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viernes, 12 de septiembre de 2014

RESEÑAS | Dos películas sobre la pérdida inoportuna

El extraordinario viaje de T. S. Spivet, de Jean-Pierre Jeunet (3***)
El director de Amélie regresa con esta road-movie ambientada en Estados Unidos. Cuenta la historia de un niño que, tras ganar un premio, decide realizar un viaje solo por todo el país para ir al acto de entrega. Un viaje que, en realidad, supone la expiación del pequeño superdotado tras el fallecimiento de su hermano en un accidente doméstico. El filme intenta ir a medio camino entre el drama y la comedia, y aunque El extraordinario viaje de T. S. Spivet es una película tierna, se excede en la ñoñería con artificios sucios. Visualmente preciosa, destaca especialmente su fotografía (galardonada con el Premio César) y con unas interpretaciones efectivas en las que sobresale, como era de esperar, Helena Bonham Carter, menos excéntrica que de costumbre y también, quizás por eso, menos brillante. Jean-Pierre Jeunet recurre nuevamente a la “Fórmula Amélie” que tan bien le funcionó en su momento pero que, ahora, se presenta sin la chispa ni la sonrisa de su personaje más famoso. Una película interesante, que merece la pena ver, aunque con una pizca de más en lo que a superficialidad y artificio se refiere.

Bajo la misma estrella, de Josh Boone (2**)
Los estadounidenses no han tardado en llevar al cine uno de los best-seller literarios de la temporada, Bajo la misma estrella. La cinta, protagonizada por Shailene Woodley (a la que ya vimos en Los descendientes) es una historia de amor entre adolescentes con cáncer, que intenta salirse de los clichés sobre jóvenes enfermos pero que, en mi opinión, no lo consigue, por lo que no deja de ser una película cargada de tópicos que sabes hacia donde te lleva en todo momento (no lo diré pero… ¿a qué os lo estáis imaginando?). Precisamente lo mejor no es ni Willem Dafoe ni Laura Dern, sino esa Shailene Woodley que intenta sacar a flote un ejercicio cinematográfico mediocre. Bajo la misma estrella se deja ver, aunque con 30 minutos menos de metraje se podría haber contado lo mismo. Perfecta para aquellos amantes de las películas de sobremesa de Antena 3, esas que puedes ver mientras te echas una cabezadita el fin de semana después de una buena comida. Para los que estén interesados en el buen cine, coincidirán conmigo en que es una película flojita, flojita.
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

viernes, 25 de enero de 2013

LOS MISERABLES, de Tom Hooper


Uno necesita dejar reposar las sensaciones tras el visionado de esta película, porque la sensación primera que se queda pegada a la parte más superficial de la piel es de apabullamiento, grandiosidad, y se requieren días para que traspase esa fina capa y se instale más profundo, entre el corazón y el estómago.

Tom Hooper (que ganó el Oscar con la efectiva y quizá sobrevalorada El discurso del rey) demuestra que es un director con una visión sólida del cine que quiere, un cine arriesgado y que no está al alcance de la mano de cualquiera. Demuestra, asimismo, que su Oscar como Mejor Director no fue casualidad y que tiene intención de quedarse entre los más grandes. Con Los miserables se ha superado. Se ha superado porque la producción es mucho más ambiciosa, porque la historia que creó Victor Hugo requiere una enorme capacidad de síntesis para plasmar aquello realmente importante en la pantalla, y porque, una vez más, ha demostrado ser un gran director de actores, sacando lo mejor de un elenco interpretativo que debe estar eternamente agradecido por haber formado parte de Los miserables.

Hugh Jackman hace la mejor interpretación de su carrera, un papel complejo y que requiere una gran preparación. La evolución física y psicológica de su personaje es palpable, y de muestra que es capaz de cantar, interpretar y transmitir aquello que desea. Ya ha ganado el Globo de Oro, ¿ganará también el Oscar? Bien lo merecería.

En el reparto encontramos también a Russell Crowe, un actor que siempre me ha disgustado por inexpresivo, pero esta vez conseguir hacer de su inexpresión pura frialdad, incluso tiene destellos de brillantez y tormento en los minutos finales.

