lunes, 24 de septiembre de 2012

LUGARES QUE NO QUIERO COMPARTIR CON NADIE, de Elvira Lindo


Leí en alguna parte que este libro es, para Elvira Lindo, una especie de diario. Un diario dedicado a Antonio, "porque donde está él está mi casa". No me cabe duda de que así es y por eso no puedo dejar de mostrar mi admiración por sacarse el pudor y hablarnos de ella, de su marido, también de sus hijos, de sus amigos. De las personas que están a su alrededor. Y esta vez no son personajes, como en los Tintos de verano. El tono es tan íntimo y tan sereno que es el lector quien, en ocasiones, siente el pudor. O, mejor dicho, la prudencia con la que se actúa cuando estás en el hogar de una persona a la que conoces, sí, pero con la que no tienes demasiada confianza, al menos al principio. 

Foto: Xavi Menós.
Dicen que Lugares que no quiero compartir con nadie podría ser una guía para recorrer algunos restaurantes o bares de Nueva York. No creo que sea así. Para mí, esos bares no son más que un pretexto para el desahogo de la autora, para volcar sobre las páginas esa sensación de vacío que a veces le ha asaltado allá, para autoconvencerse, quizás, de que esa ciudad se le ha quedado en el corazón. Aunque a veces se haya sentido sola. 

Dicen también que Lugares que no quiero compartir con nadie es un libro gracioso. Elvira Lindo es capaz de conseguir con un estilo depurado empatizar casi siempre con el lector. Tocar su sensibilidad. Y en sus obras es fácil encontrar libros que han despertado la sonrisa, la carcajada incluso. Pero esta vez no. Sí, en alguna ocasión te ríes, como cuando en un bar le preguntaron si era de la familia Kennedy, por la forma de la mandíbula. O cuando se da algún que otro porrazo. Pero el tono es mucho más íntimo, más profundo y más maduro. Es un vaciado de melancolía. "He conseguido disfrutar y padecer un estado continuo de nostalgia que duele y satisface al mismo tiempo", dice la autora en una de las frases. 

Y esa sensación que linda con la tristeza tiene más peso en la obra. No es un libro triste, en absoluto. Pero tiene algunas sentencias que se te pegan a la piel como si de una fina saudade, palpable, se tratara. La autora es capaz de echar la vista atrás y hablar sobre algunos capítulos desagradables de su vida, no excesivamente desagradables, incómodos digamos, y reconoce que "la distancia ayuda a no engolfarse en el dolor". Es verdad, estando aquí, en el lugar del que es uno, lo desagradable adquiere matices diferentes. Desde la distancia, quizás, es como un pellizco más liviano. Y la resignación pasa mejor cuando se bucea, además, entre canciones de antaño. 

Elvira Lindo más madura, más serena. Más acertada. Ha conseguido describir con profunda sencillez -algo tremendamente complicado- esa sensación que me asalta a veces cuando alguien me pregunta a qué me dedico. Y me tiembla un poco el pulso y me cuesta decir que soy escritor, decirlo en alta voz. "Periodista", digo finalmente. Y sé, y espero, que el tiempo, que un escaparate con un libro mío, me dé la potestad para decir que sí, que soy escritor, y rellenar los formularios con esa palabra mágica, sencilla y modesta. He publicado un libro, sí, escribo, sí, pero todavía no puedo vivir de ello.  

Vista de Manhattan, en Marzo de 2010.
Escrito en primera persona, este diario íntimo pasa de un recuerdo a otro, llevándonos de paseo por una ciudad enorme, evocando Madrid a veces, haciendo referencia en alguna ocasión también a la situación de España, a esta crisis desastrosa que está llevando a muchos a querer salir. Y me incluyo en ese "muchos". No sería Nueva York una ciudad que yo elegiría para vivir, pero esa sensación del falso american dream, de esta vida perra y falsa me produjo un nudo en la garganta y se me llenaron los ojos de agua. Ella dice que Nueva York no es la ciudad para acudir. Que no se puede emigrar allí de cualquier manera. Yo digo que nos han engañado, que nos han vendido sueños que eran de cartón. ¿Y ahora qué hacemos? Quizá falte poco ya para que emigremos sin tener nada que perder... Aunque supongo que ella, que vive en la capital del planeta seis meses al año, tiene razón. Yo he estado sólo una vez, durante una semana de vacaciones. 

