Vientos de cuaresma es la segunda novela (y también la segunda obra que leo) de Leonardo Padura, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS.
Volvemos a encontrarnos aquí con Mario Conde, un teniente cubano que tiene que investigar el asesinato de una joven profesora de química del centro educativo en el que él mismo estudió años atrás. Vientos de cuaresma es una novela negra en la que Padura hace gala de su músculo narrativo, conjugando una trama interesante con la delicadeza en cada una de las palabras.
Eso hace que se convierta en una de las mejores novelas negras que he leído, pausada y profunda. Porque en realidad es mucho más que una novela negra: es una historia de un enamoramiento descarnado, el del Conde y Karina; y también de una amistad eterna que lo cubre todo de luz, la del protagonista y el flaco Carlos.
Se hicieron adultos mientras empezaron a conocer el sentido de la traición y también el de la maldad, vieron crecer arribistas y frustrarse a ciertos corazones cándidos, se enamoraron apasionadamente y se emborracharon de dolor y de alegría, y aprendieron, sobre todo, que existe una necesidad invencible que a falta de mejor nombre se conoce como amistad.
Y es también, igual que Pasado perfecto, la primera obra del autor, un retrato de la sociedad cubana de 1989 y de La Habana, capaz de producir en sus habitantes tanto odio y tanto amor.
Y aunque me quiera rebelar, esta ciudad me tiene agarrado por el cuello y me domina, con sus últimos misterios.
Pero en comparación con la primera, Vientos de cuaresma es una obra más adulta, con los personajes mejor perfilados y la trama mejor construida, sin demasiados sobresaltos -nada que ver con las nórdicas, por dios- pero derrochando belleza y calidad literaria.
Leyendo a Padura, leyendo esta novela, uno entiende que le hayan distinguido con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015. Más que recomendable. Y aunque algunos personajes sean los mismos, no es necesario empezar por la primera, puesto que son de lectura independiente.
Una novela a la que le sacude siempre un fuerte viento, el viento de la vida y la muerte, del amor y de las dificultades para ser feliz cuando todo parece hostil. Y lograrlo, a pesar de todo. ¿O no?
La frase:
Decía Miller que París es como una puta, pero La Habana es más puta todavía: solo se ofrece a los que le pagan con angustia y dolor, y ni aun así se da toda, ni aún así entrega la última intimidad de sus entrañas.
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria
Me queda muy claro que tengo que estrenarme con este autor.
ResponderEliminarBesotes!!!
Siii Margari merece la pena, de verdad!!!
Eliminarun besote!
Mmmmm... lo ficho, que no he leído nada suyo.
ResponderEliminarBesotes
Merece la pena, en Padura hay mucho más que "solo" novela negra!
Eliminar