Asimismo, el cartel lo completan Eddie Redmayne, vocalmente algo más limitado, pero consigue estar correcto; Amanda Seyfried y Samantha Barks, mejor la segunda que la primera; o los estrambóticos Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter, ciñéndose una vez más a un papel que parece que ya han hecho antes.

Mención especial requiere Anne Hathaway, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS, en un papel secundario pero impactante. Su momento cumbre llega pronto, no ha avanzado demasiado el metraje todavía, y su interpretación de I dreamed a dream te parte en dos, te deja bañado en lágrimas. ¿cómo es capaz de hacer algo así?

En definitiva, uno tiene la grata sensación final de haber visto una película majestuosa, un musical bien hilado, unas interpretaciones que forman parte ya de las grandes interpretaciones de la Historia del cine. Y, por encima de todo esto, sobresale la gratitud a Tom Hooper por conseguir que uno sienta tantas ganas de leer la obra de Victor Hugo, que tiene que ser, seguro, una obra magistral, objeto de profunda admiración.

sábado, 12 de mayo de 2012

Crítica de SOMBRAS TENEBROSAS, de Tim Burton



Regresa el binomio Tim Burton-Johnny Depp. Tan acostumbrados estamos a ellos como “uno solo” que hasta cuesta imaginar una película del primero sin presencia del segundo. Sombras tenebrosas (Dark shadows) supone una vuelta de Burton a la estética gótica y oscura tras la explosión de color de la floja Alicia en el país de lasmaravillas. Sus seguidores, aquellos burtonianos por naturaleza, estarán contentos, sí. Y aunque esta es mejor que la anterior, no consigue devolvernos al Burton carismático de antaño, ni Johnny Depp sorprende ya, ni brilla como brilló. Sombras tenebrosas no aburre, en absoluto. Pero dista de ser una gran película. Entretenidilla, así, con diminutivo y todo. 

Nos cuenta la historia del vampiro Barnabas Collins que, tras dos siglos enterrado vivo, es rescatado casualmente. El choque con el mundo del siglo XX y las rencillas con la antigua bruja que le convirtió en vampiro son el núcleo de esta historia.

Esta crítica de Sombras tenebrosas no pretende ser lapidaria, porque el universo del director es un derroche de matices, y porque visualmente sus películas siempre son un lujo. Pero está ya algo encorsetado y esa mezcla de “humor tenebroso” empieza a oler a rancio. Y cuesta que nazca la risa, alguna hay, no os voy a engañar, pero no consigue calar dentro. Digamos que no estamos ante un puzzle incompleto, no, no faltan piezas, pero el resultado es tan monocromático y simplón que el derroche de producción –porque Sombras tenebrosas es una película cara, muy cara- resulta casi vergonzante. Entre las escenas más brillantes quiero destacar dos: el “polvazo” entre Johnny Depp y Eva Green (ella interpreta a la bruja mala, en un papel en el que yo veo a Anne Hathaway) y la noche en el bosque con los hippies. El resto va avanzando a marchas forzadas.

A Depp le secundan la eternamente bella Michelle Pfeiffer; la mujer del “dire”, Helena Bonham Carter, que le pasa un poco como a Depp, que está un poquito encorsetada en papeles excéntricos, por paradójico que parezca; o Jackie Earle Haley, encorsetado, este, en papeles de loco, con esa cara que tiene el pobre le vienen como anillo al dedo…

Es posible que cumpla las expectativas de todos los espectadores, no creo que nadie pretenda ver en esta la Mejor Película de 2012, pero sí consigue ser “simplemente” un producto de entretenimiento que dura dos horas. En mi opinión, sinceramente, Tim Burton es capaz de mucho más, lo dejó claro en Eduardo Manostijeras o en SweeneyTodd, el barbero diabólico de la calle Fleet, donde sacó lo mejor de Johnny Depp. Quizá sea un director irregular, porque también ha hecho bodrios infumables. Y Sombras tenebrosas baila en la mediocridad. Le falta carácter. Y el decorado se desmonta. 

