EL LADO BUENO DE LAS COSAS, de David O. Russell

Desde hace ya algunos años que la Academia de Hollywood viene teniendo en cuenta algunas películas de corte indie que terminan acaparando un buen número de nominaciones en los Oscars (Juno, Pequeña Miss Sunshine, Up in the air, Los descendientes). Todas ellas, bajo un aire de comedia, tienen un trasfondo más dramático que aparentemente no encontraba en El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook, Los juegos del destino en Hispanoamérica, excepto en Argentina y Uruguay que es El lado luminoso de la vida, ¿cómo se os queda el cuerpo?). No con este título que han elegido para España ni con este cartel que nos hacer pensar que estamos ante otra comedia romántica más. Y, en fin, sí, estamos ante una comedia romántica pero ni es tan cómica ni tan romántica, por suerte, porque justamente las dosis de humor y amor son lo más flojo de la película. 

Es la historia de un chico con síndrome bipolar (aquí el título en castellano comenzó a cobrar más sentido) que tras descubrir a su mujer siéndole infiel sufrió un fuerte ataque de agresividad y tuvo que ser internado. Una vez fuera, intenta recomponer su vida y su estabilidad y en su empeño por recuperar a su mujer se cruza con Tiffany, una joven viuda que también tiene sus propios traumas, que sofoca acostándose con muchos hombres.

Estamos ante un guión original, con dos personajes que rozan los esperpéntico y lo hiperbólico pero que gracias a Bradley Cooper y Jennifer Lawrence son creíbles y veraces, y consiguen que el espectador empatice con ellos, con su frescura y con su locura. Entre los secundarios encontramos al maestro Robert de Niro en un papel pequeño que hubiera sido una delicia para cualquier actor, y a Jacki Weaver, correcta, aunque su nominación al Oscar me parece (muy) excesiva.

La película es totalmente dinámica a pesar de recurrir a algunos clichés manidos, y a pesar también de su final predecible que no está a la altura del resto del metraje. Pero con todo, El lado bueno de las cosas es el tipo de cine que deja buen sabor de boca, que gusta, que despierta buenas sensaciones y en la que vemos brillar a sus actores principales como no habían brillado antes, así que bravo por ellos.

Un último apunte, Jennifer Lawrence ha demostrado ser una gran actriz y, como veis, defiendo su trabajo porque realmente está brillante, pero si le dieran el Oscar (parece que es la favorita) me parecerá una exageración que no comprenderé, porque entre las nominadas hay interpretaciones con una mayor penetración psicológica, con una mayor complejidad física y con una ejecución realmente más digna de Oscar.