lunes, 15 de octubre de 2018

Reseña | El cuento de la criada, de Margaret Atwood


Quizás sea algo atípico leerse una novela después de haber visto la película o la serie, yo al menos suelo hacerlo a la inversa: primero el libro y luego la versión audiovisual. Pero después de acabar la segunda temporada de El cuento de la criada, decidí leer la novela, porque me pudieron las ganas de saber cómo iba a continuar la historia. Y, os lo digo ya, ha sido un fiasco. 

El cuento de la criada es una buena novela, no es eso lo que estoy cuestionando, sino que mi decepción viene de que el libro concluye con los hechos que suceden como a la mitad de esa segunda temporada. Es decir, que la serie, con el beneplácito de la escritora, ha ido más lejos de lo que en su momento se narró en la novela. Y, aparentemente habrá una tercera temporada (¡no nos pueden dejar así!).

Pero de lo que quiero hablar hoy es de la novela, una distopía publicada en 1985. Narrada en primera persona por Defred, quien nos cuenta cómo Estados Unidos se convirtió en una dictadura ultrarreligiosa tras una serie de supuestos atentados terroristas por parte de grupos islamistas radicales. A esto hay que sumar un descenso brutal de la natalidad provocado por la baja fertilidad en la población debido a los irreparables daños ambientales. 

Una vez que este régimen autoritario se instala en el poder, divide a las mujeres en diferentes clases. Una de ellas está compuesta por las criadas: esclavas que pierden su nombre para tener el de sus dueños (Defred sería la fusión de la preposición "de" y el nombre del comandante "Fred") y que son usadas (violadas) para concebir hijos que nunca podrán criar, sino que serán entregados a sus señoras. 

Horrible, vamos.

Un argumento de una fuerza tal que la escritora canadiense, galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Letras en 2008, va desentrañando poco a poco. La narración es cuidada y detallada, el ritmo es bueno, pero después de ver la serie eché en falta esa terrible sensación de angustia y falta de oxígeno que es capaz de crearse en cada capítulo que protagoniza la actriz Elizabeth Moss. 

Lo que sí hay que reconocerle a la escritora es la capacidad para mantener vigente una historia más de 3 décadas después de haberla creado, e incluso lograr que el lector descubra pasmado trazos de la realidad contemporánea. Asusta pensar que esa sociedad podría llegar a ser una realidad. 

En definitiva, que cometí el error de ver la serie sin haberme leído la novela, y mi recomendación sería siempre acercarse primero a este libro que merece la pena leer y posteriormente buscar las dos temporadas (por ahora) de esta maravilla audiovisual. 



Texto: Ismael Cruceta @CajonDeHistoria

3 comentarios:

  1. Yo leí el libro antes de ponerme con la serie. Y me encantó totalmente. Pero la serie es magnífica. Ha sabido plasmar toda la esencia del libro e incluso sí, lo ha mejorado. Esperemos que esta tercera temporada esté a la altura.
    Besotes!!!

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  2. Yo aún no he visto la serie pero de tantas recomendaciones la tendré que ver, pero si dices que es mejor leerse primero el libro...deberé hacerlo.

    Muchas gracias

    La Estupenda

    Kiss

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  3. Estoy terminándolo, así que te leo de puntillas!

    Besotes

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