martes, 8 de febrero de 2011

EL DISCURSO DEL REY, de Tom Hooper


VOTA EN LA ENCUESTA QUIÉN CREES QUE GANARÁ EL OSCAR A MEJOR PELÍCULA

El discurso del rey, película que lidera las nominaciones a los Oscars, cuenta la historia del rey tartamudo, Jorge VI, quién, aun habiendo tenido una educación real, no era el primero en la línea sucesoria, pero que, debido a la abdicacion de su hermano Eduardo VIII  por su amor a la norteamericana Wallis Simpson, se convirtió en rey de Inglaterra.  Pero esta no es una película sobre la Historia, sino sobre una superación, sobre cómo ese rey consiguió, gracias a un logopeda, superar su tartamudez.

Lo cierto es que la película tiene cosas muy positivas, pero no termina de ser una obra maestra, el ritmo se diluye, la banalidad del tema la hace perder fuerza. Entre las cosas positivas, sobre todo, las interpretaciones de Colin Firth y Geoffrey Rush. Firth, que el año pasado dio un salto de gigante en su carrera interpretativa gracias a Un hombre soltero, se consolida este año con El discurso del rey entre los mejores de su generación, después de haber estado durante décadas encasillado en papeles flojos de secundario. Colin Firth dota de una humanidad inmensa a un rey férreo, sometido a una educación pétrea.

Y Geoffrey Rush, grandísimo, apoya a Firth y engrandece todavía más su interpretación. Rush es un grande entre los grandes. Irónico, gracioso, inteligente, locuaz y tierno.

Tras ellos, la (casi) siempre fresca y especial Helena Bonham Carter, en un papel que le viene como anillo al dedo. Y Guy Pearce, que interpreta a Eduardo VIII en un papel que creo que se ha desvirtuado.

Entre las cosas positivas de la película quiero destacar, además, la precisa dirección de Tom Hooper y la composición de algunos planos, en los que se ve a los personajes colocados en alguno de los extremos, con todo el aire alrededor, y lo cierto es que me parece un recurso para dar importancia no sólo al personaje, sino también todo el entorno. También me ha gustado mucho la banda sonora, creo que no podría ser más adecuada.

El conjunto, y sobre todo el reparto, me parecen dignos de elogio, y el resultado es una película amable y entretenida, que se deja ver y que deja buena sensación, pero, sin duda, no una película maravillosa, ni tan siquiera digna del prestigioso tío Oscar en la categoría reina. 

viernes, 19 de noviembre de 2010

Semana especial dedicada a David Fincher: EL CLUB DE LA LUCHA


El club de la lucha es una película compleja, que requiere toda la atención de un espectador activo, que se implique con lo que ve y, aunque desconcertado por esa sucesión de violencia al principio que parece no tener respuesta ni sentido, no se desengancha en ningún momento de la trama ni cae en el abismo, sino que siempre está al límite y termina alcanzando la cumbre.

La cinta de Fincher juega con el desconcierto en un ejercicio de tira y afloja basado en un guión muy inteligente, en un montaje muy elaborado y, sobre todo, en unas interpretaciones redondas. Edward Norton, protagonista principal, demuestra que es un actor totalmente apto para determinados papeles que requieren muchísima fuerza, un actor que se ha mantenido bastante alejado del estrellato de Hollywood por algún extraño motivo, alejado de los circuitos comerciales más mediáticos.

Helena Bonhan Carter vuelve a hacer un gran papel, ella también ha sido bastante denostada por buena parte de los críticos, aunque creo que sus dotes interpretativas son más que indiscutibles. Parece que ahora, después de dos décadas dentro del mundo del cine, verá su recompensa. Helena Bonhan Carter excéntrica y convincente.

