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viernes, 20 de junio de 2014

CORTOMETRAJE | BIKINI, de Óscar Bernàcer


BIKINI es un cortometraje (17 minutos) sobre la reunión que mantuvo el alcalde de Benidorm, Pedro Zaragoza, con Franco y Carmen Polo para conseguir que se permitiera el uso del bikini en las playas españolas.

Tras unos primeros instantes pausados, la acción comienza cuando entran en escena Carlos Areces y Rosario Pardo, interpretando al dictador y su esposa. Una imagen desternillante. BIKINI destaca por su producción cuidada y, sobre todo, por su guión, con esa conversación sobre motocicletas que no tiene desperdicio.

En apenas cuarto de hora, el director Óscar Bernàcer logra dibujar con maestría una caricatura de sus personajes: una Carmen Polo preocupada por la estética, la superficialidad y la farándula. Y un dictador obsesionado con la economía, torpe, paranoico, pero calmado, y sabiendo que quién realmente toma las decisiones, en determinados asuntos las toma ella.

BIKINI es un cortometraje estéticamente elegante, con una sutil ironía y con un punto álgido con la exposición del alcalde (interpretado por Sergio Caballero) sobre las glorias del uso de esa prenda femenina, mientras Carmen entra en cólera y Franco está tan perdido y alejado de la realidad que hay que explicarle cuánto cubre el dos piezas.

Desde CAJÓN DE HISTORIAS os recomiendo que veáis esta película y, una vez más, reclamo un circuito más accesible para los cortometrajes, que muchas veces entrañan un ejercicio de concisión y arte en estado puro que merece la pena tener en cuenta y hacer llegar al público de manera masiva.




Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

Más cortometrajes en CAJÓN DE HISTORIAS:

- Café?, de Antonio Godino
- Por tu bien, de Icíar Bollaín
- La dama y la muerte, de Javier Recio
- Bastille, de Isabel Coixet
- Faubourg Saint-Denis, de Tom Tykwer

viernes, 11 de octubre de 2013

LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI, de Alex de la Iglesia


Creo que el único inicio justo para esta critica de la nueva película de Alex de la Iglesia es decir que ES LA HOSTIA. Así, en mayúsculas y todo, algo totalmente aplicable a los primeros minutos de la cinta, que son la repera limonera, brutal hasta querer gritar "¡basta, Alex, que nos va a dar un infartito!". Tan brutal que el espectador no tiene la opción de parpadear hasta que no ha pasado casi un tercio de la misma, como hechizado por esas brujas que aparecen en la pantalla, brujas de corte clásico y hortera las que nos presenta en esta ocasión el director, a las que sólo les falta una berruga en la punta de la nariz. Un inicio marcado por el atraco a una tienda de "Compro Oro" perpetrado por un supuesto actor callejero disfrazado de Cristo (Hugo Silva) y otro de soldadito de plástico (Mario Casas), seguido de una persecución policial trepidante, pero trepidante de verdad, y unas escenas de lo más cómicas protagonizadas por la ex de Cristo (Macarena Gómez), desquiciada porque los ladrones se han llevado al atraco y se han dado a la fuga con su hijo; y los dos policías encargados del caso (Pepón Nieto y Secun de la Rosa). Ahí es na. 

viernes, 16 de agosto de 2013

LOS AMANTES PASAJEROS, de Pedro Almodóvar


Ha sido la película que más he deseado ver desde que estoy en Bolivia. Se estrenó en España en el mes de marzo, pero aquí todavía no ha llegado a las salas. Sin embargo, el otro día, por casualidad, la encontré en DVD en un puestecito y no dudé en comprármela por cinco bolivianos (algo más de cincuenta céntimos). Un día, si queréis, os cuento cómo funciona el mercado de DVDs en Bolivia. 

Ya sabía que no me iba a encontrar al mejor Almodóvar. No había querido leer demasiadas reseñas sobre esta película, pero los comentarios que me llegaban no eran demasiado alentadores. Debo decir, efectivamente, que está lejos de las obras maestras y maravillosas películas que lleva haciendo durante más de una década. Desde Todo sobre mi madre hasta La piel que habito, Almodóvar ha demostrado que es el mejor creador español en activo, tanto por sus guiones, como por su dirección de actores como por la belleza visual que hay en cada uno de sus filmes. Y Los amantes pasajeros está muy, muy lejos de esa calidad.

