lunes, 16 de febrero de 2015

Reseña | Las horas subterráneas, de Delphine de Vigan


Delphine de Vigan es una de esas escritoras que logran hacerse un hueco en la primera línea de la literatura gracias a ir buscando la verdad en cada libro, a acercarse más a ella, sacándose el pudor la mayoría de las veces. Con esta novela, la quinta de su producción, se acercó a esa madurez rotunda que alcanzaría en Nada se opone a la noche, la que es, hasta la fecha, su última novela, la que ha hecho que su nombre se quede grabado a fuego en la memoria del lector. 

En mi caso, este es el tercer libro que leo de esta autora francesa, tras la mencionada y Una tarde de diciembre. Las horas subterráneas es un libro crudo protagonizado por una mujer que trabaja en el departamento de Marketing de una gran empresa y que, de repente, sin saber muy bien por qué, ve como los engranajes que ha ido cuidando durante años en el terreno profesional, explotan por los aires. Mathilde es víctima de un violento maltrato laboral, el más violento. Porque se trata de aquel que va minando su dignidad poco a poco. Tanto que cree que ella es la culpable. 
Delphine de Vigan logra conformar un libro sin artificios, dramático por real, y doloroso. No hay treguas para la alegría, ni para las sonrisas si quiera. Todo aquí está revestido de una crudeza viva, y ahí precisamente es donde se encuentra la magia de la literatura y el carisma de esta autora: en esa capacidad para describir sensaciones en las que reconocer a quién está a nuestro lado, a nosotros mismos.

Cuando leí esta novela vi llorar a una compañera del trabajo (no estaba sufriendo moobing, por supuesto, pero sí quizás estuviera sometida a un gran momento puntual de estrés) y esa escena me hacía pensar inevitablemente en Mathilde. Además de ese personaje femenino dibujado con mano maestra, la novela se complementa con la historia de un médico, Thibault, que sufre también una especie de moobing autoimpouesto, empujado por una sociedad capitalista que anula al ser humano y en la que solo importa el dinero, el sexo y las emociones rápidas. Una sociedad que malgasta demasiadas horas bajo la ciudad. 

Una novela que impacta, que habla sobre lo frágiles que podemos llegar a ser, sobre las espirales del dolor en las que nos vemos envueltos sin darnos cuenta y que habla, sin mencionarlo ni una sola vez, de una felicidad que depende únicamente de nosotros mismos. Sin consejos ni filosofía barata. Muy recomendable, a pesar de que todo el libro es como si te hubieran dado un puñetazo en la boca del estómago.  

Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria


6 comentarios:

  1. Hace nada leí "Días sin hambre" (tengo recién publicada la reseña en mi blog). Llevaba meses leyendo buenas opiniones de esta autora, pero para mi suponía un reto enfrentarme a sus libros, en concreto al que he leído, pues una de mis hijas tiene anorexia. Sin embargo, ha ido mejor de lo que suponía leerlo. Y sí tengo ganas de seguir leyendo a esta autora.
    Un abrazo

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    1. Ahora mismo voy a buscar tu reseña.
      Te recomiendo 'Nada se opone a la noche', es una novela muy dura pero tiene algo en ella reconfortante.
      Besos!

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  2. Ya la reseña de Blanca me dejó con ganas de estrenarme con esta autora. Voy a tener que ir a la biblio pronto y buscar si hay alguna de sus novelas.
    Besotes!!!

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    1. Margari, yo he leído las 3 que menciono en la reseña y las tres merecen la pena. Ya nos contarás. Besotes!

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  3. Wow, me ha encantado la reseña. No parece un libre de usar y tirar sino de leer, con valentía, y dejar reposar. Me lo anoto pero, no habiendo leído nada de esta autora, no sé si me recomiendas empezar con este o con algún otro título. Te agradezco el consejo...
    Besines,

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  4. Bueno, me encanta!!
    Me la llevo de cabeza =)

    Besotes

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