Siempre he tenido ganas de ver el musical de El rey león en Londres. Siempre ha sido mi película favorita de Disney, y las anteriores veces que visité esta ciudad no tuve la oportunidad de ir. Ahora, por fin, se ha hecho un sueño realidad.
Siempre he tenido ganas de ver el musical de El rey león en Londres. Siempre ha sido mi película favorita de Disney, y las anteriores veces que visité esta ciudad no tuve la oportunidad de ir. Ahora, por fin, se ha hecho un sueño realidad.


Pero todo en Grease es de calidad ínfima. Y me daba tanta pena que no hacía más que negar con la cabeza y reírme ante el espectáculo patético que se presentaba ante los ojos. Coreografías cutres, canciones adaptadas al español que sonaban mal (la peor y más cómica: Joven frustrada) y un elenco de actores y actrices que deberían estudiar Arte Dramático antes de subirse a las tablas del Nuevo Teatro Alcalá, que goza de prestigio en la capital -allí tuve la suerte de ver Cabaret, que me encantó-.
Vamos, un fracaso. Menos mal que fue gratis y me ahorré los 30 euros -como mínimo- que cuesta la entrada.
CARTA A EDURNE
Querida y guapa Edurne:
Considero que eres una chica joven, guapa guapísima, simpática y agradable -tu sonrisa conquista a cualquiera-, y además cantas muy bien. Dedícate a la música y deja la interpretación, de verdad, España te lo agradecerá.
Y ayer Madrid vibró al ritmo de las nuevas canciones de Beyoncé, que emocionó cantando su Ave Maria a todos los presentes, que nos hizo bailar con Diva y Radio, que derrochó simpatía y cercanía con el público, incluso se atrevió a decir algunas cositas en Español.


Acabo de redescubrir esta canción, incluida en el último disco de Mariah Carey E=MC2. Con motivo de su primer aniversario de bodas, Nick Cannon, que parece que tiene mucho tiempo libre, ha regalado a su mujer un video con su love story.
Durante las casi dos horas de función no fui capaz de moverme del asiento, de principio a fin clavado, bloqueado por los gritos de Bernarda. Es difícil decir que te ha gustado la obra, porque la carga emocional es muy grande, pero es imposible negar que sales sobrecogido, precisamente por la descarga emocional. Y sales sabiendo que has visto algo bueno, muy bueno.
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Los papeles de agua es la cuarta novela que leo de un autor que me fascina a veces y me aburre otras. Esta vez me ha aburrido, y eso que el lector es avisado al principio de la novela: "en ningún caso corresponde a un tipo de escrito clasificable (...) El lector, por lo tanto, debe colaborar más que en otras ocasiones."
Winslet me fascinó hace unas semanas cuando vi Revolutionary Road gracias a un papel que va provocando un vacío en el espectador. Ahora, sin embargo, su interpretación en The Reader va conquistándote con sus risas y sus lágrimas al escuchar la voz del joven actor alemán David Kross -al que le auguro un gran futuro dentro del cine europeo, y que está a la altura de su difícil papel-, su amante en la ficción, su lector. Y cuando Winslet logra por fin enamorarte te enteras de lo peor, del horror del holocausto. Pero es demasiado tarde, ya te ha conquistado, e incluso consigues entender su postura. Magnífica interpretación la suya, de miradas que te destrozan y gestos que te enamoran. Insuperable.

Puede que ahora mismo haya gente que esté preguntándose las razones por las que he escogido a Miguel Delibes como protagonista del mes de mayo.