De pronto nos volvemos a ver, en nuestro gesto no hay resignación. Casi dos años después de la última vez, el tiempo pasa tan rápido, caben tantos momentos en dos años, tantas emociones, cabe una vida en Bolivia que te hace mirar el mundo con otros ojos. Dos años pero las ganas intactas y la emoción de punta en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid como escenario de este nuevo encuentro. El aforo lleno, la iluminación perfecta y el sonido impecable para iniciar un recorrido por estos ocho años de música, por estos tres discos que han puesto música y letra a la historia de mi vida, a una parte de ella, de esta vida que me arrastra de aquí para allá, porque de pronto una canción me lleva a ti, a personas que ya no están pero estuvieron, porque por una vez aprendí que no pintabas nada ya en mi vida. Y uno sigue adelante, siempre, es lo que tiene el tiempo, que no se para, pero la música permanece para pintar de recuerdos esos momentos que guardamos intactos en algún lugar hermoso que está a veces entre entre el corazón y el estómago, y otras se agarra a la garganta y se escapa por los ojos. Qué bueno nacer valiente.
Vanesa Martín derrochando emoción y desparpajo a partes iguales, interactuando con un público que empezó el concierto sin hacer demasiado ruido, pero que fue soltándose poco a poco, sintiéndose cada minuto un poquito más a gusto, más relajado y, finalmente, más entregado, hasta llegar a un final con más de diez minutos de ovación. Una noche de sorpresas: antes de cantar Durmiendo sola, le dio las gracias a David de María, que estaba allí entre el público, por apoyarla desde el principio. Y él, sin micrófono, subió al escenario porque quiso acompañarla en esa canción que la malagueña se empeña en decir que es un tema alegre, y quizás tenga razón, porque de lo que se trata es de ser feliz, a pesar de todo, y no resignarse a la mediocridad. Un sorpresa para el público que se repetiría gracias a India Martínez, que tuvo que bajar desde la entreplanta para cantar 90 minutos en un dueto improvisado que sonaba a magia y a generosidad recíproca. Finalmente, con el dúo DMEI cantó Si me olvidas.
Un concierto emocionante en el que Vanesa Martín demostró que se hace camino al andar, que su técnica vocal es cada vez mejor, que su sensibilidad permanece ahí, al borde de la piel, y que los años no pasan en balde, no, sino que pasan y se nota la experiencia y las tablas ganadas. Un concierto que culminó con un regalo para los asistentes: Polvos de mariposa, que será uno de los temas que formarán parte del cuarto álbum de la artista, que estamos esperando ya como agua de mayo. Una canción preciosa.
Nos faltó Mejor no mirar atrás, un bonus track de Cuestión de piel que teníamos tantísimas ganas de escuchar en directo. Otra vez será, habrá más, seguro. Mientras tanto, seguimos viviendo, seguimos tomando decisiones que marcarán nuestro destino, porque yo no sé qué va a pasar entre nosotros... y aunque pase o no, nada cambiará. Y seguimos llenando con conciertos como éste la banda sonora de nuestras vidas.
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria
Fotos: Laura Cruceta
Qué ganas de ese nuevo album! Y una artista que se crece en el directo. Es un auténtico disfrute ir a sus conciertos.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ya ves!!! han pasado dos años ya de Cuestión de piel y hay muchas ganas de nuevo álbum!!!
EliminarEmpezó el concierto con una de mis canciones favoritas y fue perfecto. Todo en general: la voz, la simpatía que derrocha, la interpretación que hace de sus canciones y la pefecta elección de las mismas. Es la segunda vez que la he visto en directo y espero que sean muchas más. Me encantó 'Polvos de mariposa' y por nuestra salud, espero que no se haga mucho de rogar ese nuevo tema. Espero con ganas el nuevo disco. Un placer disfrutar de su música una vez más y un auténtico placer verte por allí :)
ResponderEliminar¡Muchos besos!
Sí!! Polvo de mariposa es un temazo!!!! ganas de que lo publique ya para incluirlo en la lista de canciones del mes!! jajaja!
EliminarMe alegra que te gustara el concierto! nos vemos prontito! besazo!