viernes, 18 de octubre de 2013

ANTES DEL AMANECER... DEL ATARDECER... DEL ANOCHECER, de Richard Linklater

Tres películas y veinte años para contar una preciosa historia de amor:

Antes del amanecer (1995) comienza cuando Céline y Jesse se encuentran en un tren y deciden viajar para conocer Viena, juntos, una noche, y conocerse. Ella, francesa; él, estadounidense. Es la historia de amor fugaz de un sólo unas horas, pero que deja huella y el sabor dulce para siempre, porque es inmune a la erosión del tiempo, que es cruel y va dejando heridas y después cicatrices. Es una película fresca, con un guión muy elaborado, cargado de diálogos totalmente acertados, y precisamente es ahí donde reside el encanto de Antes del amanecer. Dos burgueses protestones, cargados de sueños y de un mundo mejor, con la herida superficial y dolorosa del primer amor fallido. Una noche irrepetible, inolvidable, que acaba con una promesa de volver a encontrarse en unos meses en ese misma estación de tren donde se bajaron juntos a comerse a besos y a beberse el mundo. 

Los medios de comunicación tratan de controlarnos la mente. Es muy sutil, pero es una nueva forma de fascismo. 

Siempre he tenido este pensamiento paranoico: que el feminismo lo inventaron los hombres para tener más sexo. 

Siempre oigo decir a la gente que el amor es un acto altruista de entrega, pero si lo piensas no hay nada más egoísta. 


En Antes del atardecer (2004) Jesse viaja a París para presentar su nuevo libro, en el que relata una historia de amor que tuvo lugar en Viana durante una sola noche. ¿Les suena? En la ciudad del amor se encuentra con Céline. No por casualidad, no crean. Ella sabía perfectamente dónde presentaba y fue a buscarle. Por supuesto, la promesa que se hicieron aquella noche de casi una década atrás de volver a encontrarse no la cumplieron (¿o quizá sí?) porque esas cosas sólo pasan en las películas de amor demasiado ñoñas. Nos encontramos ahora con dos personajes más maduros, tanto física como psicológicamente, con treinta y pocos años y haciendo frente a los problemas típicos de ese momento de la vida: bien sea un hijo al que criar, un matrimonio fallido, o un miedo inexplicable al compromiso. Los menos afortunados, haciendo frente a las tres cosas a la vez. Antes del atardecer es un paseo por París, en un casi eterno y maravilloso plano secuencia, un paseo que dura solamente el tiempo que Jesse tiene libre antes de coger su avión y regresar a Estados Unidos. En esta entrega (también en la siguente), tanto Ethan Hawke como Julie Delpy escribieron el guión junto al director Richard Linklater. Entre los tres llenaron de matices pequeños a dos personajes totalmente vivos, tan reales que asusta. Ella está especialmente maravillosa, al ritmo elegante e irónico de Nina Simone. Creo que es la que más me ha gustado de la trilogía, quizá porque de las tres, me encuentro en el momento más similar al de los protagonistas: alejado ya de los amores adolescentes y también lejos de la crisis de los 40. La película consiguió la nominación al Oscar como Mejor Guión Adaptado, y no es para menos, porque el libreto destila brillantez. 

La idea de que sólo haya una persona que nos complemente es diabólica. 

Libérate del deseo y descubrirás que ya tienes todo lo que necesitas. 

Y por fin llegamos a Antes del anochecer (2013). Nueve años han pasado desde aquel encuentro en París que esta vez sí, cambió sus vidas, sin saberlo. Tampoco lo sabía el espectador que lo descubre en los primeros minutos de la película. Resulta que Jesse y Céline tuvieron dos hijas, gemelas, y se casaron. Es la vida, a veces ocurre. Y ahora están de vacaciones en Grecia, aunque ella no quería ir por si estallaba una revuelta en el país, que no está el horno para bollos. Aunque en Europa no estallan revueltas, por desgracia. Ella que con 20 años soñaba cambiar el mundo y con 30 trabajaba activamente para cambiarlo, ahora con 40 le da cosita ir a Grecia, lo que es la vida. Pero ya lo cantó Mercedes Sosa: cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo... Es maravilloso volver a encontrarse con dos personajes, tan diferentes desde la primera vez que los vimos. Tan maduros, tan completos. Quizá es la mejor de la tres, la más completa, la más profunda, la más complicada también, porque, como en la vida real, mantener vivo ese amor durante 20 años es difícil, ya que el paso de los años se reviste de esas heridas y esas cicatrices de las que hablaba al principio, inevitablemente, porque hay que alentarlo cada día, y son muchas las sombras y los vendavales que apagan, o amenazan con hacerlo, esa chispa. Por otro lado, también es verdad que el vínculo es mucho más fuerte y no sólo es un humo que se difumina en el aire. Es maravilloso poder ver la evolución de una relación en 20 años, esperar tanto tiempo entre película y película otorga un poso de solidez cinematrográfica e interpretativa y denota además una valentía y una honestidad que pueden llegar a ser hirientes. Tan hirientes como la vida a veces. Y tan necesarias. 

Si ahora nos encontráramos en un tren, ¿te pondrías a hablar conmigo? ¿me pedirías que me bajara contigo?

7 comentarios:

  1. Paso para saludar y poco más, pues, aunque no tenga perdón, debo decir que todavía no las he visto!!! Aunque ya las tengo en mi poder, volveré cuando las vea. Un besote!!

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  2. Estoy como Meg, que no he visto ninguna aún. Y me voy a tener que plantear verlas, que me has dejado con ganas. A ver si llega ya un poco de fresquito, que es cuando me apetece más tumbarme en el sofá, con mi mantita y una buena peli.
    Besotes!!!

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    1. Siiii te digo como a Meg!! tienes que verlas! merece la pena!!!!

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  3. No las he visto, Ismael, pero tampoco me atraen mucho, si te soy sincera.
    Besos,

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    1. Jo qué pena, porque son deliciosas, de verdad, es muy guay ver la evolución de una relación a lo largo de dos décadas :)
      un besote!

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  4. Yo he visto las dos primeras. La verdad es que son unas películas muy curiosas, tam solo muestran unas cuantas horas y se basan en las conversaciones de los personajes, pero, como dices, ahí radica su genialidad, en esas conversaciones, en esos pensamientos, en esas ganas de cambiar el mundo. Las he visto este verano y no creo que tarde mucho en ver la tercera :)
    Besos

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