Prométame que va a volver, de Eduardo Soler y Enrique Gandarillas: De todos, el más dramático y el menos original, con un final previsible desde la primera escena.
Miente, de Isabel de Ocampo: Una historia sobre prostitución y mafias que destaca por su acción y su dinamismo. El jurado lo tendrá en cuenta.
En la otra camilla, de Luis Melgar: Una comedia disparatada, con un guión ágil y bastante inteligente que consigue su propósito: hacer reír. Posible Premio del Público.
Tras los visillos, de Gregorio Muro y Raúl López: Un corto de terror que condesa en 16 minutos una historia que obliga al espectador a estar atento y pensar. El guión, y el corto en general, destaca por su elaboración y minuciosidad.
Porque hay cosas que nunca se olvidan, de Lucas Figueroa: Un corto gracioso sobre unos niños italianos que se vengan de una señora que les pinchó su balón de fútbol. Entretenido.
Os dejo el corto ganador del año pasado, Paseo, dirigido por Antonio Ruiz Serrano, una auténtica obra maestra, en el que José Sacristan (que ganó el premio al Mejor Actor) demuestra que un actor puede hacer una interpretación magistral siempre que se tenga un buen guión. Merece la pena dedicar 12 minutos para verlo.
Los cortometrajes deberian estar más preciados. Son pequeñas piezas pero pueden contar grandes historias. Como muestra la elegida por Ismael con el protagonismo de Jose Sacristán, una de las mejores historias cortas jamás narradas: intensa, completa (pues mezcla la comedia y el drama) y con un final sorprendente.
ResponderEliminargracias por tu comentario!!
ResponderEliminarHace ya algún tiempo tuve ocasión de ver este corto y aún me pone los pelos de punta el momento de la poesía con esa voz tan grande de Sacristán. Me encantó el corto. Antes y ahora.
ResponderEliminarGracias por publicarlo ¡¡