espacio con las paredes desconchadas, viejas. Como esas guerras, tan cercanas en el tiempo, veinte años e incluso menos, y tan muertas ya. Aunque las heridas persistan. Porque persisten siempre, y es bueno que así sea, que la memoria guarde esa barbarie como un pellizco para evitar que cosas así vuelvan a ocurrir. Pero es difícil, por no decir imposible, porque somos capaces de recordar el pellizco, incluso de ver la cicatriz que puede dejar, pero no de volver a sentir el dolor. Ni tan siquiera con imágenes tan duras como las que Gervasio Sánchez se ha atrevido a hacer a lo largo de su trayectoria.
Esta exposición es un paseo por los conflictos armados de América Latina y los Balcanes, por el hambre eterna de África. Desde 1984 hasta 2010. Cada uno de los bloques temáticos comienza con un panel escrito en primera persona por el propio Sánchez, explicando por qué estaba allí, enlazando su historia personal con la del lugar fotografiado. Él debe ser un gran conocedor de la historia, un hombre con tantas historias que contar...
En su fotografía hay una evolución. O quizá, una adaptación al lugar y a la época. Porque desde el color de una América Latina desnuda y desconocida y alejada de los clichés fervientes, pasamos al desmoronamiento de la antigua Yugoslavia, con la crudeza más absoluta que se pueda imaginar. La sangre tiñendo de rojo sus fotografías; y el blanco y negro, por fin, haciendo aparición para mostrarnos, con un grano excesivamente grueso, que la tristeza adquirió allí miles de rostros. Y, después, África, buscando la supervivencia de manera constante. África negra, en la piel y en el alma.
Demasiado dolor ha tenido que ver este hombre. Un legado, el de sus fotografías, valiosísimo y necesario, aunque cuesta creer, a pesar de todo, que hayamos podido causar tanta desgracia. Y deberíamos preguntarnos a qué se debe. Una exposición que no hay que dejar pasar, una buena muestra de la impúdica sinrazón que padece el ser humano. Así que gracias, Gervasio Sánchez, por estas imágenes, porque son Historia. Y porque son Memoria.
Me ha gustado muchísimo esta entrada pero reconozco que también me habría costado mucho trabajo escribir sobre ello. Las fotos que has mostrados son tremendas...así que me imagino el resto.
ResponderEliminarMarina, me alegra mucho que te haya gustado, a pesar de la dureza de las imágenes, y de la crudeza de mis palabras. Si vienes por Madrid no te la pierdas! un besote!
EliminarHe visitado la exposición hace unas dos semanas y me quedé sin palabras. Además también he preparado una entrada al respecto, aunque la relaciono con un libro que he leído hace mucho tiempo. La recomiendo a tod@s los que pasen por Madrid en los próximos meses.
ResponderEliminarLa verdad es que es para quedarse sin palabras, yo, ya te digo, que tuve que retirar la mirada de algunas fotos, porque me parecían demasiado dolorosas!
EliminarUn abrazoteee!
Parece increíble cómo los humanos podemos tener tanta maldad... Las fotos reflejan la desgracia que somos capaces de crear. La exposición me pilla un poco lejos, así que no la voy a poder ver. Besos.
ResponderEliminarKristineta, es verdad que te pilla un poco lejos, pero estará hasta octubre, creo, así que quién sabe, igual en algún momento pasas por Madrid. Un besoteeee!!! Y me alegra muuuuucho verte por aquí ;)
EliminarQue horror! Vaya siento q hayas pasado un mal rato, pero es verdad q la mejor manera de acabar con estas atrocidades es contarlo y si es con imagenes llega mucho mas. Enhorabuena x el post.
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno, pasé un mal rato pero fue gratificante, es una exposición necesaria. Me alegra que te haya gustado el post. Otro abrazo para ti! ;)
Eliminar