Con esta novela cierro el mes dedicado a Haruki Murakami en CAJÓN DE HISTORIAS. Con esta novela cierro un mes de sensaciones que bailan entre el lirismo y la tristeza, tristeza que viene y va vestida de diferentes formas, sobre todo de melancolía y nostalgia, dos sentimientos que se diferencian en pequeños matices, aunque ambos duelan o encojan el espíritu.
Saqué este libro de la biblioteca, y la bibliotecaria me confesó que no pudo parar de llorar con esta novela. Esas lágrimas no han llegado a mis ojos, aunque reconozco que la historia de Hajime, al que le asaltó el vacío, ha conseguido mantenerme despierto, buceando en las sensaciones que describía el protagonista.
Es la historia de un hijo único que se enamoró de una niña que la distancia le arrebató. Y el tiempo hizo que se volvieran a encontrar. Es la historia de ese hijo único, Hajime, que dañó a una mujer, Izumi, sin ser consciente de ello. Hay veces que ocurre, que en la época anterior a la madurez nuestro cuerpo desea más que nuestro corazón, y cuando ese deseo no camina junto al deseo de la otra persona, se resquebraja el corazón. Es la historia de una mujer que quiso arrastrar a Hajime con ella, hasta más allá del sur de la frontera, más allá del oeste del sol, aquejada ella de la histeria siberiana, rota por dentro. Esta mujer, llamada Shimamoto, a la que un día se le murió algo por dentro y aquello que muere no vive más, por estúpida y evidente que parezca la frase. Y aquello que se le murió tenía además una razón de ser y se mezcló con el agua de un río. Y, por último, es la historia de una mujer que amó, y amó y sólo pudo amar a Hajime, quien la salvó, sin saberlo, de la muerte. Un hombre y tres mujeres: Izumi, la que murió por él, Shimamoto, la que quiso matarle, y Yukiko, que volvió del reino de Hades gracias a él.
Murakami vuelve rebuscar en las profundidades del alma, en aquello que te hace sentirte vacío a pesar de tener dos hijas hermosas, una mujer que te ama y dos empresas rentables. Vuelve a hacerlo con una sencillez pasmosa, tranquila. Una novela que habla del vacío. Un vacío sobre lo que se tuvo y apenas se saboreó, y se vuelve a tener resbalando entre los dedos. Murakami es un experto en sensaciones y en dibujar a personajes llenos de vida, incluso cuando parecen esperpénticos o imposibles el lector sabe que sí, que esos personajes son reales. Y viven. Y sufren, como sufre sin sufrir Hajime. Porque el sufrimiento hay veces que no viene acompañado de un dolor. Y aunque duela, lo mejor es fingir que se es feliz. No es tan difícil. Ya lo dijo Nat King Cole.
Sígueme en Twitter: @CajondeHistoria
Más novelas de Haruki Murakami en CAJÓN DE HISTORIAS:
¡Pedazo de reseña! Y creo que poco tiempo voy a tardar ya en ponerme con este autor, que me dejas con la miel en los labios...
ResponderEliminarBesotes!!!
Muchas gracias Margari! el caso es que leyéndola después me ha dado la impresión de que no se iba a entender bien si no se había leído al autor, así que muchas gracias por tus palabras. Un besotee!
EliminarPrecioso. Has definido al autor totalmente.
ResponderEliminar¡Saludos!
Muchas gracias lector indiscreto!!! un saludooo! ;)
EliminarEste lo tengo apuntado!!! Aquí sigo, sin ponerme con el autor, qué desastre!
ResponderEliminarBesotes
PD.Ais... me has ganado con la cancioncilla =)
Shorby, jajaja! bueno si te he ganado con la cancioncilla... prueba superada!! jajaja
EliminarAnímate a probar mujer!!! ;)
un besoteee!
Tengo pendiente a este autor, las criticas lo ponen genial!
ResponderEliminargracias por la reseña!
Liz, sí, tiene una gran legión de seguidores... y de detractores también! te recomiendo que lo pruebes para ver de qué lado estás!
Eliminarun abrazote!!
Pues sin llegar a hacerme llorar tampoco, me gustó muchísimo la novela. Describes muy bien los sentimientos que transmite Murakami con su prosa triste y melancólica.
ResponderEliminarsaluditos
Muchas gracias Lillu, la verdad es que no tengo muy claro si se ha entendido mi reseña o no fuera de aquellos que ya han leído a Murakami, pero en fin, hay cosas de Murakami que tampoco hay que entender, simplemente sentir, verdad^?
EliminarUn abrazotee!
Me ha gustado mucho la reseña que has hecho de esta novela. Ha sido la segunda que he leído de Murakami (y de momento, la última), y aunque me gustó un poco menos que "Tokio blues", no pude evitar emocionarme. Y es que, como bien dices más arriba en un comentario, a Murakami a veces no hay que entenderlo, sino sentirlo. ¡Abrazos!
ResponderEliminarA mí también me ha gustado un poco menos que Tokio Blues, aunque la sensación que me ha dejado es muy positiva igualmente. Un abrazoteee!!! ;)
EliminarYo creo que es uno de los pocos pendientes que me quedan de Murakami, hace un par de meses leí el 1Q84. Nunca la pillo libre en la biblio, voy a mandar que me la reserven que el cuerpo me pide otra vez Murakami
ResponderEliminarSaludos
Roy
Dicen que 1Q84 es su obra cumbre. Me la reservo para el próximo año, que este ya he leído unos cuantos Murakamis. Después del reposo seguro que la disfruto más. Un abrazo!
EliminarTomo nota de tus reseñas sobre Murakami aún me queda mucho por descubrir de este autor al que empecé a leer hace relativamente poco, nunca será mi autor japonés favorito porque me gustan más otros más tradicionales, pero cada vez le voy cogiendo más el punto. De momento de las que has reseñado mi favorita es Sputnik mi amor y tengo especiales ganas de leer Al sur de la frontera... por la buena pinta que tiene y Kafka... porque todos los hiper fanáticos de Murakami que conozco la ponen como su favorita del autor, así que algo tendrá. Un besazo
ResponderEliminar¡Qué curioso! Tengo este libro de Murakami apuntado para leerlo este mes. El único que he leído hasta ahora es "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo". Me gustó aunque hay muchas opiniones encontradas. Tu reseña alienta mis ganas de empezarlo ya. A ver si puede ser en este mes de junio. Un saludo :)
ResponderEliminarExcelente reseña!!
ResponderEliminarY para ti, ¿qué crees que haya pasado con Shimamoto?