Una de las grandes historias de amor jamás contadas. Una película sobre una mujer italiana, Francesca, que dejó su patria por amor y por un sueño americano donde fumar y vivir y pasearse entre rascacielos, pero que llegó a Iowa, a una casa agradable, a un pueblo tranquilo y conservador donde todos se conocían y donde apenas se podía soñar y apenas se podía ser libre sin el yugo de las miradas ajenas.
Francesca cuidó durante toda su vida de su marido y de sus dos hijos, los cuidó hasta la muerte, y estos, los hijos se sorprendieron al descubrir en su testamento que su madre no quería ser enterrada junto a su esposo, no, sino ser incinerada y que sus cenizas fueran esparcidas en uno de los puentes del condado. ¿Por qué? ¿Por qué no encontrar el descanso eterno junto al que había sido su compañero toda la vida? Los hijos comienzan a leer sus diarios y descubren esta historia de amor, como decía, una de las más grandes jamás contadas.
En el hastío de su vida, el marido y los hijos adolescentes Francesca se marchan cuatro días a una feria. Y en esos días aparece Robert Kincaid, un maduro y atractivo fotógrafo del National Geographic, para hacer un reportaje de los puentes de Madison. Él, perdido, pide que le ayude para orientarse. Ella accede a hacerlo y pronto, entre ambos, surge una pasión que deviene en un amor intenso que durará cuatro días, y durará para siempre en la distancia, alentándoles a vivir con plenitud cuando la existencia se ponía cuesta arriba.
Clint Eastwood conmocionó al mundo con su sensibilidad y con sus aptitudes para plasmar detrás de la cámara, con certeza, los sentimientos, la dicha y las miserias del alma humana. Y Meryl Streep está maravillosa, como siempre, en sus miradas y en sus suspiros, para transmitir la angustia de su pequeña cárcel de comodidad y la libertad que encuentra en los brazos de Robert. Francesca abandonándose, desde el engaño a su familia hasta la más absoluta fidelidad, la fidelidad por ella misma, en una encrucijada que no fue tal debido a la intensidad de los sentimientos, como la fuerza del agua del río que quiere buscar su cauce.
Los puentes de Madison no es sólo una historia de amor y fidelidad, sino también una crítica explícita a la sociedad de la América profunda, capaz de desgarrar la felicidad ajena con su conservadurismo y su retraso mental y una envidia latente, oculta en apariencias y buenas maneras hipócritas.
En definitiva, una maravillosa película, capaz de retorcerte las entrañas, de erizarte la vida hasta las lágrimas, que logra que quieras gritarle a Francesca que abra la puerta de ese coche y corra bajo la lluvia para abrazar a Robert para siempre, hazlo, Francesca, hazlo, te lo mereces, todos nos lo merecemos. Pero ella sabía que era mejor mantener intacta la belleza de ese amor, que después nada sería igual.
Una película que demuestra que hay amores eternos que apenas duran días u horas, que ponen tu vida del revés, que hacen tambalear sus cimientos, amores con la fuerza de un tsunami, amores que llegan y pasan y destrozan dulcemente todo y después desaparecen pero que dejan en cada esquina del cuerpo, en cada recoveco del corazón, una huella imborrable, inmune a la memoria. Amores que son, ni más ni menos, el aliento de la vida.
En el hastío de su vida, el marido y los hijos adolescentes Francesca se marchan cuatro días a una feria. Y en esos días aparece Robert Kincaid, un maduro y atractivo fotógrafo del National Geographic, para hacer un reportaje de los puentes de Madison. Él, perdido, pide que le ayude para orientarse. Ella accede a hacerlo y pronto, entre ambos, surge una pasión que deviene en un amor intenso que durará cuatro días, y durará para siempre en la distancia, alentándoles a vivir con plenitud cuando la existencia se ponía cuesta arriba.
Clint Eastwood conmocionó al mundo con su sensibilidad y con sus aptitudes para plasmar detrás de la cámara, con certeza, los sentimientos, la dicha y las miserias del alma humana. Y Meryl Streep está maravillosa, como siempre, en sus miradas y en sus suspiros, para transmitir la angustia de su pequeña cárcel de comodidad y la libertad que encuentra en los brazos de Robert. Francesca abandonándose, desde el engaño a su familia hasta la más absoluta fidelidad, la fidelidad por ella misma, en una encrucijada que no fue tal debido a la intensidad de los sentimientos, como la fuerza del agua del río que quiere buscar su cauce.
Los puentes de Madison no es sólo una historia de amor y fidelidad, sino también una crítica explícita a la sociedad de la América profunda, capaz de desgarrar la felicidad ajena con su conservadurismo y su retraso mental y una envidia latente, oculta en apariencias y buenas maneras hipócritas.
En definitiva, una maravillosa película, capaz de retorcerte las entrañas, de erizarte la vida hasta las lágrimas, que logra que quieras gritarle a Francesca que abra la puerta de ese coche y corra bajo la lluvia para abrazar a Robert para siempre, hazlo, Francesca, hazlo, te lo mereces, todos nos lo merecemos. Pero ella sabía que era mejor mantener intacta la belleza de ese amor, que después nada sería igual.
Una película que demuestra que hay amores eternos que apenas duran días u horas, que ponen tu vida del revés, que hacen tambalear sus cimientos, amores con la fuerza de un tsunami, amores que llegan y pasan y destrozan dulcemente todo y después desaparecen pero que dejan en cada esquina del cuerpo, en cada recoveco del corazón, una huella imborrable, inmune a la memoria. Amores que son, ni más ni menos, el aliento de la vida.
Y yo todavía no la he visto! lleva un montón entre esas que quiero ver pero no he encontrado el momento, lo que también quiero es leer el libro
ResponderEliminarbesos
Yo no he leído el libro, pero la película es ya una de mis favoritas. Qué preciosidad! te la recomiendo muuucho!
Eliminarun besote!
Te recomiendo la novela, Ismael. ¡Cuánto me emocioné al leerla! Es una historia fantástica, desgarradoera y emotiva como pocas, y vale la pena asistir al relato original de Waller. ¡Ya me contarás!
ResponderEliminarUn abrazote.
Después de lo que me ha gustado la peli, no descarto en absoluto leerme la novela.
EliminarUn abrazote!!!!
No soporto esta peli xDD (no me mates)
ResponderEliminarLa novela me gustó tantísimo, que cuando vi la adaptación fue... chof, totalmente U.U
Besotes
Ay dios mío!!! jajajajajaja!! pero cómo no te puede gustar!!! jajaja! bueno, a veces pasa que después de leer un libro, la adaptación decepciona, pero Los puentes de Madison??? por favor! si es una maravilla!! jajaja
Eliminarbueno, leeré el libro y te digo!
un besoteee!
Me encantó la novela y la película. Cada vez que la veo no puedo evitar que se me salte una lagrimilla al final, ains... Qué bonito es el amor jaja.
ResponderEliminarBesos
Siii el amor es precioso!!! jajaja
Eliminarbueno, yo te confieso que me metí una panzá a llorar importante!! y que casi me pongo a gritar de verdad: Francesca, sal del coche!! sal del coche!!!!
un besotee!!!
Hola! De casualidad alguien sabe de que santo o como es la cruz de Franchesca?
ResponderEliminarMuchas gracias.
película que vi hace años y que quisiera volver a ver
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