La segunda parte de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne empieza como la primera, sin dar tregua a un lector que cree jugar con ventaja pero que termina en jaque mate frente al autor. César Pérez Gellida, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS, consigue dar fuerza al libro en el punto intermedio de la historia, donde todos los personajes, buenos y malos, están encajados entre los acontecimientos, en un callejón oscuro del que parece complicado poder escapar.
El autor continúa el proceso de creación de los personajes en Dies irae, haciendo todavía más verosímil a Carapocha, el psicólogo que en esta entrega entra a formar parte de los personajes protagonistas, dando lugar a un triángulo isósceles en el que reina, una vez más, Augusto Ledesma. Ledesma más complejo si cabe, desdoblado en dos: el propio Augusto y su otro yo, Orestes. Y la evolución más patente la encontramos en el personaje del inspector Ramiro Sáncho, mejor dibujado que en Memento mori.
Los personajes abandonan esta vez Valladolid y se sitúa la acción entre Trieste y Belgrado, todo un acierto que hace la novela más madura y le otorga todavía más solidez. Una solidez que viene reforzada además porque en una de las líneas argumentales secundarias que son necesarias para entender el conjunto, el autor decide realizar una acertada síntesis del conflicto de los Balcanes de una manera distinta a la óptica que los medios de comunicación de Europa occidental tradicionalmente han ofrecido. Esto hace de Dies irae un documento histórico recomendable para todos aquellos que quieran acercarse a los porqués de lo que sucedió en los años 90 en Serbia, Bosnia o Croacia. No hay peor asesino en serie que aquel que se siente legitimado por una bandera.
El argumento sigue desarrollándose al ritmo adecuado, equilibrando las dosis de tensión con la profundidad justa, dándole la forma necesaria sin pasarse ni quedarse corto. Y la brutalidad va en aumento. Augusto Ledesma sigue empeñado en culminar su obra, pero también en su empeño y cegado por su ego comete más errores que en la primera parte, lo que hará que las cosas no sean nada fáciles para salir del paso.
César Pérez Gellida confirma con esta segunda parte que Memento mori no fue producto de la buena suerte, sino de una labor meticulosa y acertada, que le sitúan como un narrador vigoroso, capaz de introducir al lector en una historia hasta las más últimas consecuencias, hasta el terror, hasta el placer, hasta el poder. Y con una mano diestra para cambiar la voz en mitad de la narración, obligando al lector a ser activo, a estar atento a cada uno de los cambios de narrador que se producen. Porque si no lo está corre el riesgo de convertirse en una víctima más de este personaje inolvidable que es Augusto Ledesma.
Un auténtico día de la ira que no llega a su fin, que tiene todavía mucho por decir en el acto final.
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria
Ya sólo te queda dar cuenta del broche final, y ¡¡¡menudo broche!!!. Besos.
ResponderEliminarCalla calla, que me quedan 200 páginas! Qué nervios!!!! un besoteee!
EliminarEn principio voy a leer esta trilogía en verano, pero si seguís con reseñas así, ¡no creo que aguante tanto!
ResponderEliminarjajaja, aguanta aguanta, que hay que leerlas del tirón!
Eliminarun besote!
Sólo te queda ya Consummatum Est :)
ResponderEliminarSí que es verdad que consigue aún más intensidad y más profundidad en el personaje de Augusto esta entrega. Una de las cosas que creo que han funcionado genial con esta trilogía es precisamente que va un poco in crescendo, constantemente de menos a más. O al menos es la impresión cuando has terminado de leer.
Abrazotes!!
La verdad que sí, para mí la evolución más patente es la de Ramiro Sáncho.
Eliminarun abrazote!
Muchísimas gracias de nuevo, Ismael, y al resto de contertulios¡¡ Abrazos.
ResponderEliminarGracias a ti :)
Eliminarun abrazo!
Qué ganas de empezar con esta trilogía! A ver si le hago pronto hueco!
ResponderEliminarBesotes!!!
Síii hazle hueco que se lo merece!!! un besote!
EliminarLeí el primer libro de la trilogía y tengo los otros dos en la lista, pero creo que esperaré al verano porque ahora tengo demasiados pendientes. Un beso
ResponderEliminarHaces bien porque creo que es mejor leerlos del tirón y se necesita tiempo, la verdad. un besote!
EliminarAunque no lo parezca, con Consummatum est se supera, de verdad que es el broche de oro de la trilogía.
ResponderEliminarDisfruta con Augusto y compañía :)
Un beso.
Ayayay! entre la segunda y la tercera he leído algún libro, y estoy acabándolo, por fin, qué nervioooos!
Eliminarun beso!