lunes, 18 de julio de 2016

Reseña | El hombre sentado en el pasillo y El mal de la muerte, de Marguerite Duras



Dos relatos de Marguerite Duras, protagonista del mes en CAJÓN DE HISTORIAS, breves, eróticos, sobre el deseo y la soledad. Y en ambos se siente una fuerte influencia cinematográfica, la mirada de cineasta de Duras.

El hombre sentado en el pasillo
Esta es el relato de un deseo que crece y crece y explota. Un hombre, una mujer. Y una mirada ajena. Un sexo que se abre, una lluvia dorada y la imposibilidad de la felicidad. En apenas unas veintena de páginas, Marguerite Duras narra con precisión quirúrgica una escena que adquiere entidad y sentido completo. La cadencia de su estilo es fascinante, capaz de darle forma, a través de las palabras, a sentimientos abstractos que flotan y adquieren solidez.
Veo el enclave del sexo entre los labios separados y que todo el cuerpo se petrifica a su alrededor en un abrasamiento que va en aumento. No veo el rostro. Veo flotar la belleza, indecisa, por las inmediaciones del rostro pero no consigo que se funda con él hasta hacerla suya. 
Y al final todo se desborda con una brutalidad que se pega a la piel y deja espacio al silencio más sucio y, a la vez, más hermoso.
Veo cómo llega el color violeta, cómo alcanza la desembocadura del río, cómo se ha encapotado el cielo, cómo se ha detenido en su lento recorrido hacia la inmensidad. Veo que otros miran, otras mujeres, que otras mujeres ahora muertas miraron asimismo formarse y deshacerse monzones de verano ante ríos bordeados de sombríos arrozales, frente a vastas y profundas desembocaduras. Veo cómo del color violeta llega una tormenta de verano.  

El mal de la muerte
Este relato habla sobre la incapacidad de amar. Y lo hace ante un lector perplejo, que debe ir atando cabos poco a poco para entender ese "mal de la muerte" al que hace referencia el título. Porque nada en la obra de Marguerite Duras es banal ni explícito ni superfluo, sino que todo adquiere múltiples matices y el blanco lo mancha todo, dejando una sensación permanece flotando alrededor del cuerpo durante días, hasta que cala en la mente a través de los ojos, o de la boca.

No es un relato nada fácil de leer, por la estructura, por esa narradora mirona que pareciera a veces estar dentro de la acción, fungiendo como nexo entre personajes y lector, y mezclando la interlocución. Nuevamente, dos personajes: un hombre, una mujer. Un hombre atormentado, y una prostituta.

El mal de la muerte es una descripción certera de la depresión, de la soledad más descarnada, puro esqueleto. Una joya literaria.
De ese cuerpo quisiera usted alejarse, quisiera volver a los cuerpos de los demás, al suyo, volver hacia usted mismo y a la vez es precisamente por tener que hacerlo por lo que llora. 

Otras obras de Marguerite Duras reseñadas en CAJÓN DE HISTORIAS:
- El amante
- Moderato Cantabile
- Hiroshima mon amour


Texto: Ismael Cruceta @CajondeHistoria

2 comentarios:

  1. Y yo sin leer nada de esta autora. Tengo que ponerle remedio.
    Besotes!!!

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  2. He leído dos libros de esta autora y repetiré con ella seguro. Apunto títulos =)

    Besotes

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