AMADO AMO, de Rosa Montero

Esta novela breve, tal y como la misma Rosa Montero explica al principio del libro, supuso un punto de inflexión en su trayectoria literaria. Tras sus tres primeras novelas, especialmente tras la tercera, Te trataré como una reina, la escritora sintió un agotamiento y tardó casi seis años en publicar la siguiente, que suponía además un cambio de estilo. Es normal que después del proceso de vaciado que supone escribir una obra literaria, el escritor necesite un tiempo para volver a llenarse y encontrarse. Para volver a escribir aquello que desea escribir.

El resultado de ese proceso de búsqueda y encuentro es Amado amo, que nos cuenta la historia de César, el creativo antaño exitoso de una empresa, Golden line, y su relación con los ejecutivos de la misma. Amado amo es su relación truculenta, una historia de amor y odio, de esclavitud y de miedos. De la decadencia de haber saboreado el éxito y verse excluido, escupido, de las decisiones importantes. De la flojera de una cuerda sobre la que caminar de puntillas para que, al mínimo traspiés, se caiga al vacío.

La autora dibuja con acierto el perfil psicológico de un personaje inestable, que comienza a ver desplantes donde no los hay… o quizás sí. Un personaje con unos derechos adquiridos que ha visto como sus compañeros han ido cayendo a ese abismo del que hablaba, el abismo del desempleo y el desprestigio. Y siente que ahora le toca a él. César obsesionado y obsesivo, César asustado y César que se debate entre la dignidad y la miseria.

Rosa Montero consigue retratar con maestría el ambiente hostil del mundo de los negocios, de las relaciones empresariales, del aire irrespirable a veces que contamina las oficinas. Todo empieza cuando a Matías una mañana le quitan su plaza de parking. Después le despiden. Y es que Matías bebía mucho, un alcohólico. O puede que comenzara a beber cuando vio como le sacaban del juego. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?

Amado amo habla también de esos seres ambiciosos que hacen cualquier cosa por escalar posiciones, de ese despacheo para conseguir ascender por méritos propios, aunque estos no sean profesionales. De las copas tomadas fuera de la oficina, de las palmaditas en la espalda, de las risas sonoras e hipócritas. Del machismo, una pellizquita: Paula ha tenido que ver cómo los hombres que llegaban después ascendían antes.

Aquellos que habéis leído Estupor y temblores, de Amélie Nothomb, encontraréis similitudes en ambas obras. La de Montero no es tan esperpéntica, pero también está escrita con una agudeza increíble, que baila entre la risa y el horror, con un estilo límpido que parece sencillo pero de una gran complejidad. Además es más nuestra, más cercana a nuestra sociedad española, capitalista.

Pero lo mejor de Amado amo, sin duda, lo que hace de ésta una lectura recomendable, imprescindible, es su actualidad. La vigencia que sigue intacta 24 años después de su publicación. Porque cuando lees algunas de las frases, cuando ves algunas de las situaciones que se desarrollan en el libro, te das cuenta que en más de dos décadas no hemos avanzado nada, ahora menos que nunca. Que nos encontramos en el mismo punto, que la sociedad sigue jugando a ese juego sucio de oficinas, de empresarios sin escrúpulos y compañeros trepas, que te envenenan para después quedarse con lo que es tuyo. Horrible, sí. Yo también lo he vivido. Ya lo creo. ¿Alguien no?