Edmundo Paz Soldán, una de las voces literarias actuales más relevantes de Bolivia e Hispanoamérica, configura en esta novela un thriller que mezcla la política y la ciencia ficción.
La historia gira en torno a las protestas populares que se están produciendo en la ciudad boliviana de Río Fugitivo (que viene a ser para el autor como Macondo para García Márquez y Mágina para Muñoz Molina) tras el incremento de las tarifas enérgeticas que ha llevado a cabo una multinacional a la que el gobierno ha concedido la explotación de los recursos. [Las grandes corporaciones están detrás de la opresión a los países latinoamericanos. La globalización es un juego en el que ellas dictan las reglas a su gusto. Página 172].
Se trata de una novela coral en la que aparecen varios personajes que plasman su visión de los acontecimientos desde diferentes ópticas: desde Miguel Sáenz, un criptoanalista que lleva toda la vida siendo la marioneta del Gobierno, adaptándose a todo aquello que le pedían durante la época de la dictadura sin cuestionar nada, hasta Flavia, su hija, una joven con un don especial para la informática, o Kandinsky, líder de un grupo de hackers informáticos que buscan darle la vuelta al sistema corrupto de Montenegro.
Una novela con multitud de piezas que irán encajando poco a poco, que supone un brillante ejercicio creativo por parte de Paz Soldán (algunos aspectos de la novela, a día de hoy, parecen desfasados, pero hay que tener en cuenta que se publicó en 2003 después de ganar el Premio Nacional de Novela de Bolivia un año antes) y que entraña una interesante reflexión sobre el sistema democrático, en la que Montenegro, un personaje inspirado en Hugo Bánzer (dictador boliviano entre 1971 y 1978 que fue elegido como presidente en 2001 mediante elecciones) no sale muy bien parado.
El delirio de Turing es una obra interesante para comprender mejor la Bolivia inmediatamente anterior a Evo Morales [el líder aymara de los cocaleros comienza a adquirir dimensiones nacionales con un discurso antiimperialista que está logrando que, después de décadas de errancia en el desiertom la izquierda se reorganice y encuentre una razón de ser. Página 59].Con destellos de brillantez, especialmente en la reflexión sobre la culpa y la conciencia, pero con una intensidad intermitente en su argumento. Y aunque sigo prefiriendo su novela Río fugitivo, por su humanidad constante y su emoción febril, os recomiendo igualmente El delirio de Turing, que es compleja y certera, y os recomiendo, sobre todo, descubrir a este autor boliviano, si es que no lo habéis hecho ya.
La frase:
Las verdades se construyen a susurros, en medianoches y madrugadas de terca llovizna.
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria
Aún tengo apuntada en la lista de pendientes Río fugitivo, por tu reseña. Y aunque parece que ésta no llega a la altura, también me has picado la curiosidad.
ResponderEliminarBesotes!!!
Río fugitivo a mí me llegó mucho, y además la leí en Bolivia <3
EliminarBesos!
Si me decido con este autor y ya que tu prefieres Rio fugitivo, lo haría con esa novela. Besos.
ResponderEliminarRío fugitivo es una gran novela concha!
Eliminarbesos!
Pues este no lo conocía, y al autor tampoco... habrá que tenerlo en cuenta =)
ResponderEliminarBesotes
jaja mira qué bien! a mí me gusta mucho, creo que escribe muy bien :)
Eliminarbesos!
Es esta una de las mejores novelas escritas en Bolivia en las últimas décadas... Saludos
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