Nos cuenta la historia de un trayecto en avión desde España hasta México, truncado por una avería en uno de los trenes de aterrizaje (a modo de anécdota, os diré que cuando yo volvía de México hubo una avería en uno de los trenes de aterrizaje y que, por suerte, no tuvimos que hacer un aterrizaje de emergencia). Una película coral en la que cuenta las pequeñas miserias de los pasajeros: uno de los azafatos tiene un lío con el piloto, que está casado y tiene dos hijos; una de las pasajeras, con poderes para ver el futuro, es virgen y presiente que va a perder la virginidad durante el vuelo; el estafador de un banco huyendo después de haber arruinado a muchas familias; una conocida sodomizadora que revela sin pudor el nombre de sus clientes, y un sinfín de historias breves para las que Almodóvar ha contado con todos sus intérpretes fetiches: Cecilia Roth, Jávier Cámara, Lola Dueñas y hasta Antonio Banderas y Penélope Cruz tienen una breve aparición al comienzo. El reparto lo completan Carlos Areces, Raúl Arévalo, Antonio de la Torre, Hugo Silva, Guillermo Toledo, Miguel Ángel Silvestre, Blanca Suárez, Paz Vega y Carmen Machi, entre otros. Todos son pequeños papeles sin demasiado margen de actuación, pero entre los que más brillan quiero destacar al trío de azafatos (Cámara, Arévalo y Areces) que nos regalan una actuación musical de I'm so excited, que forma parte ya de los momentos históricos del cine español; y también destacar a Lola Dueñas, tan efectiva como siempre.

Los amantes pasajeros es una película cómica y disparatada que me ha hecho reír, lo que era, sin duda, el propósito del manchego, aunque queda lejos de sus mejores comedias como Mujeres al borde de un ataque de nervios, que cada vez que la veo me hace mearme de la risa. Y aunque en tono de humor, Almodóvar hace un retrato fiel de la putrefacta sociedad española, con sus perversiones, sus estafadores inmunes a la justicia o sus aeropuertos fantasma. 

Lejos de sus obras maestras, creo que Los amantes pasajeros constituye el balón de oxígeno que Pedro Almodóvar necesitaba antes de entrar en la que será su última gran etapa creadora. Es una película divertida, sin pretensiones, de la muchos dirán que no merece su firma, pero, ante todo, es la película que él quería hacer, y dada su trayectoria, puede permitirse tales licencias. Por eso la recomiendo, a pesar de todo, porque es una alegría siempre poder reírse durante un rato, sin cuestionarse nada después, buscando solamente la risa gratuita, obscena y disparatada.

viernes, 21 de enero de 2011

BALADA TRISTE DE TROMPETA, de Alex de la Iglesia


VOTA POR QUIÉN CREES QUE GANARÁ EL GOYA A MEJOR PELÍCULA EN LA ENCUESTA LATERAL

Siento que, con el paso de los años y la experiencia, Alex de la Iglesia se va refinando y perfilando en un cine que gana en intensidad y que se aleja de la indiferencia. Balada triste de trompeta trata, a grandísimos rasgos, sobre dos hombres que aman a una misma mujer. Y decir esto es decir tan poco que lo retiro porque es injusto. Trata sobre mucho más, sobre el circo, el odio, los ideales, la Guerra Civil, los resquicios de aquella Guerra civil, el amor paternal, el miedo al ridículo. De la Iglesia podrá ser muchas cosas y podrá tener detractores de su cine, pero este loco es muy muy inteligente, e inteligente son sus guiones e inteligente es su manera de entender el cine y más que derrochadora y comercial es su visión del mismo.

Balada triste de trompeta es una película efectiva y efectista, con una factura técnica impecable y un guión "bastante dinámico", así, entre comillas. Quiero destacar la fuerza de sus créditos iniciales y los primeros minutos de la cinta, con un Santiago Segura y un Fernando Guillén Cuervo soberbios en sus pequeñas intervenciones, absolutamente violentos al más puro estilo Tarantino. Desde el primer segundo, De la Iglesia consigue dejar petrificado al espectador en su asiento, con los ojos muy abiertos y las pupilas muy dilatadas.

