lunes, 26 de marzo de 2012

Crítica del álbum CUESTIÓN DE PIEL, de Vanesa Martín



Algo pasará, de eso no cabe duda… Con esta frase empieza Cuestión de piel, el tercer álbum de la cantautora malagueña Vanesa Martín, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS.  Y lo que pasa es el derroche de sentimiento, de sentimientos pequeños, que son los que más se pegan a la piel. A esa piel que tanta importancia tiene aquí, a esa piel que se eriza, que siente frío, calor, que se quema…

Si pasa o no es el tema que abre este álbum, la mejor canción para iniciar un recorrido por unas –sí, en plural- historias de amor que nacen y mueren, que son y no son. Una dualidad, la de los encuentros y desencuentros, que es la que conforma el eje del disco y le da un sentido completo. Se trata de una búsqueda más allá de la superficialidad, de ese estado anímico que va y viene entre la entrega y el adiós, con una presencia innegable de la melancolía y de la desdicha, porque hay veces en la vida en que las despedidas duelen. Pero no teman, no es un disco triste. Trampas, el anterior, ahondaba mucho más en el dolor. Ahora siempre se mira hacia delante, incluso cuando se pierde el pulso, como dice en este primer corte y como se reafirma en La piel, una de las mejores canciones del álbum, por la fuerza que consigue transmitir con su voz, por el aumento progresivo de la intensidad, por su crescendo musical y emocional. Por una vez aprendí que no pintabas nada ya en mi vida…



Cuestión de piel, tal y como explicaba la propia Vanesa Martín en la entrevista publicada hace unos días, es un disco más orgánico, más pensado para los conciertos, y eso se nota en temas como Después de soltarnos, uno de los más potentes, de esos que son como un impacto, por su fuerza. Igual que Arráncame, que ya he podido escuchar en directo, y con el que se pone de manifiesto una vez más la importancia aquí de la piel, esa piel presente en cuatro de las canciones del álbum, piel en la distancia, piel latiendo, piel desgarrada... cuestión de  piel.

Tres son las colaboraciones incluidas en el disco: con Malú, Pablo Alborán y La Mari de Chambao. Con la primera canta No te pude retener, un tema sobre aquello que estuvimos a punto de conseguir y se escapó entre las manos. Es un lujo escuchar a estas dos cantantes juntas, aunque me quedo la versión en solitario. El tema con Pablo Alborán es de los que menos me gustan. En cambio, Tic Tac, a dúo con La Mari, es una auténtica joya, le da un aire más chill out, y sus voces empastan a la perfección.

Vanesa Martín se mantiene fiel a su identidad, donde la guitarra y el acento andaluz forman un tándem, pero lo más importante es que la evolución y la madurez musical son evidentes, y sigue explorando nuevos sonidos y nuevos matices que enriquecen su arte. Un disco para escuchar, para disfrutar y, sobre todo, para sentir.


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2 comentarios:

  1. Tras esta estupenda exposición, no queda mucho por añadir. Solo podría darte las gracias, una vez más, por descubrirme a la cantante. Por cierto, ya tengo mi entrada para su concierto en Madrid en el mes de junio. ¡No me lo pierdo!

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    1. Vas al concierto??? qué geniaaal!! no sabes lo que me alegra haberte descubierto a esta cantante!! Yo también voy al concierto!! allí nos veremos!! qué bieeeen!!!!

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