Esperaba con muchas, muchísimas ganas la nueva novela de Elvira Lindo. Cinco años esperando. Es una de las escritoras que me acompañan desde la infancia: he leído todos los libros de Manolito Gafotas, he leído sus Tintos de verano y sus tres novelas para adultos: El otro barrio, Algo más inesperado que la muerte y Una palabra tuya. No terminaba de cuajar, de consolidarse como narradora de cabecera, pero sí es cierto que evolucionaba, que cada una de esas tres novelas era mejor que la anterior. Por eso, además de las ganas, tenía puestas todas las esperanzas. Esperaba una novela de peso, no me refiero al número de páginas, que también, porque cinco años para una novela tan breve me parece una tomadura de pelo. A lo que me refiero con novela de peso es a la profundidad, al conseguir despertar en mí una serie de sensaciones de gratitud hacia ella como escritora, pero no lo ha conseguido.
Lo que me queda por vivir no me ha disgustado, en absoluto, pero esperaba tantísimo más que me siento defraudado. Admiro a Elvira Lindo en general, me parece una mujer que ha sabido hacerse inteligentemente su hueco en el complicado mundo periodístico y editorial, la admiro por eso, la admiro por todas las risas que me han producido sus novelas y esta última, Lo que me queda por vivir, carece de esa frescura que caracterizaba las otras: es plana.
Es un viaje entre los recuerdos de una madre joven, Antonia, que luchar por vivir y sobrevivir en un Madrid de los ochenta con un niño de cuatro años, unas idas y venidas para encontrar sentido a ese momento vital en el que se ve en la veintena todavía y sola, sola con ese niño que significa todo, tanto para ella, y que al que se siente atada irremediablemente, y culpable por pensar así aunque solo sea un instante.
Lo que me queda por vivir es una novela de sensaciones, pero me ha costado empatizar con la protagonista y creo que Lindo ha fracasado a la hora de volcar en ella la humanidad, la verosimilitud que caracterizaban a sus personajes. De hecho, en los personajes más banales e incluso los que rozan la vulgaridad son los mejores, los más entrañables en este viaje literario: la tía, la amiga de juventud con la que fumaba porros.
Lindo vuelve a jugar con la dualidad entre la ficción y la realidad, Antonia, la protagonista, transmite al lector la sensación de que debería llamarse Elvira, y, sin embargo, estoy seguro que no todo es realidad, ni todo es ficción tampoco. Da la sensación de que ambas son la misma persona, por las coincidencias: la radio, el niño, los guiones, los años ochenta, la migración desde una ciudad pequeña hasta Madrid… Todo con un agridulce tono filosófico.
No me ha disgustado, es muy breve y sabe engarzar al lector, obligarle a seguir leyendo hasta el final. No me ha disgustado y seguiré leyendo lo que publique esta mujer, seguiré con mis esperanzas… espero que un día se vean colmadas. Pero ahora, hoy, aunque lo he intentado, no me salía una crítica más positiva y, por lo tanto, no puedo recomendar Lo que me queda por vivir.
Lo que me queda por vivir no me ha disgustado, en absoluto, pero esperaba tantísimo más que me siento defraudado. Admiro a Elvira Lindo en general, me parece una mujer que ha sabido hacerse inteligentemente su hueco en el complicado mundo periodístico y editorial, la admiro por eso, la admiro por todas las risas que me han producido sus novelas y esta última, Lo que me queda por vivir, carece de esa frescura que caracterizaba las otras: es plana.
Es un viaje entre los recuerdos de una madre joven, Antonia, que luchar por vivir y sobrevivir en un Madrid de los ochenta con un niño de cuatro años, unas idas y venidas para encontrar sentido a ese momento vital en el que se ve en la veintena todavía y sola, sola con ese niño que significa todo, tanto para ella, y que al que se siente atada irremediablemente, y culpable por pensar así aunque solo sea un instante.
Lo que me queda por vivir es una novela de sensaciones, pero me ha costado empatizar con la protagonista y creo que Lindo ha fracasado a la hora de volcar en ella la humanidad, la verosimilitud que caracterizaban a sus personajes. De hecho, en los personajes más banales e incluso los que rozan la vulgaridad son los mejores, los más entrañables en este viaje literario: la tía, la amiga de juventud con la que fumaba porros.
Lindo vuelve a jugar con la dualidad entre la ficción y la realidad, Antonia, la protagonista, transmite al lector la sensación de que debería llamarse Elvira, y, sin embargo, estoy seguro que no todo es realidad, ni todo es ficción tampoco. Da la sensación de que ambas son la misma persona, por las coincidencias: la radio, el niño, los guiones, los años ochenta, la migración desde una ciudad pequeña hasta Madrid… Todo con un agridulce tono filosófico.
No me ha disgustado, es muy breve y sabe engarzar al lector, obligarle a seguir leyendo hasta el final. No me ha disgustado y seguiré leyendo lo que publique esta mujer, seguiré con mis esperanzas… espero que un día se vean colmadas. Pero ahora, hoy, aunque lo he intentado, no me salía una crítica más positiva y, por lo tanto, no puedo recomendar Lo que me queda por vivir.
