Un hijo, de Alejandro Palomas
He dudado qué título poner a esta entrada, y el motivo es que en ningún momento se dice que el protagonista de este libro sea homosexual. Es Guille. Y Guille, además, es solo un niño, un niño hipersensible e introvertido.
Quizás me equivoque, pero hay cosas que no hace falta decir, y hay cosas que se saben desde el principio, desde que uno nace, aunque cada uno tenga su momento y su proceso para abrirse al amor sensual.
De una manera u otra, Un hijo es una novela-cuento preciosa de Alejandro Palomas. Nos cuenta la historia de Guille, que es todavía un niño, un niño muy especial y muy sensible y que adora a Mary Poppins.
El autor vuelve a emocionarnos gracias a este libro en la que profundiza en la relación entre el padre y el hijo, y cómo tienen que lidiar las situaciones que les pone la vida. Estamos ante un libro capaz de despertar muchas emociones en el lector y, entre todas ellas, la que más reluce es la ternura.
El chico de las estrellas, de Chris Pueyo
El autor recoge en este libro sus memorias, su relación conflictiva con su madre y el apoyo incondicional de su abuela.
Lo compré tras leer la reseña en Arte Literario, en uno de mis viajes a España, cautivado por esa portada tan bonita. Y lo leí en el avión de vuelta a Honduras, en apenas un ratito. Y lo disfruté mucho. No es la mejor novela del mundo, ni mucho menos, pero el libro está cargado de verdad, y por eso merece la pena.
Es una historia con momentos duros, del descubrimiento de la sexualidad y el primer amor, que siempre es intenso y (casi) siempre acaba mal, pero queda guardado en un lugar muy bonito de los recuerdos para siempre.
Una novela que deberían leer en los institutos para fomentar el respeto por todas las formas de amar e impulsar la convivencia, porque El chico de las estrellas es precisamente un canto valiente de libertad y dignidad, tan necesario todavía, tan necesario siempre.
Dextrocardiaco, de Juan Arcones
Una historia de amor entre dos hombres. Un animal herido que se da una nueva oportunidad para amar. Y lo hace de una persona tóxica. La relación va y viene. Y todo termina como era de esperar.
Sin más.
Dextrocardiaco tiene algunas frases bonitas y certeras. La historia es actual y retrata muy bien muchas historias de amor, por lo que podría ser fácil identificarse con algunas situaciones de la novela, pero le hace falta más que dos protagonistas del mismo sexo para convertirse en un buen libro.
Le hace falta mayor profundidad y más pasión (no me refiero al sexo, obviamente). No me ha disgustado, pero tampoco ha dejado una huella lectora en mí.
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria
Yo sólo he leído "Un hijo", pero jamás vi a Guille homosexual, oye; lo que es cada visión lectora, jeje. Un libro maravillosamente bueno. Recordaré siempre el personaje de Guille.
ResponderEliminarbsos!