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sábado, 30 de noviembre de 2013

PREMIOS 'LIBROS Y LITERATURA 2013'


Un año más, me animo a participar en el concurso que organiza Libros y literatura, una de las webs de referencia para todos aquellos amantes y amigos de la lectura. Este año, además, con especial gratitud porque La lágrima de la India, mi segunda novela, ha tenido su hueco gracias a César Malagón

Quiero participar con una reseña muy especial, la que le dediqué al precioso e imprescindible librito de poemas de una mujer a la que admiro como escritora y como persona, María Monjas Carro: 


Os animo a participar también y os deseo suerte.  

lunes, 16 de septiembre de 2013

¡¡CAJÓN DE HISTORIAS CUMPLE 5 AÑOS!!


Y no hay quinto malo, dicen los taurinos que por desgracia vuelven a ponerse de moda, y que tenemos que aguantar en la televisión pública, de todos, en horario infantil. Pero no me quiero poner hoy demasiado revolucionario, más que nada, porque mientras leéis estas líneas yo estaré abrazando a mi madre después de muchos meses a más de 9.000 kilómetros. Porque hoy llego a España después de una estancia maravillosa en Bolivia, donde he pasado más tiempo del previsto, donde he aprendido tantísimo profesionalmente y donde he vivido una experiencia personal inolvidable, pegada ya a mi piel, vinculado este hermoso país para siempre a mi vida.

Y mientras me abrazo a mi madre, a mis hermanos, a mi amor, a mi perro y a mi gente, no quiero dejar de celebrar con vosotros, los que llenáis mi cajón de historias, estos cinco años de cultura. De literatura, de cine, de música, de arte y de protagonistas del mes por los que siento especial admiración.

Cinco años en los que este espacio no ha parado de crecer, especialmente durante los últimos doce meses, en los que se llegó al millón de visitas en el mes de marzo y en los que se ha superado ya el millón trescientas mil. Cinco años para conocer a gente, a través de la blogosfera, unos vienen y otros van, pero pocas son las entradas en las que no hay comentarios, superando los 9000 en total, lo que me fomenta a seguir escribiendo, valorando, protestando y recomendado cultura. Porque la cultura nos salvará de la barbarie, pienso, y me sigo aferrando a este pensamiento sin duda alguna. Y algunas de esas personas que forman parte de este espacio tanto como el que escribe estas líneas se han convertido en amigos y amigas de carne y hueso, y me han acompañado en momentos inolvidables, como en la presentación de mi segunda novela, La lágrima de la India, en mi Móstoles, con la que me reencuentro hoy, o en Ciudad Real, con la que me reencontraré en breve.

Cinco años de luces de libertad y de lágrimas que se llaman Anita Reina o Leonardo Soto, esforzándome en demostrar que las lágrimas no son siempre de tristeza. También, por suerte, hay lágrimas de felicidad y lágrimas de bella amistad.

miércoles, 23 de enero de 2013

HÁBLAME DE LA LLUVIA, de María Monjas



Fue una tarde de lluvia del pasado y marchito mes de octubre cuando abrí este librito de agua que te empapa. Fue una tarde de lluvia del pasado y marchito mes de octubre en el que, minutos antes, había concluido un libro menor. El regusto final no había sido tan amargo, eso quise pensar, pero cuando abrí este Háblame de la lluvia y leí el texto de Julio Cortázar elegido por la autora, las palabras del maestro insuflaron de vida y corporeidad una gota de lluvia, mis pilares se derrumbaron y aquel otro libro me pareció vergonzante.

Qué agudeza la de la vallisoletana María Monjas eligiéndolo para presentar sus versos, sus versos que hablan de lluvia, de aguaceros, de tormentas, de sol y de arcoíris. Sus versos que a veces caen ligeros y piensas que se van a quedar ahí, en la parte superficial de tu piel, y de repente te sabes calado hasta el corazón.

Sus versos livianos y cargados de besos, sus versos que versan sobre un mundo mejor, sobre los unos y sobre los otros, sus versos que saben a tierra mojada, a asfalto empapado y a dulce calor.

Palabras que piden ser releídas, palabras que claman sonar en la voz, poemas brevitos para sonreír, poemas pequeños para repetir a tu amor, a tu amor de sonrisas que jamás lee poesía, y que supo apreciar lo que el arte nos dio.

Háblame de la lluvia, de tormentas, de besos, de colores, de flores y de plantas que mueren porque no se las riega. Háblame de ladrones con traje y corbata que se secaron por dentro. Háblame, háblame, háblame… Y hablé con esa amiga que me habló de su padre enfermo y que también llora porque ya su corazón no siente tanto, porque quería latidos y no sólo el calor de una mano que jamás te suelta del todo. Y en el enredo de hablar supe que tendría que caminar por la calle La Palma de mi Madrid ardiente que tan lejos me queda hoy, en esta Bolivia donde estoy ahora, que removió a la autora hace unos meses (serendipia lo llaman), y supe que estos versos de María Monjas serán también para esa amiga, para que la empapen como me empaparon a mí, para que sonría como sonrieron los amoríos en aquella tarde de lluvia de Castilla del octubre marchito, para que creamos que el mundo puede ser más dulce, porque somos mosquitos bajo el dosel de una puerta mientras esperamos que se acabe la lluvia, y de repente sentimos que no pasa nada, que mojarse no tiene nada de malo, que al final sale el sol, que los mosquitos y la lluvia y los colores pueden revestir todo de alegría.

Gracias María Monjas por tus versos, por los rayos que estremecen el cuerpo, por los poemas que saben a mujer, por ese regusto final, esta vez sí, que es como una flor roja, casi me muero del susto, te lo prometo.

Me voy a pasear por La Paz, no llevaré paraguas y, si llueve, esperaré cinco minutos. Con eso bastará.