Uno de los principales poderes del teatro es que te permite adentrarte en un espacio ajeno muy íntimo, que forma parte de lo más privado del otro. Te permite observar la vida del personaje, ahí casi al alcance de la mano, y se disparan las ganas de darle un abrazo cuando la ternura lo invade todo. Esto ocurre en Buena gente, la historia de una madre soltera, Margarita, quien, casi con 60 años y una hija discapacitada de 40, se queda en paro. Al final, tras el viaje de algo más de una hora y media, uno quiere saltar al escenario y darle un abrazo a Margarita.
La obra comienza con una conversación entre la protagonista, que trabaja en una tienda, y su jefe, mucho más joven que ella, el hijo de una antigua amiga fallecida. Él tiene que despedirla y ella, que lo intuye, no le da tregua, apelando a todo, aferrándose a lo poco que le queda para evitar ese despido. Pero, aún así, nada, los engranajes de la empresa no pueden detenerse y Margarita se ve sin nada, con el único apoyo de sus amigas para salir adelante. Después de esos primeros minutos pasarán muchas cosas en esta obra vinculadas a la clase social, al pasado, a los orígenes (al barrio) y a los sustentos.
Protagonizada por Verónica Forqué, la actriz es un derroche de carisma y de humanidad. Es capaz de llenar de veracidad a su Margarita, una de las tantas margaritas que han proliferado en los últimos años (duele que eso ocurra, que eso esté ocurriendo). Y, junto a ella, David Serrano, Diego Paris, Pilar Castro y Susi Sánchez, cuatro intérpretes espléndidos.
Buena gente es una historia de dignidad, de superación constante cuando todo se pone cuesta arriba, porque la vida es muy perra. Es un drama disfrazado de comedia, con un texto magnífico que logra hacer reír al espectador una y otra vez, y mientras se escapan las risas el estómago se encoge y el subconsciente pregunta "¿de qué te ríes, desgraciado? esto no es gracioso". Y esa mezcla es la que hace más inolvidable esta obra que merece la pena ver. Y querer salir al escenario al final abrazar a Margarita.
Estará en el Teatro Rialto de la Gran Vía de Madrid hasta el próximo 26 de abril.
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria
Me encantaría verla! Pena no vivir más cerquita...
ResponderEliminarBesotes!!
Quién sabe, igual salen de gira... o igual vas tú a Madrid en algún momento...
Eliminarbesotes!
Tomo nota. Besos
ResponderEliminarSi puedes y te gusta el teatro, ve. Merece la pena!
Eliminarbesos!
Tomo nota por si puedo ir a Madrid a verla,sino quizá si salen de gira pasen por casa. Me alegra que te gustara. Besos
ResponderEliminarGracias!!! :)
Eliminar¡¡Hola!! He entrado por casualidad en tu blog (buscando la obra Tinto de verano de Elvira Lindo) y tengo que decir que me ha encantado. Lo guardo para visitarte a menudo. Mucha suerte con todo. Te dejo el enlace de mi blog por su te apetece pasar a conocerlo. Un abrazo. http://amacrema.blogspot.com.es/
ResponderEliminarMuchas gracias África!
EliminarSaudos!! :)
Pues no me importaría verlo... aunque mi próxima cita teatral es otra =)
ResponderEliminarBesotes
cuenta cuenta!!
EliminarVale, me la perdí. Y casi fui a verla, pero acababa de llegar a Madrid y tenía que situarme. Me da igual la obra, yo quiero ver a la Forqué alguna vez en el teatro. Aunque sea de Doña Inés en el Tenorio. Me encanta la naturalidad de esta actriz, y, a Dios pongo por testigo que alguna vez iré a verla al teatro. Jejeje.
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