
Me había prometido que no cometería los mismos errores del año anterior. Que me tomaría las cosas de otra manera y que cada reto, profesional y personal, sería un aprendizaje y una lección de vida. Porque hay que mirar a la vida con coraje y alejarse de aquello que duele. No ha sido fácil, de hecho, han sido enormes los desafíos. Pero ha sido posible y ahora sé mucho más de mí, sé dónde quiero estar y con quién, y dónde no. Y estoy orgulloso...