jueves, 20 de septiembre de 2012

TINTOS DE VERANO, de Elvira Lindo


En este mes dedicado a Elvira Lindo no podían faltar sus tintos de verano, esos tres libros que recopilaban sus artículos de El País, todos juntos y con una portada, que es una manera a lo tonto de sacarse un dinerete extra, como decía la protagonista. 

Escritos con un tono fresco y desenfadado, los libros parecen que son un retrato de su vida íntima y familiar, la de la propia escritora y su marido, el también escritor Antonio Muñoz Molina. Un recurso que resulta totalmente cómico porque el lector puede imaginarse perfectamente a los protagonistas de estas pequeñas historias que tienen lugar en un pueblo de la sierra, un pueblo aburrido donde la pobre protagonista vive y sufre, todo en uno, su verano. No sé si Elvira Lindo lo hizo consciente o inconscientemente, pero lo cierto es que es fácil darse cuenta de que, a pesar de las similitudes, los personajes y las historias, bajo ese marco de realidad, no son más que una caricatura, un disfraz, una ficción. Pero, sinceramente, nos da lo mismo. Nos basta con disfrutar de los tintos, soltar carcajadas, sí, carcajadas y no sonrisas, y nos da igual pensar si lo que se cuenta ha tenido lugar o no en la vida real. Allá cada uno. Porque el objetivo final es divertirse.

Narrados en primera persona por una escritora que "se queja" de no ser muy tomada en serio y de que nunca la invitan a las universidades, algo neurótica, graciosa, a la que le gustaría ser menos simpática, y que sufre diferentes adicciones que pueden ir desde hablar por teléfono durante horas -por el fijo, además- a los All-bran, a los que se entrega con una pasión voraz, como jamás se entregó José Coronado a los Bio. Una mujer que habla sin pudor de su marido, su santo, en el que la complicidad y los enfados y el amor y  las cosas picantitas sobresalen con un tono festivo y animado, a pesar de lo aburrido que es el pueblo... y así da gusto leer, oye. Sobre todo en verano, ¿no? Porque hay gente que realmente necesita esa desconexión, ese stand-by cerebral, esa risa. Que la risa sienta bien siempre. 

El primero y el segundo los leí en 2002 y 2003 respectivamente. El tercero, en cambio, lo terminé hace unos días. Pero la magia ha vuelto a surgir y he conseguido relajarme y reírme. En esta década han cambiado muchas cosas, el tiempo pasa para todos, pero en mi caso, de 2002 a 2012, podría decirse que es la etapa en la que el carácter se forma de manera más sólida, de los 15 a los 25 años. Era un adolescente entonces, soy un adulto ahora. También la situación de España ha cambiado, y eso era lo que más me asustaba, que algunos de esos artículos publicados en pleno festival erótico-festivo de un Estado de bonanza económica me pudieran llegar a resultar ahora obscenos. Pero nada de eso, porque están concebidos para el disfrute, y eso es lo que hay que hacer, disfrutarlos, disfrutar del consumismo al que a veces se abandona la protagonista -ganó incluso un premio por ser la que más gastaba con la tarjeta , disfrutar de sus manías, de sus amigos gays, de su santo, de sus niños que son altísimos e incluso de los perros, uno de los cuales tiene el mismo nombre que uno de sus hermanos: Lolo. De Omar, ese niño que adoptó al matrimonio, y que es de Móstoles, como yo. Y es que Móstoles tiene un gran gancho cómico, no sé por qué...  Y, por supuesto, disfrutar de ella misma. De la protagonista.

Ahora, que estamos en Septiembre, leer estos relatos es un ejercicio de nostalgia, de la nostalgia del buen vivir, del campo, del farniente dulce, del sopor y del mareo que producen unos cuantos tintos de verano, que luego, cuando llega el frío, se echan de menos. Siempre es así, una y otra vez. 

8 comentarios:

  1. Semejante comentario, amigo mío. Se respira un cierto aire relajado en toda la entrada, como si se hubiese hecho a sí misma.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. No he leído ningún tinto de verano, vamos, en libro, pero después de esta entrada dan ganas de ponerse con ellos ahora mismo y prolongar el veranito. Muchos besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Goi, se leen en un periquete, y tiene algunos puntos para desternillarse, jajaj, te los recomiendo!! un besotee!

      Eliminar
  3. Y yo que sigo sin leer a esta autora. Ni sabía de estos Tintos de verano. Y con la calor que hace todavía... Pues viene bien su lectura con un buen tintito bien fresquito.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Margari, me alegra habértelos presentado pues! Y mujeeer, anímate con la autoraaa!!! ;) un besoteee!

      Eliminar
  4. Otra que no ha leído nada de Elvira Lindo y nunca había oído hablar de estos "Tintos de verano". Me ha gustado mucho la entrada, los tendré en cuenta.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra muuuucho habértelos descubierto entonces! son muy divertidos y se leen en un pis pas!!
      un besotee!!

      Eliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR! Toda aportación respetuosa que genere debate y fomente el pensamiento crítico es bienvenida.