Este poemario de Luis García Montero, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS, ganaba, hace ahora dos décadas, el Premio Nacional de Poesía. Era 1994, yo tenía 7 años, "casi 8" diría seguramente, y miraba la vida con ojos de niño. Felipe González estiraba un mandato decadente. Nelson Mandela ganaba las primeras elecciones multirraciales en Sudáfrica. El infierno estaba en Sarajevo, en Bosnia. Y el mundo se quedaba sin Charles Bukowski.
Habitaciones separadas está dividido en cinco partes.
La primera es Las razones del viajero. El inicio de un viaje de soledad y libertad, dos palabras que suelen apoyarse en los hombros heridos del viajero. Y de uno de los versos de esas razones expuestas, toma el título de la segunda parte: En otra edad, que es melancolía y nostalgia mezcladas, que es una bofetada de lluvia al final de un verano, que es recuerdo y consciencia del paso del tiempo.
En Habitaciones separadas está Nuestra noche, que tiene algunos endecasílabos con ecos de Neruda. Uno de mis favoritos:
Quisiera perseguir algún poema
que hablase de mis noches, nuestra noche,
la misma noche cálida de rostros conocidos,
en el mismo rincón, ya no hace falta
preguntar lo que bebe cada uno.
(...)
Escribir, por ejemplo, son ahora
mucho menos frecuentes estas noches,
y recuerdan inviernos negociados
con renta de amistad,
y tienen algo
de temblor fugitivo.
Las caras han cambiado, saben cosas
y se parecen más a nuestras vidas.
Luis García Montero es preciso para definir los sentimientos imprecisos, las pasiones marchitas por el paso del tiempo. Y es un poeta del suyo, de su tiempo, de ese tiempo que era 1994, tan lejano, tan diferente en algunas cosas y tan perenne siempre en otras... jóvenes que aprendieron la impertinencia de la seducción en modas y países diferentes, ejecutivos de provincias...
Habitaciones separadas es un libro de hoteles y aviones. Y de amores desdibujados y cargados de música.
Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.
Y casi en un suspiro llegamos a En otro tiempo, que es la parte más profunda del poemario. Versos que no ocultan un resquemor amargo, un sueño que rompieron y que hay que construir, despacio, como un puzzle. Versos que dejan un regusto de derrota.
Porque sé que los sueños se corrompen
he dejado los sueños,
pero cierro los ojos y el mar sigue moviéndose
y con él mi deseo
y puedo imaginarme
mi libertad, las costas del Cantábrico,
los pasos que se alargan en la playa
o la conversación de dos amigos.
Buscad este libro una tarde entre las estanterías de alguna librería, de alguna biblioteca. Leedlo en voz alta. Y guardarlo siempre.
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria
Uf, esa última frase es de las mejores cosas que pueden decirse, creo, de un libro.
ResponderEliminarA mí es que lo de la poesía me ha costado siempre, ya desde peque. Supongo que es cuestión de enfocarla poco a poco y con calma, pero al final siempre me termino yendo más hacia la novela y el ensayo.
Abrazotes!
yo no soy un lector asiduo de poesía, aunque luego me gusta mucho... me he propuesto leer más a menudo, a ver si lo consigo!
Eliminarun abrazo!
Muy bien
EliminarDe vez en cuando me gusta leer poesía, así que lo ficho =)
ResponderEliminarBesotes
Este es PRECIOSO, Shorby!
EliminarAnimaros a leer poesía, ¡os llenará de emociones que dan un gustirrinin!
ResponderEliminarGracias Ismael...gran texto ...me apunto el libro
ResponderEliminarMuy buen análisis. Vamo juga
ResponderEliminarMaravilloso poema
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