EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON, de David Fincher

"La vida sólo tiene sentido yendo hacia atrás, pero hay que vivirla hacia delante" es una de las frases de esta película original y aclamada, que cuenta la historia de Benjamin, que nació en extrañas circunstancias, anciano, y fue rejuveneciendo con el tiempo. Casi tres horas de película para contar la historia de una vida y de un amor. Porque El curioso caso de Benjamin Button es, a fin de cuentas, una historia de amor en toda regla, eterna e inolvidable. Contada a fuego lento por una voz en off mientras el reloj de la estación de Nueva Orleans avanza marcha atrás.

Toda la cinta goza de una gran calidad técnica, de una minuciosidad exquisita y pausada que deleita al espectador evitando que caiga en el aburrimiento. Un maquillaje digno de Óscar (que ganará seguro), un guión de nivel y una narrativa cinematográfica clásica de las que tanto gustan a los académicos y a los expertos de cine.

En cuanto a las interpretaciones, son todas un regalo, los papeles que cualquier actor estaría encantado de interpretar: redondos, con una clara evolución tanto física como psíquica, y ricos en matices. Brad Pitt, el protagonista, está a la altura de las circunstancias. Es él quién tiene todo el peso de la película, y no defrauda. Cate Blanchett vuelve a estar impresionante, ingenua y joven al principio, madura y grave después, guapa como siempre, delgada en exceso. Y merecía estar nominada al Óscar.

Seguramente estamos ante una de las películas que pasarán a formar parte de la Historia del Cine, de las que la gente comenta y elogia durante décadas. Y seguramente también El curioso caso de Benjamin Button será ignorada para recibir los principales premios Óscar. Ya sucedió así en los Globos de Oro y en los Bafta. Es cierto que los académicos de Hollywood son mucho más conservadores, pero David Fincher, el director, ha querido hacer una película tan perfecta que ha olvidado uno de los aspectos más importantes del séptimo arte: la emoción. Porque es la emoción lo que eleva un film, lo que le hace especial e inolvidable, y Fincher, en su minuciosidad, ha desnudado El curioso caso de Benjamin Button de sentimiento alguno.