LA LÁGRIMA DE LA INDIA en 'La historia en mis libros'

Son muchos los regalos recibidos a raíz de la publicación de mis novelas. Todos ellos, entiéndanme, tienen poco que ver con bienes materiales. Gracias a la publicación de Luz de libertad y de La lágrima de la India he recibido palabras hermosas, correos personales de lectores en los que explicaban cómo cierta parte se asemejaba demasiado a su vida o a su carácter; he podido conocer a gente -no siempre físicamente- que se ha implicado realmente con este proyecto, y lejos de los motivos económicos, la razón ha sido el amor por la literatura.

Si con Luz de libertad todo fueron alegrías, con La lágrima de la India todo está siendo aún más bonito, estoy muy feliz. Incluso ahora que estoy en Bolivia (con lo que eso supone -tener que paralizar las presentaciones, por ejemplo) me siguen llegando reacciones de los lectores y la novela se sigue vendiendo poquito a poco. 

Uno de los vínculos más fuertes que he creado desde que comenzó mi aventura como escritor ha sido con Eva María Martín, administradora de La historia en mis libros. Ella fue una de las primeras -creo que incluso la primera- que reseñó Luz de libertad y que me hizo una entrevista. Esa implicación se tradujo el pasado mes de diciembre en que fue ella quien me acompañó para presentar en Ciudad Real La lágrima de la India en un acto precioso, con una sala desbordada de gente (literal) que además era muy curiosa y me preguntó por la historia, por los personajes y por las anécdotas que hay entre las páginas de mi segundo libro.

Además, el pasado mes de enero publicó una reseña de la que os comparto algunos extractos: 

Es esta una novela de emociones y sentimientos, una novela de viajes y de cartas, una novela donde brilla de un modo especial la amistad, la amistad de un hombre y una mujer que se quieren y se necesitan por encima del tiempo y del espacio. 

Ismael Cruceta se muestra mucho más maduro en este su segundo trabajo en el que escribe una preciosa alegoría sobre la amistad. Puedo deciros que cuando llegué al punto final de sus páginas nuevamente, como ya me sucedió con “Luz de libertad“, tenía lágrimas en los ojos. Ismael ha escrito poesía pura, hace unas descripciones de los paisajes que sientes estar viéndolos con tus propios ojos y ha creado un argumento que, sin grandes pretensiones, es precioso.

 Podéis leer la reseña completa AQUÍ

¡GRACIAS EVA!

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