Luego ese ritmo cae y decae un poco, quizá hubiera sido imposible aguantarlo durante dos horas.  Y así deambulamos durante buena parte del tiempo, algo decaídos, pero sin llegar a pensar ni tan siquiera en mirar el reloj... hasta cierto momento, el principio del fin, cuando comienza a desencadenarse el desenlace y el ritmo y la tensión nos devuelven al mejor De la Iglesia, el más grandilocuente.

En cuanto a los actores, el dúo protagonista, debiera decir duelo protagonista, se salda sin ganadores, pero sí con elogios: tanto Antonio de la Torre como Carlos Areces están maravillosos. Ambos revistiendo de veracidad unos papeles imposibles, llevando el histrionismo hasta el extremo y provocando la risa nerviosa en algunas escenas, no en muchas, la verdad, fracasa bastante el humor en al cinta. De la pugna, diré que casi prefiero a Areces, estoy gratamente, muy gratamente sorprendido con su interpretación, con la evolución de su personaje. A ellos les secundan Carolina Bang en su primer papel importante, que no es que haya quedado a la altura del betún, pero sí me chirría un poco su actuación forzada. Y después, ya en pequeños papeles, un amplio reparto con nombres como Sancho Gracia, Manuel Tejada, Raúl Arévalo, Fran Perea, Terele Pávez...

En cuanto a las quince nominaciones conseguidas para los próximos premios Goya, diré que es buena película y que no me sobra de la terna por conseguir el cabezón principal, pero creo que la han inflado sobremanera (a pesar de que las categorías técnicas son más merecidas y seguramente serán premiadas) que el oficialismo está presente y que los académicos no olvidan quién es su presidente.  La nominación como Mejor Actriz de Reparto para Terele Pávez me parece una tomadura de pelo, apenas sale dos o tres minutos, de verdad que estoy indignadísimo, si lo que querían era homenajearla deberían darle el Goya de Honor y dejarla fuera de una categoría por la que no merece en absoluto competir. La nominación de Carolina Bang también sea excesiva, sobre todo después de que Maricel Álvarez se haya quedado fuera, a pesar de la complejidad e inestabilidad de su papel en Biutiful, pero bueno... Y  lo peor de todo es que se haya quedado fuera Carlos Areces...

Con todo, Balada triste de trompeta es una buena película, digna de ver y de disfrutar, a pesar de que el desarrollo narrativo no está del todo definido, pero con un principio y un final tan devastador que hacen de ella una de las mejores películas españolas del año. Y el trailer no tiene desperdicio.

domingo, 13 de diciembre de 2009

SPANISH MOVIE, de Javier Ruiz Caldera


Destinada a convertirse en una de las películas de estas navidades, Spanish movie es una comedia "a la americana" que parodia diferentes películas españolas que han gozado de buenas críticas y de buena recaudación en cartelera: Mar adentro, Volver, Los otros, El orfanato, El laberinto del fauno...

Cuando compras una entrada de cine para Spanish movie ya sabes lo que vas a ver antes de sentarte en la butaca, y la decepción habría llegado si me hubiera encontrado otra cosa diferente. La película cumple su objetivo: hacer reír.

Para rodarla, el director novel Javier Ruiz Caldera, para el que no habrá Goya (bueno, nunca se sabe, estos académicos nunca dejarán de sorprenderme...) ha contado con actores cómicos curtidos en televisión, como Joaquín Reyes (el fauno) de Muchachada Nui, Silvia Abril, de Homo Zapping, o Alexandra Jiménez, que ya en Los Serrano destacaba por la calidad interpretativa y cómica.

Le pongo una estrella (la puntuación más baja en CAJÓN DE HISTORIAS) porque no es una buena película, porque la calidad deja mucho que desear, por las situaciones absurdas y esperpénticas, por los efectos especiales de andar por casa, pero diré a su favor que hacer reír y está haciendo que la gente vea cine español, y eso es siempre positivo.

El error o el punto débil es que esa carcajada nace de bromas grotescas, de chistes fáciles basándose casi por completo en el infantil "caca culo pedo pis" y en el sexo y también en el insulto, por supuesto. La carcajada explota, sí, pero se echa en falta esa sonrisa que nace del humor inteligente.