Y así es como llegamos al final de este paseo, en el que el lector se dará cuenta de que todo era una excusa para hacer una declaración de amor. Hay veces que la frase de un libro consigue resumir con total precisión el momento que vives. Y esa declaración de amor con la que se inicia la obra y con la que se concluye también lo ha conseguido. Cuando ocurre algo así, sin duda, es mágico. Porque mi casa está donde estás tú. 

24 comentarios:

  1. Este libro lleva ya algún tiempo en mi lista de deseos, y con lo que leo en tu reseña, creo que no me he equivocado incluyéndolo. ¡Espero que acabe cruzándose en mi camino! Además, todavía no he tenido ocasión de leer nada de mi paisana. ¡Habrá que poner remedio! ¡Abrazooooos, my friend!

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    1. Jesús, yo un año he tardado hasta que me he hecho con él. Pero al final ha merecido la pena :) Por cierto, habrá nacido en Cádiz, pero yo creo que es más madrileña que un bocata de calamares, jajaja!! ;) Otro abrazo de vuelta!!!

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  2. Espero que no me pegues muy fuerte si te digo que no he leído nada de Elvira Lindo. Ni siquiera las aventuras de Manolito. Es una autora que tengo pendiente desde hace tiempo.

    Un abrazo.

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    1. Tranquilo, yo no soy partidario de la violencia (física) pero la madre de Manolito te arrearía una buena colleja, que lo sepas ;) jaja. De sus novelas para adultos, mi favorita es Una palabra tuya. Te la recomiendo.
      un abrazo!

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  3. Lo tengo en la estantería, aunque sería mi primera novela/relato de la autora. En cualquier caso, no sé si quedarme con tus bellas palabras o dejarme llevar por la pluma de la autora (he ojeado el libro, pero otras lecturas me han mantenido ocupada). Un abrazo.

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    1. Offus, no es exactamente una novela, creo que se parece más a un ensayo pero con un tono cercano, íntimo. Yo te diría, mujer, ya que lo tienes, anímate, jajaja.
      un abrazo!!!

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  4. Tengo muchas muchas ganas de leerlo, lo tengo pendiente desde hace tiempo =)

    Besotes

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  5. Ays, con qué ganas me dejas de leer este libro. Aunque no estaba entre mis prioritarios de Elvira, que prefería estrenarme con alguna de sus novelas, pero si me lo cuentas así...
    Besotes!!!

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    1. Ay Margari, qué maja eres por favor!!! :) qué alegrías me das! espero que te animes con algo de la autora, los tintos, las novelas o este diario íntimo, el caso es probar para ver si te gusta, yo creo que sí... un besote!

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  6. Por lo que escribes este libro es de los que te ha tocado la fibra. Más allá de ser una guía Michelin de Nueva York o una colección de anécdotas...debe de haberte tocado el corazón porque se nota que es del corazón de donde sacas tus palabras de esta reseña(-;

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  7. Brillante libro, brillante reseña. Lo leí hace nada y aún me dura el flash en la memoria.
    Un abrazo!

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    1. muchas gracias, de verdad!!!! leí tu reseña en su momento y me encantó también. un besote!

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  8. Leí este libro en navidades, cuando me lo regaló mi padre, y me encantó. Pero ahora tu reseña me ha gustado casi más que el libro, enhorabuena, una gran entrada. Un abrazo enorme.

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    1. Jolines Goi, qué cosas más bonitas me dices... te puedo llamar pelota??? un beso muy fuerte!!

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  9. Tienes razón, este libro no es una guía para quien conoce o quiere conocer NY. Ahora, a mi me encantó. Me flipa (si flipa) como escribe Elvira Lindo, como nos hace partícipes de su día a día, de su vida en NY, de sus paseos con Antonio por Manhattan, es como si se lo contase a un amigo ¿verdad?

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    1. Marina, jajaja, me alegra que te flipe! sí, tiene un estilo muy fácil de leer, con lo difícil que es eso... Un besote!

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  10. Lo tengo en mi lista de pendientes, he leido ya varias reseñas buenas, y encima no he leido nada de esta autora. Buena reseña, un besote!

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  11. Uauu!! No me alcanzan los calificativos para decirte lo precioso que me ha parecido este post. Elvira Lindo ya te dijé que tiene mi favor hace mucho, aún no me hice con este, pero después de leerte esta maravilla no me faltan ganas. Besos

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    1. Muchísimas gracis Marilú, me emocionan tus palabras, no sabes cuánto. Besos!

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  12. Lo mismo que hay muchos Nueva Yores en Nueva York, como nos dice Elvira Lindo. Hay muchas interpretaciones de este libro. Me ha agradado mucho la tuya.
    Un abrazo

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