Tras una emergencia, la tripulación de una misión en Marte es evacuada dando por fallecido a uno de los astronautas, Mark Watney. Sin embargo, este ha sobrevivido y deberá buscar la manera de comunicarse con la Tierra y no morirse de hambre...
Ridley Scott demuestra en esta película ser un maestro del entretenimiento de calidad, ya que Marte, basada en la novela de Andy Weir, es una película trepidante de principio a fin, con un Matt Damon espléndido en su papel protágonico absoluto (no creo que pelee por el Oscar, pero sí puede estar entre los nominados a los Globos de Oro). Tras él, a larga distancia, Chiwetel Ejiofor, Jeff Daniels y Jessica Chastain, entre otros, y todos más que correctos.
Una manera ideal de reconciliarse con el gran público después de una serie de películas flojas que no gozaron de éxito ni entre el público ni entre los críticos especializados (Exodus: Dioses y reyes; El consejero; Prometheus) y que, en mi caso, no me movieron lo suficiente ni como para ir al cine a verlas.
Esta vez sí, Marte es un espectáculo visual, con una fotografía limpia, con la emoción bien dosificada y con una pizca de humor.
En alguna secuencia se excede de ese repelente patriotismo estadounidense, pero se le perdona por las ansias de entretener con las que ha sido concebida esta película. Y si uno bucea en ese patriotismo y en ese entretenimiento se dará cuenta de que la película sacrifica el drama al 100%, cuando la situación bien podría haber dado para profundizar en la angustia y la soledad, de ahí estas 3 estrellas que le pongo, considerando que es una película buena, sí, pero lejos de una obra maestra.
No pasa nada, nos compramos un bol de palomitas y nos adentramos en el fantástico mundo de Ridley Scott. Cine en pantalla grande.
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria