Crítica de GRAVITY, de Alfonso Cuarón

El bombazo del año. Todos los años hay una película estrella, de la que todo el mundo habla, que todo el mundo ve y recomienda y, este 2013, parece que la afortunada es Gravity, del "mexicano", así, entre comillas, Alfonso Cuarón. Todos los años, en CAJÓN DE HISTORIAS emprendemos una cruzada contra una película o contra un intérprete que consideramos sobrevalorados: la misma Sandra Bullock fue la gran odiada el año que ganó el Oscar, lo mismo que Avatar o, sin irse muy lejos, el año pasado con Argo, una americanada. Os lo anuncio ya, este año, la cruzada NO será contra Gravity. Almas cándidas, podéis respirar tranquilos. Eso sí, la película dista de ser una maravilla "por los cuatro costaos", sobre todo porque el regusto final linda con la mediocridad de la que es mejor escapar en todos los ámbitos de la vida. Y el cine forma parte de la vida.

Mientras intentan reparar la nave espacial en la que viajaba, una tormenta de basura espacial provoca el desastre, y los astronautas Ryan Stone (Sandra Bullock) y Matt Kowalsky (George Clooney) quedan aislados en el espacio. Su única oportunidad para sobrevivir es alcanzar la estación espacial china y regresar a la Tierra. 

Una historia de lo más común contada con una efectividad pasmosa, sin precipitarse, a un ritmo adecuado que provoca una tensión mantenida durante los 90 minutos de metraje. Alfonso Cuarón hace gala de una narrativa cinematográfica brillante para contarnos esta historia poco novedosa, sí, pero que se presenta ante nuestros ojos de una manera totalmente renovada. Esa es la magia del cine: contar las historias de siempre acogiéndose a nuevos mecanismos y fundirlos con el arte. Y es que Gravity supone un salto de gigante en el 3D. Por fin una película que hay que ver con las gafitas incómodas consigue que nos olvidemos de ellas y pensemos en lo importante, en la trama, introduciéndonos dentro de la pantalla desde el principio hasta el final, y no solamente en un par de secuencias, como venía ocurriendo hasta ahora cuando nos hablaban de lo súper o sea maravilloso que es el 3D. 

En cuanto a las interpretaciones, no me queda más remedio que rendirme ante Sandra Bullock. Como rectificar es de sabios, y uno no es tonto y sabe que podéis echar mano de la lupa de búsqueda para ver lo que se ha comentado en este espacio de ella, os lo digo ya y os ahorro el trabajito. Reconozco que dije: "Sandra Bullock nunca ha sido una buena actriz y nunca lo será", cuando vi su interpretación en The blind side. Pero dos años después reconocía que me había gustado su papel en la última de Daldry, en la que conseguía hacer gala de ese dolor contenido tan maravilloso. Y ahora, queridos y queridas, no me queda más remedio que admitir está esplendida en Gravity y que da la talla ante un papel de enorme dificultad. Ella sola en el espacio. Ella sola ante el mundo. Bullock consigue transmitir la angustia cuando toca, y las ganas de seguir adelante en ese sinsentido que se ha propuesto alcanzar. Bullock, sin duda, arrebatadora. ¡Cómo me gusta este adjetivo! A su lado, pero a muchísima distancia para dejarla brillar por ella misma, está George Clooney, en un pequeño papel  en el que comprobamos una vez más (y ya van mil) que es todo un señor, un caballero sin caballo del cine contemporáneo.

Está bien. Ahora la parte negativa.Vale que Cuarón se ha entregado a un tipo de cine espectacular y que ha demostrado dotes para llevarlo a buen puerto. Vale que no estamos ante la mexicanísima y maravillosa Y tú mamá también, uno de los clásicos ya del cine latinoamericano, de imprescindible visionado. Vale que en Harry Potter y el prisionero de Azkaban y en Hijos de los hombres ya apuntaba maneras sobre el tipo de cine hacia el que había derivado su carrera. Pero... ¿de verdad hacía falta ese final? Ese final que no os contaré pero que es un claro ejemplo de sumisión a mentes flojas y vacuas que exprimen y exportan desde Gringolandia. Un desastre que un director mexicano que ha demostrado ser capaz de parir con esplendor esta Gravity arruine una sensación gloriosa final por culpa de ese maldito y mediocre final que me dejó horrorizado y que no os contaré aquí.

Con todo, una experiencia, ésta, la de ver Gravity, y verla en 3D, totalmente recomendable, por la maravilla visual, por su humanidad, por lo viva que está y por la buena salud del cine y de los cineastas del siglo XXI, en el que se ha dicho ya que todo estaba contado, y puede que fuera verdad, pero siempre se pueden contar las cosas con nuevos matices. Gravity es una película que marca un punto de inflexión en la manera de hacer, de ver, y de entender el cine, y todo eso sin los aires de superioridad de James Cameron. Todo un acierto esta película. Lo dicho, no haré cruzada contra ella, sería totalmente injusto. Eso sí, lástima del final...