Desde su publicación, El viajero del siglo se convirtió en un clásico. Por su forma perfecta y nostálgica; y por su fondo, audaz y vigente.
El protagonista de esta historia es Hans, que llega a Wandernburgo, una ciudad imaginaria entre Sajonia y Prusia, donde conocerá a la feminista (¿irreverente?) Sophie, con la que entablará una relación afectiva. Allí se hará amigo de dos personajes memorables: el viejo organillero, ternura y sabiduría, y Álvaro Urquijo, un empresario español radicado en la ciudad desde que falleciera su esposa. Desfilan, además, multitud de personajes secundarios que sirven para abordar diferentes temas que llenan de verdad y de vida una obra que sirve para criticar esas novelas edulcoradas del siglo XIX, donde las mujeres poco pintaban, poco derecho tenían a pensar. Donde la homosexualidad y el placer no existían.
Ganadora del Premio Alfaguara de Novela en 2009, es una verdadera maravilla, con unos personajes inolvidables y una historia de amor que sirve como pretexto para retratar la sociedad europea del siglo XIX y poner en evidencia que hay cosas que no han cambiado tanto en doscientos años. Que el ser humano sigue siendo terco, poco racional y machista. Sophie, mi vida, vendrán otros tiempos. Y no serán tan distintos, le dice el protagonista a su amada, haciendo énfasis en ese "tan".
Andrés Neumán, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS, utiliza las tertulias para introducir los temas literarios, políticos y religiosos que preocupaban a la sociedad de la época. Temas que, aunque puedan parecer de otro tiempo, son los mismos que siguen preocupando el día de hoy: el nacionalismo, la patria, la otredad y la migración en Europa. Los nacionalismos son otra forma de suprimir a los individuos.
Porque en realidad todo en esta novela gira en torno a la movilidad, la humana y la de las cosas y los lugares, porque en Wandernburgo todo parece cambiar de sitio de un día para otro. Y parece fácil llegar pero imposible salir.
El viajero del siglo es perfecta, una obra maestra escrita por un escritor joven y prodigioso. Una novela ágil y precisa, llena de hojas dobladas, de frases de una rotundidad conmovedora, con una estructura narrativa brillante. Crítica y aguda, un ejercicio mayúsculo y ambicioso, del que Andrés Neuman no solo sale airoso, sino que también triunfante.
Los que creen que el lugar donde nacieron es su patria, sufren. Los que creen que cualquier lugar podría ser su patria, sufren menos. Y los que saben que ningún lugar será su patria, esos son invulnerables.
Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria
Con esta reseña no dejas lugar a las dudas. Apuntada.
ResponderEliminarBesotes!!!
Sinceramente, no sé si lo leeré porque tengo muchííííísimo pendiente de leer en casa, pero si lo hago espero disfrutarlo tanto como tú. Se nota que te ha encantado.
ResponderEliminarBesos!
Es imposible no querer leerla después de ver tu reseña. Me ha encantado la foto, cuántos recuerdos!!! Un besazo muy fuerte.
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