Por una vez que tengo tanto, que no importa cuánto... Qué necesito aquí, sino a ti. Así, con una declaración de intenciones, empezaba el concierto para celebrar los veinte años en la música de Laura Pausini. Sigo estando aquí, de nuevo un escenario, continuaba cantando la italiana a su público español, con el que ha mantenido una relación de amor y fidelidad durante dos décadas, sin grietas, en un vínculo casi idílico para este tiempo de cantantes efímeros de un sólo éxito, de productos lanzados y engullidos por las prioridades de un sistema sin frenos en el que lo único que importa es vender y ganar, en el que no hay tiempo para detenerse y expresarse con calma, sin 140 caracteres como barrera. Por eso, que una cantante como Laura Pausini haya tenido la oportunidad de madurar con su público, de crecer con artista y poder cantar y contar todo lo que le ha latido en el corazón durante estos veinte años es todo un motivo de elogio y celebración.
Una noche que fue como un viaje por su trayectoria musical y por la historia de nuestras vidas, porque dos décadas dan para tanto, para reír, para amar y dejar de amar, para bienvenidas y para despedidas, como cuando cantó En cambio no, un tema dedicado a su abuela, una despedida antes el último suspiro, pero con la alegría de poder decir adiós sosteniendo su mano, y así los vacíos se revisten de recuerdos más alegres.
La italiana derrochó buen humor y derrochó simpatía en el imponente Palacio de los Deportes de Madrid, contó anécdotas, como cuando su hermana le anunció que se iba a casar pero no tenían una canción de enamorados. "¿Que la hermana de Laura Pausini no tiene una canción de amor con su pareja?", decía la cantante en una pequeña parodia de sí misma que hizo reír al público.
Y aunque la mayor parte del concierto fue en español, también cantó en italiano, y también cantó en inglés. Porque de cantar se trataba y en el lenguaje universal de la música, Laura Pausini ha demostrado una calidad vocal impecable, una mezcla de candidez y fuerza que no ha decrecido con el paso del tiempo. Y estuvo acompañada por un impecable grupo de coristas, y por una maravillosa orquesta de cuerda y también por una banda de guitarras, batería y teclados que hicieron más especial el concierto.
Cantó Víveme y el Palacio se llenó de corazones, cantó Escucha atento, cantó Volveré junto a ti. Y así, en ese viaje hacia el pasado, fue acercándose a sus primeras canciones, aquellas primeras letras de amor adolescente que le dieron la fama a mediados de los años noventa, y juntos, Laura Pausini y el público de España, recordaron Las cosas que vives, Amores extraños, o Se fue en una nueva versión que suena a salsa, y finalmente su primer tema, La soledad. "Si hoy mi realidad es mucho más grande que mi pequeño sueño os lo debo a vosotros. Y es que gracias a vosotros, entre mis miedos y mis inquietudes no existe más la soledad". Dijo antes de profesar su amor una vez más por este país.
Un concierto que se convirtió en un pequeño repaso de nuestra propia vida, porque veinte años dan para mucho. Y al final, eternamente agradecida, Laura Pausini hizo mención a su hija, que ayer cumplía su primer año de vida y lo celebró aquí, en Madrid, en España, en el último y emotivo concierto de su gira europea.
Texto, fotos y vídeos: Ismael Cruceta @CajondeHistoria
Me gusta Laura Pausini, creo que es mi oculta vena romántica la que habla, jaja... aunque no soy tampoco demasiado entusiasta de ella, pero si me agrada. Muy cierto lo del tiempo, es loable perdurar, mantenerse, seguir mejorando, en lugar de éxitos mediáticos y vacíos. Un abrazo.
ResponderEliminarjajaja todos tenemos una vena romántica! jajaja!
Eliminaryo la he seguido siempre pero tampoco soy el más fan del mundo, no creas. Eso sí, me pareció bonito ir a un concierto en el que celebraba 20 años de carrera! todo un motivo de celebración!! :)
un abrazo!