Y Brad Pitt, el tercero en discordia. Creo que está interpretación supuso un antes y un después en su carrera. Un salto de gigante en su calidad y en su madurez interpretativa. El Brad Pitt de antes de El club de la lucha es el Brad Pitt ñoño y guapo que enamoraba a adolescentes y no tan adolescentes, el Brad Pitt de Leyendas de pasión, de ¿Conoces a Joe Black?. Después de El club de la lucha, a pesar de algunos errores como The mexican, Pitt se ganó el respeto de muchos y se centró en hacer interpretaciones de calidad como las de El curioso caso de Benjamín Button o los Malditos bastardos del año pasado, donde poco importaba ya su físico.

Por último, tengo que mencionar y alabar la pequeña actuación de Jared Leto, que se abría paso en el mundo del cine con mayúsculas allá por 1999.

Una película dura, bastante sutil y con un doble fondo sobre la felicidad cotidiana que se deja entrever desde antes incluso del primer plano. No es una obra maestra, pero merece la pena verla.

sábado, 22 de mayo de 2010

SWEENEY TODD: EL BARBERO DIABÓLICO DE LA CALLE FLEET, de Tim Burton

Después de pasar 15 años en prisión por un crimen que no había cometido, Benjamin Barker vuelve a Londres con el objetivo de vengarse del juez Turpin, responsable de su desgracia para quedarse con su esposa (que después se envenenó) y su hija. Transformado en Sweeney Todd, hará todo lo necesario para conseguir asesinar a su enemigo y recuperar a su hija.

Tim Burton volvía a hacer gala de su excentricidad y su enorme personalidad cinematográfica con esta película siniestra, gore y musical. Y con los toques de humor característicos de Burton, retratando siempre lo esperpéntico, porque si en Sleepy Hollow mezclaba el horror con el humor, en esta lo hace de manera radical y le pone música, aunque la jugada no le salió perfecta debido a un guión demasiado predecible y flojo.

Una historia de venganza, con una maravillosa dirección artística, en la que podemos encontrar a una Helena Bonham Carter que nos regala algunas de las mejores escenas de la película, delirante. Y a un Johnny Depp que demuestra una vez más su versatilidad. El actor recibió su tercera nominación al Oscar por esta película, premio que finalmente se llevó Daniel Day-Lewis por Pozos de ambición. Depp además nos descubrió que cantaba, y lo hacía bien. Él vuelve a llevar al límite a su personaje para no quedarse en la mediocridad, solo puedes detestarle o adorarle. Hasta la fecha, para mí, su mejor interpretación.


VOTA EN LA ENCUESTA LATERAL LA MEJOR PELÍCULA DE JOHNNY DEPP

viernes, 7 de mayo de 2010

ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS, de Tim Burton

La esperada revisión de Tim Burton del clásico Alicia en el país de las maravillas me ha dejado totalmente indiferente.

La historia comienza cuando Alicia se escapa de su fiesta de pedida de mano y llega al País de las Maravillas, que visitó hace diez años y del cual no se acuerda. Allí gobierna la malvada Reina Roja, por eso todas la criaturas esperan que Alicia les ayude a derrocarla y vuelva la paz y la armonía que vivía el país en tiempos de la Reina Blanca.

Visualmente preciosa y técnicamente sin peros (maquillaje, peluquería, vestuario muy trabajados) Tim Burton teje una historia entretenida que se escapa en todo momento del aburrimiento, pero no llega a fascinar nunca. La actriz Mia Wasikowska está bastante floja y poco tiene que hacer ante Johnny Depp y Helena Bonham Carter, que consiguen con sus interpretaciones algunos de los momentos más delirantes de la película y los pocos divertidos que hay, ellos dos son los principales motivos para votar a Alicia en el país de las maravillas en la encuesta. Anne Hathaway tiene un papel tan llevado al límite que llega a agotar, demasiado sobreactuada, ella que suele ser bastante eficiente aquí está un poco deficiente.

Un guión flojo, una puesta en escena demasiado escandalosa y cargante, es como si le faltara un esqueleto principal, lo que hace que se desinfle y ni siquiera la batalla final consigue alzarla. Tim Burton, movido por el ánimo de lucro, no consigue transportarnos al País de las Maravillas. Otra vez será.