Sólo he leído "Una palabra tuya", que me encantó. Espero leer esta nueva novela algún día.
ResponderEliminarSaludos
No me llama nada esta mujer, no sé porqué pero me parece que no me va a decir nada esta lectura.
ResponderEliminarBesos.
Lo tengo programado para reseñarlo próximamente. Es el primero que leo de esta autora, y al igual que a ti, me ha gustado, pero tampoco me ha entusiasmado y eso que el tema prometía.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues ami si me ha gustado, no es su mejor libro pero no esta mal, la verdad que me pasa como a ti, llevo leyendo a Elvira desde que tenia 15 años y creo que nunca la dejare, me gusta esa forma de escribir que parece autobiográfica. yo un 6.5 si le pongo.
ResponderEliminarBesos
'Una palabra tuya' es uno de mis libros favoritos y he leído algunos 'Tintos de Verano' así que yo también esperaba mucho de esta novela y me defraudó y aburrió solemnemente. Batallistas una tras otra sin hilo argumental que solo sirven para definir a la protagonista pero que no me aporta nada. Una pena.
ResponderEliminarAunque no recomiendes esta novela, la tengo reservada en la biblioteca asi que cuando me toque el turno que ya llevo como tres meses esperando y creo que me espera un mesecito más la leere, yo tengo una ventaja no he leido nada de ella, ni su manolito gafotas que solo he visto en televisión. Espero que me guste o al menos no me impida seguir leyendo a la autora. Has intentado hacer una critica positiva, pero no creas que la has hecho del todo negativa, has incidido mucho en que a ti no te ha llenado, en ningun momento has dicho que sea mala, y no podemos recomendar todo lo que leemos porque la gente agradece un descanso.
ResponderEliminarbesotes
De Elvira Lindo, además de leer de pequeño a Manolito Gafotas, he leído Una palabra tuya, y me encantó. Tengo ganas de leer esta nueva novela. Siento que no haya estado a la altura de tus expectativas. Un abrazo.
ResponderEliminarLaky, es muy breve así que en un par de ratitos está leída...
ResponderEliminarVero, jejeje, qué gracia, porque ella suele caer bastante bien, la lectura no es que no diga nada, sino que lo que dice a mí, en esta ocasión, no me ha llegado...
Antonio, yo estoy tan decepcionado, la verdad es que me da mucha pena, porque como digo, tenía muchas esperanzas en esta novela...
ResponderEliminarLolo, un 6,5 es una nota flojita, no??? yo un 5, jejeje, yo tampoco creo que deje de leer su obra, sería muy drástico y cruel por mi parte, pero he sentido que con esta novela estaba tomando el pelo a sus lectores...
David, hijo qué radical eres!!! jajajaja
ResponderEliminarCarmina, efectivamente, es que no es mala, igual a ti te llena más, no lo sé, quizá porque eres madre y a lo mejor entiendas cosas que yo no he sido capaz de entender, y aunque suene prepotente, no creo que sea culpa mía, ya que su labor era que yo pudiera sentir lo que la protagonista siente, y no ha sido así. Por cierto, estoy leyendo ahora La sal de la vida, a ver qué tal, hoy he leído una página preciosa. ;)
Goizeder, jolín, a mí Una palabra tuya también me gustó mucho, Rosario y la amiga, ¿cómo se llamaba? ¿Amparo? me encantó el personaje de la amiga, tan viva. Luego vi la película y no se correspondía para nada ni física ni psicológicamente con la imagen mental que yo tenía de ese personaje, pero bueno, la actriz Esperanza Pedreño tampoco lo hacía mal del todo...
ResponderEliminarAunque no lo recomiendes ya lo voy a leer porque lo tengo en casa. Igual lo disfruto más al ser lo primero que leo de la autora y no tener tantas expectativas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si es una nota floja la verdad, en general me ha entretenido bastante pero tenia momentos que era un poco.... jejjeje
ResponderEliminarBesos
PD: pero en general me ha gustado que conste :)
Luisa, puede ser que lo disfrutes más si tu expectativas no son muy altas, eso sí, tienes que leerte Una palabra tuya, mucho mejor que ésta.
ResponderEliminarLolo, jajajaa, puedes decir sin temor que no te ha gustado... no creo que Elvira lo lea, y si lo lee: ¡Elvira por favor manifiéstate y comenta!!!!
Pues puedo copiar y pegar el comentario de LAKY, porque básicamente eso es lo que yo quería decir, jajaja. O sea, que me encantó "Una palabra tuya" y me apetece mucho leer también éste.
ResponderEliminarsaluditos
Pues a mí que me ha llamao la atención el título, y bueno el argumento..Pero si no la recomiendas! Nose! jaja. Como acertaste con Taradas y el tuyo me encantó, nose.. De Una palabra tuya me han hablao bien. Así que ya veré cual termino por elegir.
ResponderEliminarVoy comentando con retardo eh! jaja.