sábado, 22 de octubre de 2011

IRIS, de Richard Eyre


Iris es como una melodía triste, como una canción que te hace llorar. Una película tan hermosa y tan cruel que dan ganas de olvidar, que desearías no haber visto nunca para ahorrarte el sufrimiento. Y, a la vez, un film que hay que ver, puesto que todo es tan hermoso que no puede pasar desapercibido. Y olvidarlo es lo último que deseas hacer tras verlo. 

Es la historia de Iris Murdoch (Dublín, 1919-1999), la elocuente, carismática y temendamente respetada filósofa y escritora irlandesa, a la que el alzheimer borró los recuerdos, la voz... la vida. En las primeras escenas vemos como Iris, tomando una pinta en un bar con su marido, el también escritor John Bayley,  le repite dos veces que tiene que comprar chalecos. Y ella misma se asusta al darse cuenta de que lo ha repetido una segunda vez porque olvidó que lo acababa de decir. Desde ahí, la decadencia es rápida y fulminante. 

Aunque basada en la historia de la escritora, no es un biopic al uso, puesto que no se intenta dar una visión general de la vida de la escritora, sino que Richard Eyre, el director, se centra en el inicio de la historia de amor entre Murdoch y Bayley y más tarde en la enfermedad. Me parece todo un acierto, una historia muy bien contada, en la que los actores llevan todo el peso. ¡Y con qué elegancia lo llevan! Es gracias a ellos que la película consigue salvarse de la mediocridad, porque Richard Eyre (que volvió a contar con Judi Dench para Diario de un escándalo) es un director correcto y metódico, tan británico, tan adusto que carece del riesgo necesario para ser brillante. 

Decidí verla porque trabaja en ella Kate Winslet, la protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS. Ella interpreta a Iris en su juventud, a la intelectual, a la ardiente. Está espléndida, luminosa. Una gran interpretación por la que se anotó una nominación más al Oscar. 

Jim Broadbent interpreta al marido de Iris entrado en años, él no sólo fue nominado, sino que, además, se llevó la preciada estatuilla. Y es que hace un papel en el que combina a la perfección la ternura y el amor. Dicen que en la vida real, el matrimonio entre Murdoch y Bayley no fue así, cargado de ese cariño que se respira en el filme, sino que él jamás supo aceptar el éxito de su mujer. No lo sé, quizá sean habladurías, pero me da lo mismo, porque, ciñiéndome a la película, esa relación de amor entre ancianos es tan bella que no puedes más que llorarla y sonreír, y desear que un amor así colme tu vida, hasta que tu vida se apague. 

Y quien interpreta a Murdoch en su declive es la GRANDÍSIMA Judi Dench, con una interpretación magistral y sublime, complejísima, en la que la decadencia es evidente, la tristeza se apodera de ella al principio para dejar después espacio al vacío más neutro, que llena todo de un blanco insoportable, y la angustia creciente te araña la piel, te la quema, y duele. 

Un drama elegante y lento, un canto al amor y a la memoria. 

8 comentarios:

  1. Oh <3 me has convenido, espero verla pronto!

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  2. Creo que me animaré a verla, aunque sea tan triste. Un saludo

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  3. No tenia ni idea de esta película pero me la apunto! Para esos domingos que solo te apetece ver peliculas... :)
    Besos!

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  4. No he visto la película, pero habrá que ponerle remedio pronto, que me has dejado con las ganas.
    Besotes!!!

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  5. Liz! me alegra un montón haberte convencido! qué éxito!!!

    Olga,sí, es muy triste, como el alzheimer, pero merece la pena verla, de verdad. un abrazo!

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  6. Kristineta, tiene unos cuantos años ya, es de principio de la década, muy buena ópera prima la de Richard Eyre.

    Margari, me alegra un montón dejarte con las ganas, es triste, pero preciosa.

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  7. Hola Ismael como me gusta encontrar en tu blog algunas peliculas que me propuse ver y luego he olvidado, esta es una de ellas, ambas actrices son una garantia. Tomo nota, desde luego, ahora, ya me espero que en el video club que visito me vuelvan a mirar como las vacas al tren..., ahora mismo compuebo si está en la mediateca.
    Un abrazo ;-)

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  8. Esta película es una pasada, además de que ejemplifica de una forma increíble el tema del alzheimer, yo la he puesto alguna vez que me ha tocado hablar sobre esta enfermedad. Preciosa.

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